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El miedo se instala en Granada tras los últimos terremotos: "Tengo la puerta abierta por si hay que salir corriendo"

  • Este miércoles se registraron tres seísmos de magnitud entre 4,2 y 4,5, seguidos por más de cuarenta pequeños temblores

  • Numerosos vecinos salieron a la calle y algunos han pasado la noche fuera de casa ante el temor de un terremoto más fuerte

JESSICA MARTÍN
8 min.

Han pasado más de doce horas desde que Granada tembló por última vez de manera intensa y Carmen todavía no puede respirar tranquila. A los tres terremotos de magnitud superior a los cuatro grados en la escala de Richter les han seguido más de cuarenta pequeños seísmos y así, dice, "no se puede vivir". Con la puerta abierta “por si hay que salir corriendo” y tras una noche en vela que no podrá olvidar, esta vecina de Santa Fe, uno de los epicentros del miedo, relata lo vivido a RTVE.es.

Creíamos que se iba a abrir la tierra. Todos los vecinos salimos a la calle, muchos gritando, y no sabíamos dónde meternos. Es como cuando estás viendo una película de miedo y esperas a que llegue otro susto... Hemos estado toda la noche en vela pensando en que podía dar un terremoto más fuerte”, dice Carmen mientras se toma una tila.

Le resulta imposible no estar en alerta continua ante el mínimo ruido después de la "pesadilla" que sigue viviendo la localidad desde que el pasado sábado se convirtiera en el epicentro de un terremoto de 4,4 grados, un movimiento que se encuadra dentro de un "enjambre sísmico" que no da tregua.

Desde las 22:36 horas del martes a las 12:00 horas de este miércoles, el Instituto Geográfico Nacional ha registrado en torno a 40 seísmos en el entorno de Santa Fe y Atarfe. Entre ellos, destacan dos de magnitud 4,2 y uno de 4,5 que se sucedieron en el transcurso de una hora y que se dejaron sentir hasta en 40 municipios de seis provincias andaluzas.

El primer gran zarandeo de la noche ya empujó a muchos vecinos a la calle sin saber que, cuando casi no había terminado el movimiento, una nueva réplica sacudiría las viviendas y encadenaría una tercera. De nuevo, ruido de cristales crujiendo, objetos impactando contra el suelo y muchas caras de pánico.

Los vecinos se echaron a la calle: "Pasé muchísimo miedo"

En ese momento, dicen los vecinos, no importaban el toque de queda ni las restricciones por la COVID-19. El miedo a los terremotos era mucho mayor que el que provocan los posibles contagios. Las plazas, parques y descampados de numerosos pueblos y también de la capital se llenaron de gente que buscaba protegerse de un peligro invisible.

En algunos municipios de la Vega de Granada optaron por coger el coche y desplazarse al campo para estar alejados de los edificios y no correr riesgo ante desprendimientos, en caso de que se produjera un seísmo de mayor calibre.

Mi madre empezó a llorar y a gritar y bajamos corriendo

“Nosotros vivimos en un tercer piso sin edificios alrededor donde retumban muchísimo los terremotos. Mi madre empezó a llorar y a gritar y bajamos corriendo. Llamamos a toda la familia y decidimos irnos al campo, por si acaso. Yo estuve hasta las cuatro de la mañana allí, pero mucha gente se quedó a dormir en los coches toda la noche. Yo no suelo asustarme fácilmente y ayer pasé muchísimo miedo”, explica Beatriz, que tampoco ha podido conciliar el sueño en toda la noche.

Los vecinos salen a la calle en Granada por miedo a los terremotos

En dos horas se encadenaron más de una veintena de terremotos y los tres más intensos, que además fueron muy superficiales, se percibían, incluso, desde la calle. Al ver que la tierra no se tranquilizaba, Beatriz decidió ir junto a su tía a recoger a su abuela, de 93 años, porque estaba atemorizada en casa y tiene muy poca movilidad.

"Estábamos levantándola de la cama y seguía temblando el suelo. La subimos al coche y nos la llevamos. Había un tráfico impresionante en el pueblo, las calles estaban llenas de gente. Lo nunca visto", dice Beatriz, que conoce la recomendación de no salir a la calle pero tiene preparada una mochila "con lo básico" en la puerta de casa, "por si hay que salir pitando" nuevamente, ya que en su vivienda no se siente segura.

A ella los mensajes de tranquilidad que lanzan desde las instituciones no le dan calma porque, recalca, "la naturaleza es imprevisible" y tiene muy presente que en el pasado hubo terremotos catastróficos en la provincia.

