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Ayuso pone fin a un matrimonio desavenido entre PP y Cs con sonados roces en un año y medio

  • La coalición comenzó con las reticencias de Cs de pactar con Vox y las tensiones aumentaron con la pandemia

  • Ayuso ha expulsado del Ejecutivo a Aguado y al resto de consejeros de Cs tras anunciar elecciones el 4 de mayo

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ROCÍO GIL GRANDE
6 min.

La ruptura de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con Ciudadanos y el decreto de convocatoria de elecciones el 4 de mayo han puesto punto y final a una espinosa relación el PP y Cs, la formación de su hasta ahora vicepresidente, Ignacio Aguado, tras año y medio de constantes roces y crisis dentro de la coalición.

Incluso la ruptura se ha dado con reproches mutuos. Mientras que Ayuso ha dicho sentirse “obligada” a poner fin a la legislatura para evitar una hipotética moción de censura de Ciudadanos y el PSOE al igual que ha ocurrido este miércoles en Murcia, Aguado ha cargado contra su “temeridad” y ha comentado en directo desde su cuenta de Twitter la rueda de prensa de la presidenta, diciendo que “miente”.

Pero además de convocar elecciones, Ayuso también ha expulsado este miércoles a todos los miembros de Ciudadanos de su Gobierno, tanto a Aguado como a los otros cinco consejeros autonómicos, una decisión que ha llevado al hasta entonces presidente a decir: "Honestamente, con todo el respeto, creo que ha perdido la cabeza, no encuentro otra explicación",

El noviazgo entre PP y Ciudadanos había empezado mal tras las elecciones autonómicas de 2019, con la reticencia del partido naranja de negociar con Vox. Cs acabó finalmente aceptando el pacto entre los 'populares' y los de Santiago Abascal para gobernar y el Ejecutivo echó a andar en agosto de ese año, gracias a los apoyos de Vox.

Sin embargo, la irrupción de la pandemia en 2020 ha sido la espada de Damocles que ha pendido sobre una coalición que no ha dejado de airear sus discrepancias desde entonces.

Crisis por la situación de las residencias y un polémico borrador

A finales de marzo, ante el elevado número de focos y muertes de ancianos con coronavirus en las residencias de la región, Ayuso arrebató a Ciudadanos la gestión de estos centros, que estaba hasta entonces en manos del consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero (Cs). Reyero llevaba días pidiendo la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en las residencias, algo que la presidenta descartaba por aquel entonces, y finalmente derivó la competencia al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero (PP).

Poco después, la salida a la luz de un polémico borrador del protocolo ante el COVID que la Comunidad envió por “error” -según la versión oficial- a las residencias, tensionó aún más las relaciones en la coalición. Aquel borrador desaconsejaba a los centros derivar a los mayores con coronavirus a los hospitales.

Reyero, que según llegó a afirmar ante los medios ya había advertido a Escudero contra estos criterios por mail, defendió durante uno de los plenos en la Asamblea en junio que el borrador de ese protocolo no era “ético” ni posiblemente “legal” y se posicionó a favor de una comisión para investigar la situación y las muertes en las residencias. Escudero, por su parte, insistió en que dicho documento era un borrador no definitivo que se había enviado por error.

El consejero de Ciudadanos de Políticas Sociales acabó dimitiendo en octubre de 2020 sin dar muchas explicaciones y deseando "suerte" y "acierto" a Ayuso.

Ayuso señaló a Cs por la filtración del piso donde pasaba la cuarentena

Sin embargo, el punto de máxima tensión entre los socios de la coalición se dio en a causa del apartahotel donde Ayuso pasó su cuarentena por el coronavirus, Room Mate, perteneciente al empresario Kike Sarasola. Un apartamento de lujo que puso el foco en Ayuso al conocerse que la Consejería de Políticas Sociales figuraba como adjudicatario del contrato con Room Mate por un importe de 566.000 euros. La Comunidad volvió a decir que se trataba de un “error” y Ayuso aseguró que pagó “personalmente” su estancia en dicho alojamiento.

Pero el PP culpó a Ciudadanos del “soplo” a la prensa respecto a dónde se había alojado Ayuso y cuestionó -como en otras ocasiones- la “lealtad” del partido naranja a los ‘populares’. Ciudadanos, por su parte, despidió al técnico responsable del contrato y Ayuso anunció una investigación interna para esclarecer lo ocurrido.

Ya en junio de 2020, sonaba fuerte la posibilidad de que Ciudadanos se sumase a una moción de censura del PSOE, que ha estado meses tanteando el terreno en el partido naranja. El propio Aguado lo desmintió entonces y siempre ha insistido -hasta ahora- en que el Gobierno de Madrid era un gobierno sólido y fuerte.

Discrepancias respecto a las restricciones y acusaciones de "deslealtad"

Pero aun así, el proceso de desescalada, las relaciones con el Gobierno central y las restricciones ante la segunda y tercera ola de la pandemia ha ido tensionando de nuevo en los últimos meses el Gobierno de coalición. La estrategia de Ayuso de confrontación directa con el Ejecutivo de Pedro Sánchez contrastaba con la postura más dialogante de Ciudadanos para acatar lo dictado por el Ministerio de Sanidad y tomar medidas más estrictas.

Así, por ejemplo, Aguado criticó en noviembre en TVE el cierre perimetral por días de la región decretado por Ayuso ante los puentes de Todos los Santos y de La Almudena -muy seguidos en el tiempo- y reconoció que él no hubiera tomado las mismas decisiones que Ayuso.

Y mientras Aguado se distanciaba de Ayuso, sectores de Ciudadanos han llegado a cargar contra la “deslealtad” del PP, de sentirse al margen de las decisiones de gobierno, como cuando en octubre Escudero anunció una serie de restricciones para frenar la segunda ola que no habían sido previamente comunicadas a sus socios del Gobierno.

A lo largo de este año y medio ha sido relativamente frecuente que tanto Ayuso como Aguado se contradijesen en ruedas de prensa con horas de diferencia. El pasado mes de julio, Aguado aclaró ante los medios que la iniciativa de la ‘cartilla COVID’ que acababa de anunciar Ayuso se limitaría a usos exclusivamente sanitarios y no condicionaría a la hora de buscar empleo ni supondría ventajas a quienes tuvieran inmunidad, tal y como había insinuado la presidenta madrileña al presentar su propuesta.

Y la semana pasada, fue Ayuso la que se manifestó contra su compañero. Aguado había propuesto que los vacunados contra el coronavirus pudiesen viajar con libertad por el territorio nacional y Ayuso dejó claro que eso era su opinión personal. También se mostró sorprendida de "que no lo haya comentado en el Consejo de Gobierno" e insistió en que "las competencias de Sanidad pertenecen al consejero de Sanidad, que estaba allí presente".

Con su ruptura y salida del Ejecutivo, Ciudadanos ha entrado ya en clave electoral. "Si los votantes y los ciudadanos quieren, seguiré aquí" encabezando la lista al 4 de mayo, ha dicho Aguado en otra entrevista en la Cadena Ser. Sin embargo, todo depende de si son válidas las dos mociones de censura presentadas por el PSOE y Más Madrid, que anularían el decreto de convocatoria electoral de Ayuso. A este respecto, el portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, ha garantizado que los gobiernos de los que forma parte la formación naranja "en los que no haya corrupción" seguirán "estables".

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