El coronavirus ha atravesado transversalmente a nuestra sociedad. Trabajo, educación, sanidad y, como era de esperar, también la política. Durante el año en el que el virus ha vivido con nosotros, el coronavirus ha sido el protagonista de la gran mayoría de enfrentamientos entre nuestra clase política, pero, ¿cómo ha afectado este a la valoración y la confianza de los líderes? Analizamos, junto al politólogo Lluis Orriols el impacto que ha tenido en el virus en nuestros representantes públicos
Al igual que ocurrió con la última crisis económica, esta crisis pandémica ha pasado factura a la gran mayoría de estamentos políticos de nuestro país. Si nos fijamos en lo que está ocurriendo en Europa, los gobiernos socialdemócratas tenían un crecimiento de cinco puntos y se han visto reducidos únicamente a un punto. En cuanto a los gobiernos conservadores, son los que peor resultados arrojan, puesto que vemos un desplome de 3,71 puntos respecto a la anterior intención de voto.
En lo referido a nuestro país, y según Orriols, “vemos estabilidad”. El Gobierno de Pedro Sánchez no ha variado en intención de voto desde septiembre, “aunque en el CIS veamos que la intención directa de voto ha bajado 4 puntos, se explica con el aumento de la indecisión más que por caída de intención de voto al Partido Socialista”, afirma el politólogo.
Gran desafección hacia la clase política
El desgaste de Pedro Sánchez no es sólo en intención de voto, también se refleja en la valoración que hace de él su electorado, puesto que cae de un 5 a un 4. Pero según el politólogo es algo generalizado, pues vemos que la valoración de todos los líderes políticos en la actualidad han bajado esa cifra, “el desgaste de Pedro Sánchez es más por desafección de la clase política que como gobernante”, afirma Orriols al analizar los datos del CIS. El único que se libra del descenso el líder de la formación verde, Santiago Abascal, que se mantiene en su nota desde el año pasado.
“Lo que está ocurriendo en España es una gran desafección”, afirma el politólogo tras comparar el índice de desconfianza entre Sánchez y Casado. En él podemos apreciar cómo el líder de la oposición y el jefe del Ejecutivo presentan el mismo grado de aumento en cuanto a desconfianza en el último año.