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La primera ministra de Irlanda del Norte, la unionista Arlene Foster, anuncia su dimisión por presiones de su partido

  • La mayoría de diputados del DUP había pedido su reprobación por el Brexit

La renuncia llega tras violentas protestas de los unionistas por el acuerdo con la UE

RTVE.es
3 min.

La primera ministra de Irlanda del Norte, la unionista Arlene Foster, ha anunciado este miércoles su dimisión del cargo y como jefa de su partido, el Democratic Unionist Party (DUP).

La renuncia de Foster, que ha dirigido el DUP durante cinco años, se produce por la presión de una parte del partido, que critica su gestión del Brexit y la considera demasiado liberal en temas sociales, como el aborto o los derechos LGTBI.

Foster dejará de ser la líder del DUP el 28 de mayo, y abandonará el puesto de primera ministra de la región autónoma británica a finales de junio, ha anunciado.

Moción de censura en el partido unionista

Una veintena de diputados regionales y cuatro parlamentarios nacionales del DUP, el partido mayoritario en el Ulster, había pedido que Foster se sometiera a un voto de confianza. Otro grupo, formado por concejales, se ha mostrado "profundamente preocupado" por su gestión y la de su número dos, Nigel Dodds.

"Es importante dar espacio a los responsables del partido para que en las próximas semanas se preparen para organizar un proceso de elección de liderazgo", ha declarado Foster en un comunicado.

La primera ministra, que en 2015 se convirtió en la primera mujer en liderar el DUP, ha asegurado que servir al pueblo de Irlanda del Norte ha sido el "mayor privilegio" de su vida, y se ha felicitado por haber roto un "techo de cristal" en la política norirlandesa.

Tensiones en Irlanda del Norte por el acuerdo con la UE

La renuncia llega cuando en Irlanda del Norte se han vivido graves disturbios, que no se habían visto en años, por las consecuencias del acuerdo de nueva relación firmado entre Londres y Bruselas.

Este acuerdo establece el controvertido Protocolo Irlandés. En virtud de este mecanismo, Irlanda del Norte sigue vinculada al mercado único comunitario, por lo que las mercancías que cruzan entre ese territorio y el resto del Reino Unido deben pasar controles aduaneros, con una nueva carga burocrática que ha provocado escasez de productos y tensiones políticas.

Los unionistas no aceptan estas condiciones porque consideran que les separa del resto del país y refuerza las aspiraciones republicanas de unificación con la República de Irlanda.

Ante los graves disturbios, el gobierno británico del primer ministro Boris Johnson ha optado por suspender los controles aduaneros y retrasar la aplicación efectiva de esta parte del acuerdo, a lo que la UE ha respondido con un procedimiento de infracción por este primer incumplimiento.

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