El director de la red sísmica, sobre los terremotos en Granada: "Debemos mantener la calma y no intentar salir de casa

Familias que han dormido en el coche

A Ruth y a su familia el primer seísmo les cogió cuando ya estaban en la cama. Sus hijos, de 2 y 5 años, estaban durmiendo y se despertaron de inmediato. El plan inicial fue resguardarse en una zona de su propia vivienda que cuenta con mayor refuerzo de hormigón, pero al ver que los terremotos no cesaban y que la tercera réplica había sido “tremenda”, decidieron subirse a la furgoneta e irse al campo.

Estaba en pijama, con las zapatillas de estar en casa, y así me fui

“A mí me temblaban las piernas porque no paraban los temblores y era desesperante. En un principio no sabíamos qué hacer, pero como la cosa seguía dijimos 'vámonos'. Yo estaba en pijama, con las zapatillas de estar en casa, y así me fui. Preparé incluso una mochila con agua y con galletas para los niños por si pasaba algo. Luego fuimos a por la furgoneta, pusimos un colchón, y allí hemos dormido hasta esta mañana”, relata.

Sus hijos, cuenta, pasaron de tener mucho miedo a sentir que estaban viviendo “una aventura”, pero lo cierto es que en los adultos la preocupación no se ha ido todavía.

“Los más mayores de mi barrio, que tienen más de 80 años, dicen que jamás han visto nada igual, así que imagínate cómo ha sido”, comenta Ruth.

Gente duerme en la calle durante el terremoto de Granada de 1964 EFE (Archivo)

Desde el 1 de diciembre de 2020 hasta este lunes se habían calculado más de 300 terremotos en este entorno. Los expertos relacionan la reciente sismicidad en la Vega de Granada con la aproximación continua de 4 a 5 milímetros al año entre las placas eurasiática y africana. Concretamente, a la liberación brusca de la energía acumulada en las fallas debido a este movimiento entre placas.

Los periodos de mayor actividad sísmica como el actual corresponden a enjambres, con numerosos terremotos de diferentes magnitudes en localizaciones próximas.

"Lo peor es la sensación de que va a seguir pasando"

Pilar se conoce bien esa teoría, pero sigue sobresaltada porque lo que padece Granada, dice, es "impresionante". Ella vivió la oleada de terremotos en casa de su madre, en el municipio de Peligros, sin poder dar crédito a la sucesión de seísmos que se dio en un corto espacio de tiempo: “Tienes una sensación horrible de pérdida de control, de no saber qué hacer, y veía a mi madre blanca. Con el tercer terremoto nos metimos debajo de la mesa y cuando paró nos salimos a la calle, que estaba llena de gente”.

Lo explica mientras espera a que llegue un paciente a la clínica de podología en la que trabaja, donde hoy no se habla de otra cosa.

“Seguimos todos asustados y lo peor es que tenemos la sensación de que va a seguir pasando. Muchos pacientes han cancelado citas porque les da miedo estar en interior. Una mujer me decía que prefería irse andando a su casa para estar el menor tiempo posible dentro. Hay mucha ansiedad”, lamenta Pilar, que, además, sufre problemas de corazón y asegura que estas vivencias le están afectando.

Me he tenido que tomar medicación para evitar las taquicardias. Ojalá esto acabe pronto”, dice.

Continúa la preocupación en Granada tras una noche en vela por los múltiples terremotos

Desprendimientos y grietas en viviendas

La serie de terremotos ha provocado diversas incidencias por caídas de elementos, desprendimientos y grietas, la mayor parte en viviendas de Granada, Atarfe, Santa Fe y Maracena, sin que consten heridos. Con las atenciones de la pasada noche ascienden a casi 700 los avisos atendidos por el Centro de Coordinación de Emergencias desde la reactivación de la serie sísmica del pasado fin de semana en municipios de la Vega de Granada y se han coordinado 124 incidentes.

El alcalde de Granada, Luis Salvador, y los operativos del Plan Sísmico de esta capital andaluza han llamado este miércoles a la calma asegurando que las edificaciones están adaptadas y que la sismicidad propia de esta zona no suele originar daños estructurales.

La catedrática de Geodinámica de la Universidad de Granada y experta en terremotos Ana Crespo Blanc ha explicado en declaraciones a Efe que la magnitud de los seísmos está vinculada a la longitud de la falla, que en Granada es de solo 20 kilómetros, y apunta que esto hace improbable que se den temblores más fuertes que los registrados en las últimas horas.

Crespo Blanc, investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra desde hace tres décadas y experta en movimientos sísmicos, también incide en que la sucesión de temblores que afectan a la Vega de Granada desde el pasado sábado son "algo totalmente normal".

"Estamos en un límite de placas que se mueven cinco milímetros por año, y esa deformación es la que hace normal que se repitan los terremotos, por mucho miedo que generen", ha detallado Crespo Blanc, quien ha incidido en que "la suerte de Granada" es que está asentada sobre placas "pequeñas".

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