La hostelería ha sido uno de los sectores más perjudicados por la pandemia, cuyos efectos y las medidas adoptadas para frenarla han reducido a la mitad su facturación en 2020 y han provocado una pérdida de empleados del 13,3 %, sin contar con aquellos que se encuentran en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
Son algunas de las cifras del Indicador de Actividad del Sector Servicios (IASS) publicado este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que también revela las consecuencia económicas que el coronavirus ha tenido en el sector servicios, cuya cifra de negocios ha registrado un deplome inédito del 15,6 % respecto al año anterior, su mayor caída desde el año 2000, poniendo así punto y final a seis ejercicios consecutivos de crecimientos.
De hecho, todas las ramas de actividad que componen el sector servicios cerraron el año con caídas, aunque algunas más acusadas como en las agencias de viajes y operadores turísticos, cuyas ventas se hundieron un 75 %, y los servicios de alojamiento, con caídas del 68 %. Le siguen el transporte aéreo, el transporte por taxi y los servicios de comidas y bebidas con caídas del 60,1 %, del 53,6 % y del 43,6 %, respectivamente.
Los únicos servicios que aumentaron su cifra de negocios en 2020 fueron los de venta de equipos para tecnologías de la información y las comunicaciones (un 4,7 %) y materias primas agrarias y animales vivos (0,4 %), así como las actividades de seguridad e investigación (0,2 %).
Según explica el INE, la especial situación vivida en 2020 ocasionada por la COVID-19 ha provocado cambios significativos en la evolución de los diferentes sectores que forman parte de este indicador con respecto a periodos precedentes. "Esta evolución ha sido ligeramente diferente entre los sectores y distinta en los diferentes periodos del año", recalca, afectando especialmente a la hostelería. De hecho, la cifra presentada este lunes por el INE coincide con las estimaciones de la patronal, que en diciembre apuntaba a una caída de la actividad del 50 %.
Con motivo del estado de alarma, en los meses de marzo a junio, se suspendió la apertura al público del comercio así como las actividades de hostelería y restauración, lo que produjo una parada casi total del sector servicios que, aunque afectó a todos los sectores, influyó de manera significativa en la hostelería. Con la llegada de la desescalada, se produjo una recuperación generalizada, que, según el INE, se mantuvo para la mayoría de sectores durante la segunda mitad del año, aunque de manera desigual, pues la hostelería vio frenar su evolución creciente tras el verano, volviendo a descender.
El empleo cae a niveles de hace 11 años
Esta caída en la actividad también ha tenido consecuencias en el empleo. De forma global, el sector servicios ha perdido un 4,3 % de trabajadores en 2020, el peor dato de los últimos 11 años.
Todos los sectores recortaron personal, aunque tuvo especial incidencia en la hostelería, que cayó un 13,3 %, y en los servicios de alojamiento, que disminuyeron su plantilla un 19,8 %. Esta reducción incluye a aquellos que no están en plantilla todo el año pero que se suelen contratar para reforzar los meses de verano, o los de mayor pico de actividad, y que este año no han sido contratados, por el desplome del turismo. Si bien no recoge aquellos que están en ERTE.
En línea con la diferente afectación sectorial, las comunidades autónomas que más cifra de negocios de los servicios perdieron fueron las más turísticas, Baleares (un 37,8 %) y Canarias (29,9 %), aunque también experimentaron grandes retrocesos Madrid (18,3 %) y Cataluña (15,6 %).
Asimismo, todas las comunidades autónomas presentaron tasas anuales negativas en el empleo, siendo Baleares la que registró el mayor descenso, con una caída del 14,7 %.