Los madrileños están llamados a las urnas en las elecciones del 4 de mayo en medio de la pandemia de COVID-19, que mantiene a seis de cada diez municipios en riesgo extremo por superar una incidencia acumulada de 250 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, según los últimos datos facilitados por la Consejería de Sanidad una semana antes de las elecciones autonómicas. En ellos vive el 96 % de la población de la Comunidad de Madrid.
De los 179 municipios que tiene la región, 106 (el 59,2 %) superan ese nivel de incidencia acumulada, entre los cuales está la capital, Madrid, con una incidencia de 406,6 casos. Sus 21 distritos oscilan entre los 277 casos de incidencia de Vicálvaro, en el extrarradio, y los 521 del céntrico Chamberí. Este distrito y otras 25 poblaciones de la Comunidad de Madrid registran una incidencia por encima de los 500 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días.
Entre los municipios en nivel de riesgo extremo están la capital y las otras nueve principales ciudades de la región -Móstoles, Alcalá de Henares, Fuenlabrada, Leganés, Getafe, Alcorcón, Torrejón de Ardoz, Parla y Alcobendas-, donde residen siete de cada diez madrileños. Todos estos municipios tienen tasas por encima de los 300 casos.
Las incidencias más altas se registran actualmente en los municipios de Puebla de la Sierra, Navarredonda y San Mamés, y Ribatejada, pero son tres pueblos de muy pocos habitantes. Los municipios de más de 10.000 habitantes con incidencias más altas son Majadahonda (632), Velilla de San Antonio (533) y San Agustín de Guadalix (527).
No es posible conocer la incidencia exacta que habrá en cada municipio en el momento de acudir a las urnas el 4 de mayo porque la Comunidad de Madrid actualiza esta información precisamente los martes por la tarde. La incidencia para el conjunto de la Comunidad de Madrid se sitúa en 396, según el último dato facilitado por el Ministerio de Sanidad el 27 de abril. Actualmente, solo hay una autonomía con peores datos en cuanto a incidencia acumulada de COVID-19: el País Vasco (529).
La región madrileña, que fue la última en salir del riesgo extremo tras la tercera ola, regresó a ese nivel el 27 de marzo, en plena Semana Santa. Desde el 17 de agosto, solo ha estado por debajo de los 250 casos entre el 27 de noviembre y el 16 de diciembre de 2020 y entre el 5 y el 26 de marzo de este año. Y aun así, siempre con incidencias muy elevadas. Desde el pasado verano, la más baja se registró el 9 de diciembre, cuando descendió hasta los 190,95 contagios por 100.000 habitantes en dos semanas, muy por encima -en cualquier caso- de los 150 que marcan el riesgo alto, según el semáforo de Sanidad.
Partir de estos suelos tan altos ha contribuido a que Madrid se disparase en cada nueva ola. El pico de la segunda se alcanzó el 29 de septiembre con una incidencia acumulada a 14 días de 784,71. La cresta de la tercera ola, después de la Navidad, se disparó hasta prácticamente los mil casos (994,79) el 28 de enero, la más alta registrada desde el fin del primer estado de alarma.
La situación de los hospitales no es mucho mejor. Las UCI se encuentran también en riesgo extremo con el 44,33 % de las camas de cuidados intensivos ocupadas por pacientes COVID-19. Es el porcentaje más alto de toda España. Este martes había 583 personas ingresadas en las UCI y 2.829 ingresadas en planta.
Cierres por zonas básicas de salud y criterio cambiante
La Comunidad de Madrid solo ha cerrado su territorio perimetralmente de forma puntual coincidiendo con los puentes, la Navidad -con las excepciones que se acordaron entre Sanidad y las comunidades autónomas para los encuentros de familiares y "allegados"- y Semana Santa. Actualmente es la única que se mantiene abierta al margen de Baleares y Canarias.
Hasta el 9 de mayo mantiene un toque de queda desde las 23:00 a las 6:00 horas y la prohibición de reunirse en los domicilios no convivientes, aunque sí permite mesas de cuatro personas de distintos hogares en el interior de la hostelería y de seis en las terrazas. Más allá de las restricciones de aforo es, de hecho, la única autonomía que no ha cerrado nunca el interior de bares y restaurantes.
A finales de septiembre, ante la negativa de la Comunidad de Madrid a tomar medidas, el Gobierno aprobó una orden ministerial para confinar las diez ciudades de más de 100.000 habitantes -Madrid, Móstoles, Alcalá de Henares, Fuenlabrada, Leganés, Getafe, Alcorcón, Parla, Torrejón de Ardoz y Alcobendas- por superar los 500 casos por 100.000 habitantes. Después de que la justicia la tumbara, el Ejecutivo central tuvo que aprobar un estado de alarma para Madrid para cerrar perimetralmente nueve de estas ciudades, después de que Alcalá se cayera de la lista.
La Comunidad de Madrid siempre ha defendido su sistema de cierres perimetrales por zonas básicas de salud. Comenzó a aplicarlo el 21 de septiembre en las 37 áreas sanitarias con una incidencia de más de mil casos por 100.000 habitantes en 14 días. Llegó a bajarlo hasta los 400 casos, pasado lo peor de la segunda ola de la pandemia, pero ha ido modificándolo para evitar el cierre de toda la comunidad. Así, en lo peor de la tercera ola, a finales de enero, volvió a elevarlo a mil casos y añadió dos condiciones más: que hubiera transmisión comunitaria no controlada y una tendencia creciente de los contagios.
El último cambio se produjo el pasado viernes. La Comunidad llevaba semanas aplicando el umbral de 400 casos, pero volvió a subirlo a 500. Desde el pasado lunes mantiene cerradas 16 zonas básicas de salud y tres localidades. La mayoría están en Madrid capital: Virgen de Begoña (distrito Fuencarral-El Pardo), Valdebernardo (Vicálvaro) Castelló (distrito de Salamanca), Eloy Gonzalo (Chamberí), Villa de Vallecas (Villa de Vallecas), Quinta de los Molinos y Rejas (San Blas-Canillejas), Barajas (Barajas), Silvano (Hortaleza) y Chopera (Arganzuela). Hay también zonas cerradas en Móstoles y Getafe y están confinados, entre otros municipios, San Agustín de Guadalix.
El próximo viernes la Consejería de Sanidad actualizará el listado de las zonas básicas de salud que estarán confinadas el próximo 4 de mayo, en plenas elecciones. En los últimos meses han vuelto a estar cerradas completamente localidades como Alcalá de Henares, Torrejón de Ardoz, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Móstoles y Collado Villalba, entre otras.
Está por ver si los niveles de incidencia afectan o no a la participación en las elecciones. Están los precedentes de Galicia, País Vasco y Cataluña de elecciones celebradas con la actual pandemia. En Galicia la participación subió en cinco puntos mientras que en Euskadi descendió en casi diez. Ambas comunidades celebraron sus comicios en julio con unas incidencias aún muy bajas por efecto del gran confinamiento de marzo de 2020. Cataluña, que votó el pasado mes de febrero con cifras muy similares a las actuales de Madrid, registró en cambio su participación más baja. Cayó 28 puntos respecto a las anteriores autonómicas.
La Comunidad de Madrid recomienda a los mayores de 65 años ir a votar entre las 10:00 y las 12:00 horas y a los sintomáticos o con enfermedad activa entre las 19:00 y las 20:00 horas. Los miembros de las mesas, sin embargo, no contarán con equipos EPI de protección individual como sí se facilitaron en Cataluña. Recibirán dos mascarillas FFP2, pantallas de protección facial y guantes.