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Elecciones catalanas 2021

El independentismo sigue rentabilizando cada voto, mientras a Vox el escaño le cuesta lo mismo que al PSC

JAIME GUTIÉRREZ / DatosRTVE
5 min.

Cataluña ha votado y los catalanes han decidido con sus papeletas la nueva composición del pleno del Parlament de la Generalitat. En el reparto de los 135 escaños que lo conforman, el PSC de Salvador Illa y la ERC de Pere Aragonés han empatado en asientos. Sin embargo, los independentistas han necesitado unos 1.300 votos menos para sentar a cada uno de sus 33 diputados autonómicos en el parc de la Ciutadella.

Con la participación más baja de la historia en unas elecciones en Cataluña -casi 30 puntos por debajo de la de 2017, lastrada por la pandemia-, todos los partidos han necesitado menos votos para lograr un escaño. La CUP, que en 2017 "pagó" el asiento más alto de la historia catalana, ha sido la formación que más lo ha abaratado en esta ocasión: un 57,6 %.

Por su parte, Junts ha rentabilizado mejor sus papeletas que ERC o la CUP, ya que cada escaño le ha costado menos de 17.500 votos frente a los casi 18.000 y 21.000 que han necesitado respectivamente sus compañeros de bloque. Mientras, En Comú Podem ha mantenido el mismo número de asientos con la mitad de votos.

En el lado de los que más han pagado por sus diputados están el PP y Ciudadanos. Los tres escaños de los de Alejandro Fernández han sido los más caros de estos comicios, ya que han necesitado más de 36.200 votos cada uno. Por su parte, los de Carlos Carrizosa han requerido más de 25.200.

De esta situación se ha beneficiado Vox: se estrenaba en unas elecciones catalanas y ha rentabilizado sus papeletas tanto como los socialistas.

Por el contrario, el PDeCAT -otro rookie aunque solo fuera por sus siglas- se ha convertido en la formación con mayor porcentaje de voto de la historia que se ha quedado fuera del Parlament.

El PSC rentabiliza el 'efecto Illa', pero sigue "pagando" más que ERC

El PSC ha ganado las elecciones en Cataluña con el 23 % de los votos y 33 escaños repartidos en todas las provincias. La mayor parte de ellos los ha logrado en Barcelona, un feudo habitual en el que la recuperación del 'cinturón rojo' del área metropolitana de la Ciudad Condal ha reducido en un 40 % el coste de las 12 butacas que ha logrado en esta circunscripción.

En Lleida, los de Salvador Illa han logrado los tres escaños más "baratos" de estos comicios: les han hecho falta menos de 8.000 papeletas. Mientras, el partido del exministro de Sanidad ha requerido en torno a 14.000 sufragios a su favor para ganar los cuatro de Tarragona y los tres de Girona.

Respecto a 2017, el PSC ha reducido un 46 % el coste de sus escaños, pero sigue necesitando más votos que ERC para obtener un resultado similar, lastrado por las particularidades del sistema D’Hondt. Los de Pere Aragonés han obtenido el mismo número de escaños que los socialistas pese a contar con casi 50.000 votos menos.

El bloque independentista rentabiliza mejor sus votos

La ley electoral en Cataluña es la misma que rige para las elecciones generales y sobrerrepresenta a las regiones menos pobladas. Barcelona elige al 63 % de los diputados, mientras que Lleida, por ejemplo, vota al 11 % de los representantes parlamentarios con el 5 % del electorado.

Por norma general, este sistema beneficia a los grandes partidos, pero en Cataluña también es provechoso para el independentismo. ERC, Junts y la CUP son más fuertes fuera de Barcelona, donde en esta ocasión han logrado casi la mitad de sus escaños frente al 26 % que ha cosechado los partidos no soberanistas.

Por citar solo algunos ejemplos, la CUP ha sido la formación que menos votos ha necesitado para lograr representación en Girona, y Junts y ERC han liderado los comicios en Lleida con cerca del 55 % de los sufragios.

Los escaños de Vox tan "caros" como los del PSC

El PP y Ciudadanos han sido los dos grandes damnificados de este 14F. El primero ha tenido el peor resultado de su historia en Cataluña y cada uno de sus tres únicos escaños han sido los más "caros" de estas elecciones, con 36.200 votantes detrás.

Por su parte, la formación naranja ha pasado de primera a séptima fuerza en la comunidad que la vio nacer y en el camino se ha dejado 30 escaños y más de 700.000 votos. Cada uno de sus seis representantes tendrá que defender los intereses de unos 26.200 votantes, mientras que en 2017 eran 30.800.

A priori, Vox ha sido el mayor beneficiado de estos descalabros, ya que ha irrumpido en el Parlament como cuarta fuerza con 11 escaños. La formación que lidera Ignacio Garriga ha obtenido representación en todas las provincias y cada uno de sus asientos ha tenido un precio similar a los del PSC (19.700 votos). Además, sus dos escaños en Tarragona han sido los más asequibles de la provincia, ya que han superado por muy poco las 13.000 papeletas.

El PDeCAT, fuera del Parlament con el 2,7 % del voto

Aparte de los partidos que han logrado representación, hay más de 116.000 papeletas dirigidas a 15 formaciones que no se han transformado en diputados en la cámara. Se trata de un 4 % del voto válido (voto a candidaturas más voto en blanco), del que el 2,7 % pertenece al PDeCAT.

Aunque los sondeos le otorgaban hasta dos escaños con los que aspiraba a ser decisiva en la aritmética parlamentaria, la formación independentista liderada por Àngels Chacón se ha convertido en la fuerza con mayor porcentaje de voto que ha quedado fuera del Parlament en la historia electoral catalana. Los exconvergentes se han colocado por delante de la desaparecida Unió Democràtica de Catalunya, que en 2015 tampoco logró representación con el 2,5 % de los votos.

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