El Centro de Tratamiento Automatizado de Correos en Madrid ha interceptado este miércoles una carta con dos cartuchos de bala dirigida al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, unos hechos que se repiten desde la pasada semana y que ya han afectado a dos ministros, dos candidatos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid y a la directora de la Guardia Civil, María Gámez.
Según han señalado fuentes de Interior a RTVE, el escáner de seguridad ha detectado las dos balas junto a una nota, al igual que ocurrió con las cartas dirigidas a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y a la Guardia Civil, que fueron localizadas este martes en Sant Cugat (Barcelona) y en Madrid, respectivamente. En el resto de casos, consiguieron llegar hasta su destino.
"Zapa, alimaña dañina, insulsa, ignorante que hizo y sigue haciendo tanto daño a España. Ojalé le revienten las meninges por las cejas", apunta una nota que se encontraba en el interior de la misiva. Las mismas fuentes señalan que el caso ya se ha puesto en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que ya están analizando el contenido de la carta y tratando de identificar al remitente.
Con esta carta, ya son siete las amenazas del mismo tipo que han sido enviadas a varios dirigentes políticos a lo largo de esta última semana. Las primeras fueron dirigidas al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; al candidato de Unidas Podemos a las elecciones del 4M, Pablo Iglesias, y a la directora de la Guardia Civil, y llegaron a su destino el pasado jueves. La titular de Industria, Reyes Maroto, recibió una navaja con aparentes manchas de sangre este lunes. Y, posteriormente, este martes, fueron interceptadas las de Ayuso y una nueva misiva a la Guardia Civil.
Las fuerzas de seguridad siguen investigando la autoría de estas cartas y si tienen relación entre sí. Sí se ha descartado la relación con el sobre que recibió Maroto, donde el remitente había puesto su nombre y ya ha sido localizado, reconociendo su autoría. Estas cartas propiciaron que Correos abriera una investigación, solicitando la "retirada inmediata" del servicio del vigilante de seguridad del centro de tratamiento de Vallecas que no detectó en el escáner los tres sobres con municiones en su interior.
Condena unánime a las amenazas
Los representantes políticos han vuelto a condenar este nuevo episodio de amenazas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha expresado su "rotunda condena" y ha instado a "detener esta espiral de odio que ataca directamente a nuestros valores". "No permitamos que la rabia se instale en la sociedad", ha destacado en un mensaje en su cuenta de Twitter..
El líder de la oposición, Pablo Casado, ha mostrado "una absoluta condena" a lo ocurrido, pero sí ha vuelto a insistir en que "estas cuestiones hay que asumirlas con serenidad". Además, en un acto previo, ha cargado contra el PSOE señalando que "le conviene la tensión en campaña, por eso siempre resucitan a Franco o legislan en lo moral".
También el candidato del PSOE al 4M y exministro de Educación durante el Gobierno de Zapatero, Ángel Gabilondo, ha recalcado "su condena más absoluta" y ha denunciado que se trata de "una amenaza para la democracia". Mientras que su homólogo en Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha mostrado "todo su apoyo" al expresidente. "Basta de amenazas y de violencia", ha asegurado. Precisamente, este mismo miércoles el Ministerio de Consumo ha denunciado ante la Fiscalía las camisetas que muestran una imagen del líder de Unidas Podemos ensangrentado en una diana.
También se ha pronunciado la candidata de Vox, Rocío Monasterio: "Una vez más condenamos todas las amenazas, en este caso a Rodríguez Zapatero", ha recalcado en la misma red social, al tiempo que ha dicho "sigue esperando la condena por parte de la izquierda a las agresiones que sufrimos en Vox".
La irrupción de las amenazas ha puesto patas arribas la campaña electoral madrileña. En el segundo debate, en la Cadena SER, Iglesias exigió a Vox que condenara las cartas recibidas por él, Marlaska y Gámez, algo que Monasterio no hizo y llevó en último término al líder de Unidas Podemos a abandonar el debate. Tanto él como Mónica García anunciaron después que no acudirían a más debates con la presencia de Vox, lo que provocó la cancelación de los dos encuentros restantes, el de La Sexta y el de RTVE.