El primer objetivo de La Vida vivida es mostrar la humanidad de sus actores, de esas personas mayores, que no quieren ser un dato de una estadística, sino mostrar sus experiencias y contar sus esperanzas de futuro. Todos ellos , obligados por el confinamiento del año pasado se han dedicado a mirar hacia atrás para recordar como han vivido esa situación excepcional, pero sin olvidarse de mirar adelante para verbalizar lo que les queda por vivir. Y todo ello lo han contado sobre las tablas
Los actores cuentan su experiencia con el covid RTVE Navarra
Los 11 actores, que se han subido el teatro del Museo Universidad de Navarra fueron elegidos mediante una convocatoria pública y a través de llamadas de los responsables de la obra a aquellas personas mayores que conocían. Y de ahí sale un grupo con el que se hace un taller de tres días, hasta que al final, casi por una selección natural, quedan los 11 protagonistas de la obra.
El guion lo ha escrito su experiencia
Los directores de la obra no tenían un guion previo. Sólo habían creado una estructura mínima. La obra se fue escribiendo con los comentarios y experiencias que aportaban los protagonistas. Ninguno de ellos había sido actor con anterioridad , por lo que la naturalidad y espontaneidad eran mayores. A partir de ahí fueron surgiendo los textos, con sus sus emociones, sus inquietudes , sus miedos o sus esperanzas, y se fueron editando los diálogos, y también el baile, al que todos ellos se enfrentaron con ilusión y sin complejos de ningún tipo. Es una forma de desterrar la imagen de que la gente mayor son unos viejos inservibles.
“Queremos dar la imagen de que la gente mayor no somos viejos inservibles“
Los actores también bailan en la obra RTVE Navarra
Recuperar la esencia del teatro
El director, Tomás Muñoz, asegura que su ilusión con esta obra es recuperar los orígenes del teatro, los de la polis griega, que se refería siempre a acontecimientos decisivos de la comunidad, a la que se ponía delante del espejo de la realidad, en este caso el de las personas mayores. La vida vivida y por vivir quiere poner delante de un espejo a ese colectivo de personas cada vez más numeroso, para que todos veamos su realidad a través de sus relatos.
Espíritu itinerante
En el Museo Universidad de Navarra se han representado sus dos primera funciones, pero no piensan quedarse ahí. Quieren sus responsables que sea una experiecia repetida, con un carácter itinerante. Ya ha habido productores teatrales que han visto la obra y estudian la posibilidad de llevarla a otras ciudades. Murcia será la primera, y después puede llegar a todas aquellas capaces de reunir un elenco como el de Pamplona. Aunque tampoco se descarta salir de gira con estos 11 actores a aquellos teatros que no consigan reunir un cuadro propio.