España ha superado ya los cuatro millones de parados, según los datos ofrecidos este martes por el ministerio de Trabajo y Economía Social, con casi 900.000 trabajadores bajo Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
Una medida impulsada al inicio de la pandemia del coronavirus, prorrogada nuevamente hasta el 31 de mayo, y afecta en febrero a 160.414 trabajadores más que al cierre del pasado mes. Para muchos, pronto hará un año que el ERTE llegó a sus vidas, como es el caso de Jesús, peluquero, Samantha, directora de ventas digitales, o Sergio, tripulante de cabina de pasajeros.
"Me da miedo que el ERTE se convierta en un ERE", explica a Las Cosas Claras Jesús Garrido, peluquero en ERTE desde marzo de 2020, que asegura sentirse "un número más al que, cuando les interese, echarán o no. Lo más duro es no saber qué va a pasar, por parte del Gobierno y de la empresa", añade.
Samantha Pérez, directora de ventas digitales en el sector hotelero, lleva en ERTE desde abril del pasado año y también incide en la misma línea: "Lo peor del ERTE es la indefinición. Cuanto más tiempo pasa, más desligada estás del mercado y de tu empresa, y eso también asusta".
Por su parte, Sergio Sanz es tripulante de cabina en vuelos de pasajeros y, también en ERTE desde abril de 2020, reconoce que en su sector se han vivido crisis, "pero, como esta, ninguna. Nosotros, si no volamos, no cobramos dietas, que es parte de nuestro sueldo".