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Portugal: del milagro de la primera ola al descontrol de la tercera

CRISTINA POZO GARCÍA
5 min.

Portugal se reúne con las urnas este domingo, una cita que no ha sido aplazada ni siquiera cuando su presidente y candidato a la reelección, Marcelo Rebelo de Sousa, dio positivo el pasado 10 de enero, tras estar en contacto con un asesor contagiado. A pesar de las protestas por parte de otros candidatos, el dirigente ha decidido mantenerlas –va líder en los sondeos-, dejando a la población portuguesa con la incertidumbre de si es el mejor momento para celebrarlas, como ocurre en España con Cataluña.

Lo cierto es que la situación se ha descontrolado en las últimas semanas, con récords de contagios y de fallecidos no vistos ni siquiera en los meses de marzo y abril de 2020. A pesar de que el país afronta su segundo confinamiento, la medida no ha sido suficiente, pues las autoridades han decretado el cierre de los colegios durante al menos dos semanas.

Boletines RNE - Portugal cierra durante dos semanas toda la actividad escolar - Escuchar ahora

Portugal, pionero en aplicar restricciones desde el pasado año, superó la primera ola de la pandemia mucho más fácilmente que el resto de países de la Unión Europea. Ahora, el territorio se encuentra inmerso en una tercera ola de la que, por el momento, no se vislumbra el final.

Siete días consecutivos con máximos de fallecidos

Desde que empezó la pandemia y con los últimos datos disponibles, Portugal suma 10.469 muertes y 636.190 contagios, de los cuales 169.230 están activos, según reporta la Dirección General de Salud nacional. A partir del 17 de diciembre, la tendencia al alza comenzó a reducirse tras semanas de altibajos, cuyo pico máximo se alcanzó el 19 de noviembre, con una tasa de 62,51 contagios por cada 100.000 habitantes. A partir del 28 de diciembre, coincidiendo con el período navideño, la nación enfila un ascenso que dura casi un mes.

Según los informes más recientes, el 23 de enero se alcanzó el récord de contagios diarios de toda la pandemia: 15.333; una cifra que hace palidecer los 1.516 que se registraron el 10 de abril de 2020, el peor dato de ese primer período. También a los 8.371 del 16 de noviembre, ya en segunda ola, lo que motivó el cierre de los colegios de forma puntual.

Mientras tanto, la curva de fallecidos tampoco ha dejado de subir. En esta semana, acumula siete días consecutivos con máximos: 167, 218, 219, 221, 234, 274 y 275, respectivamente. Durante los meses de marzo, abril y mayo, las cifras no llegaron a alcanzar los 40 decesos diarios. Fue a partir del 2 de noviembre cuando esa barrera psicológica quedó atrás.

Portugal, tercer país líder en incidencia a 14 días en Europa

El semáforo remitido por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) corrobora el panorama epidemiológico poco halagüeño de Portugal. Está en nivel rojo, como la mayor parte de las naciones europeas. La incidencia en los últimos 14 días está por encima de los 150 casos por cada cien mil, y la positividad supera el 4 %.

Más en detalle, según los informes diarios remitidos por los países al ECDC y con los que la institución realiza una media semanal, comparado con otros países de Europa, es el tercero más alto respecto a esta variable (1.215 contagios por 100.000), por detrás de Irlanda (1.444), que parece haber disminuido su velocidad de propagación, y la República Checa (1.362), en clara fase descendente desde principios de año. Respecto a los países de su entorno, Portugal supera a Eslovenia (1.132 casos), al Reino Unido (1.112) y a España (804); junto a este último, comparte la misma estela de subida desde hace semanas.

Por otro lado, el único indicador favorable es el de la realización de pruebas. El país practica más de 2.500 test por cada 100.000 habitantes, una tasa que, según el organismo, replican algunas regiones de España o Francia, entre otras.

La cepa británica, una de las causas ante el colapso hospitalario

Desde los hospitales, los sanitarios se muestran abrumados por la cantidad de pacientes COVID que acuden diariamente. Los últimos datos revelan que los centros portugueses acogen a cerca de 6.000 personas entre ingresos en planta y en las unidades de cuidados intensivos (UCI). Son cinco veces más asistencias que en la primera ola y, 2.000 más que en el mes de noviembre, el siguiente mes con peores datos.

El secretario de Salud, António Lacerda Sales, admitía que la saturación en las UCI era del 88 %. Mientras, la ministra de Salud, Marta Temido, se ha mostrado muy preocupada por la evolución de la pandemia, y ha afirmado que el país vive “tiempos demasiado graves” contra la enfermedad, según recoge una nota del Servicio Nacional de Salud.

Esta institución asegura que gran parte de los nuevos casos registrados en las últimas semanas se debe a la cepa británica, identificada en al menos 30.000 pacientes portugueses. De acuerdo con los datos analizados hasta el 20 de enero, la frecuencia de aparición de esta variante se incrementa un 70 % cada semana, por lo que dentro de tres podría representar hasta el 60 % de los contagios en todo Portugal. En los últimos días, también han confirmado un caso de la cepa sudafricana en el país.

Las más de 200.000 dosis de la vacuna contra la COVID-19 que ya se han administrado parecen no ser suficientes para frenar el avance. Al respecto, la población acude a los comicios presidenciales con una nueva polémica en mente. Según han adelantado algunos medios lusos como Expresso, desde la Dirección General de Salud se baraja la posibilidad de que la clase política sea un grupo prioritario para recibir las inyecciones, algo que no ha sido visto con buenos ojos.

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