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La protección del lobo ibérico indigna a los ganaderos cántabros

  • Los lobos han extendido su presencia al 65% del territorio de Cantabria en los últimos 20 años

  • Los ganaderos exigen que se controle, y los grupos conservacionistas que se agilicen las subvenciones

JOSÉ ANTONIO MACHÍN / RTVE CANTABRIA
4 min.

Son las siete de la mañana y los mastines no partan de ladrarSergio Seco baja a su finca de La Lomba a ver qué pasa y se encuentra con algo que ya no le sorprende: el cadáver de uno de sus ponys. Sólo quedan enteras la cabeza y la colaLos lobos le han dejado a la vista la columna vertebral. Ya no lleva la cuenta de los ataques que ha sufrido su ganado, pero este es más cruel, porque tiene un rebaño de ponys solo para que se diviertan sus hijos. "Esto es el pan de cada día de los ganaderos, porque yo en este año ya llevo 20 animales…

Los lobos ocupan ya el 65% del territorio cántabro, 1000 kilómetros cuadrados más que hace 20 años. En los dos últimos, los ganaderos han perdido casi 4000 vacas, caballos u ovejas.

Estoy orgulloso de haber podido criar a mi hijo en Polaciones, y lo que me fastidia es que probablemente me tenga que marchar con él

En las zonas más altas de la región se ven a diario imágenes como la que despertó a Sergio. En Lombraña, a 700 metros de altitud, Chencho cuida el último rebaño de ovejas del valle de Polaciones. Le gusta que le llamen pastor. Ha llegado a tener 400, pero ahora le quedan dos centenares, a pesar de los diez mastines que las intentan proteger. Vende corderos ecológicos, pero se le quiebra la voz cuando piensa en el futuro de su hijo de ocho años, apasionado por la vida en el campo: "Yo estoy orgulloso de haber podido criar a mi hijo en Polaciones, y lo que me fastidia es que probablemente me tenga que marchar con él…”. El lobo se ensaña con sus ovejas sobre todo en invierno, cuando rodean el collado bajo la niebla o la nieve.

Ataques delante de casa

Un poco más abajo, en Sarceda, vive y trabaja Eduardo, un veterinario y ganadero de 29 años que vino hace diez de Madrid desoyendo el consejo de sus padres y de sus abuelos, todos ellos nacidos en Sarceda. Como la mayoría de ganaderos que hemos conocido en este reportaje, no quiere que el lobo desaparezca, sino que sea controlado. Defiende la coexistencia con ese animal, que no tiene enemigo natural, porque está en lo más alto de la cadena trófica:” Que decidas venir al campo y veas las decisiones que acaban imponiéndote personas que no tienen nada que ver con este entorno ni lo conocen, la verdad es que te hace replantearte muchas cosas

Acusa a determinados colectivos de humanizar a los animales salvajes hasta convertirlos en mascotas para suavizar su imagen. Y el lobo no tiene nada de mascota. El Director General del Medio Natural, del gobierno cántabro, Antonio Lucio, mantiene que “como tenga ganado cerca va a preferir la comodidad del ganado a las piezas silvestres, mucho más difíciles de atacar”.

De la presencia de lobos a nivel de costa sabe mucho Luís Herrero, que tiene vacas y potros en Carrejo, un pueblo cercano a San Vicente de la Barquera. Los lobos le han matado junto a la carretera 20 ovejas y dos crías de mastín. "Es la primera vez en la vida que veo lobos aquí, pero claro, hay muchos, no encuentran nada allí arriba y no les importa hacer kilómetros…”

Los agentes del medio natural comprueban cada día el crecimiento de la especie. Siguen rastros de sus excrementos, presentes en senderos de alta montaña y en pistas forestales. También recogen datos de agresiones a reses como las de Sergio. Daniel García es agente de la comarca Quinta, en Campoo: “Está claro que va a más y en aquellas zonas que hay daños hay que quitar alguno, porque la gente que vive del ganado sufre muchas pérdidas económicas”.

Agilizar las indemnizaciones

Los grupos ecologistas se oponen a abatir lobos. Sólo están a favor de hacerlo en casos excepcionales. Como alternativa a cazarlo proponen agilizar las subvenciones a la cría de mastines, construcción de cercados o contratación de pastores. Y sobre todo, acelerar el pago de indemnizaciones por reses muertas a consecuencia de los ataques de animales salvajes, como osos o lobos. Floren Enriquez,  que es el responsable de Ecologistas en Acción en Cantabria, dice que “en las zonas en que hay convivencia entre lobos y ganadería, lógicamente hay que prestar ayudas. Eso es muy importante, porque hay que ser capaces de generar un consenso entre los dos objetivos, preservar la ganadería de alta montaña, la extensiva, y mejorar la biodiversidad”.

A la reunión de la Comisión de Patrimonio Natural que decidió, sin el consenso de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla León, incluir al lobo en el listado de animales protegidos, le ha seguido la formación de un grupo de trabajo que debe decidir cómo conservar el lobo ibérico y renovar el anterior plan de gestión. Demasiado tiempo para quienes piensan en trampas, armas o veneno para acabar con el debate.

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