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La vacuna rusa Sputnik V gana puestos en la batalla geopolítica de la pandemia

RTVE.es/Agencias
6 min.

La vacuna rusa Sputnik V se abre paso pese a las reticencias iniciales de la Unión Europea. Si es cierto que Bruselas empezó mirándola con escepticismo, el fármaco ruso contra la Covid ha irrumpido en el debate sobre la escasez de vacunas en la UE con la llegada de 40.000 dosis a Hungría, al margen del esquema conjunto de compras de la Comisión Europea, y con la publicación de los datos de efectividad del 91,6 % en The Lancet.

Es este contexto de escasez el que ha llevado a algunos líderes a tender la mano al fármaco de Moscú, hasta el punto de que la comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides, insistió el martes 2 de febrero en que "cualquier vacuna, sea la rusa o cualquier otra, sería evaluada con esos datos como todas las demás".

"Todas las vacunas se evalúan sobre la base de la evidencia y los datos científicos respecto a su seguridad y eficiencia, una vez que se presenta una solicitud a la Agencia Europea del Medicamento (EMA)", aseguró Kyriakides. La vacuna rusa no ha presentado esa solicitud, pero sí está en contacto con la EMA.

Hungría, el primer europeo en apuntarse a la vacuna rusa

Budapest recibió el martes 2 de febrero las primeras 40.000 dosis de los dos millones de Sputnik V que ha comprado y las autoridades húngaras han comprado cinco millones de dosis del fármaco chino Sinopharm, que tampoco ha autorizado la EMA.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha justificado la aplicación de vacunas de Rusia y China para contrarrestar los retrasos en las entregas de los viales occidentales encargados para toda la UE, situación de la que ha responsabilizado a la Comisión Europea, que preside Ursula Von der Leyen.

Bruselas no quiere que las capitales negocien con los laboratorios con los que trata la CE, como Pfizer o Moderna, pero no se opone a que los países compren dosis de otras vacunas, sabiendo que las autorizaciones de la EMA "están cubiertas por la responsabilidad de la UE" a través de los contratos con los laboratorios mientras que el resto de fármacos "quedan fuera" de esa cobertura.

Una vacuna con efectos diplomáticos

Como lo hiciera en el terreno espacial el histórico Sputnik soviético, primer satélite artificial de la Tierra y en honor del cual ha sido bautizada, la vacuna se está convirtiendo en una poderosa herramienta diplomática para el Kremlim.

Moscú tiene bajo su órbita un creciente número de países latinoamericanos. Según el Fondo de Inversiones Directas de Rusia, la vacuna Sputnik V se ha registrado ya en Venezuela, Argentina Bolivia, Paraguay. Se espera que pronto lo hagan también Brasil y México.

Esto convertirá a América Latina en una de las regiones donde más se comercializará el fármaco ruso. Pero Moscú quiere llegar con la influencia de su vacuna también a numerosos países en vías de desarrollo. Según el Fondo de Inversiones Directas de Rusia, Sputnik V estará en Serbia, Bielorrusia, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Armenia, Turkmenistán, Guinea, Túnez, Argelia y Palestina.

La relación entre la geopolítica y las vacunas

Rusia parece estar ganando por ahora a la UE la batalla geopolítica de la pandemia, en la que los países compiten por demostrar quién es capaz de controlar antes al virus y por el desarrollo de un fármaco eficaz. Moscú se ha adelantado a la UE con su vacuna en los Balcanes occidentales y en el norte de África, las dos regiones por las que ambos bloques compiten desde hace décadas intentando ampliar su área de influencia, al igual que en América Latina.

Los ministros de Exteriores de la UE abordaron en enero la cuestión de cómo ofrecer la vacuna al resto del mundo a través de COVAX, la alianza internacional para la distribución del fármaco a los países en vías de desarrollo, que Bruselas se ha esforzado por impulsar.

"No estamos interesados en esta particular batalla" sobre la diplomacia de la vacuna, señalan fuentes europeas sobre un tablero geopolítico en el que las relaciones entre Rusia y la UE se han vuelto aún más tensas por la condena a tres años de cárcel contra el opositor Navalny, y la decisión de rusia de expulsar a diplomáticos de Alemania, Polonia y Suecia acusados ​​de participar en una manifestación a favor del opositor.

La necesidad aprieta

Frente a estas diferencias, está la necesidad. Por si fuera poco, el director de la OMS en Europa, Hans Kluge, ha dicho que la Unión Europea debe acelerar su campaña de vacunación contra LA COVID-19 con el apoyo de todos los laboratorios, admitiendo al mismo tiempo estar "preocupado" por las cepas y la efectividad de las vacunas sobre ellas.

"Debemos unir fuerzas para acelerar la vacunación", dijo Kluge, ya que la campaña de vacunación en la Unión Europea tuvo un comienzo difícil, en medio de la escasez de vacunas y las tensiones entre Bruselas y algunos fabricantes.

La Unión Europea exige a los laboratorios con los que tiene contratos, que tengan plantas de producción en territorio comunitario para evitar problemas de suministro ante hipotéticas restricciones por la pandemia, condición que no cumpliría el fármaco ruso.

Sputnik V, "una buena noticia para la humanidad"

En este contexto y con ocasión de su visita a Moscú, el ministro de Relaciones Exteriores de la UE, Josep Borrell, ha saludado a la vacuna rusa Sputnik V diciendo que "una buena noticia para la humanidad". Borrell, en rueda de prensa conjunta con el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov dijo que "espera que la Agencia Europea de Medicamentos pueda certificar su eficacia".

Según Borrell, esto la haría apto "su uso también en los países miembros de la UE. Sería una buena noticia, porque como saben nos enfrentamos a una escasez de vacunas y si hay otra fuente de suministro (sería) bienvenido".

Lavrov comentó que la víspera sostuvo una conversación telefónica con el subsecretario de Estado de EE. UU., Anthony Blinken, quien también felicitó a Rusia por el éxito de la vacuna y acordaron "promover los contactos entre los laboratorios, científicos y productores de ambos países" para estudiar la cooperación futura.

Cambio de actitud

Lavrov recordó también que cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, presentó la vacuna rusa -aunque todavía no se la ha puesto-, "la noticia fue recibida de un modo bastante negativo", con valoraciones que iban del escepticismo hasta acusaciones contra Rusia por "tratar de sacar provecho geopolítico".

"A medida que la vacuna comenzó a aplicarse, la actitud comenzó a cambiar", constató el ministro de Exteriores ruso. Además, aseguró que varios países europeos ya han expresado su interés en "la compra y producción" del fármaco, y recordó la reciente conversación entre Putin y la canciller alemana, Angela Merkel, en la que se abordó la posibilidad de la cooperación en esta materia.

El presidente francés, Emmanuel Macron, tampoco cierra la puerta a la Sputnik V, si se trata de una "decisión científica", y la ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, ha dicho que "todas las vacunas son bienvenidas" para el objetivo de "vacunar a toda la población, a la europea, pero también a toda la población del mundo".

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