La borrasca Filomena ha llegado obligando a desviar vuelos y reducir al máximo el tráfico aéreo en Madrid cuando los aeropuertos españoles apenas acababan de dejar atrás la peor de las tormentas de su historia reciente.
El tráfico aéreo de pasajeros voló muy bajo en 2020, desplomándose un 72,4% respecto al año anterior. La peor de las turbulencias hizo que los aeropuertos españoles pasaran de navegar en 2019 en cotas récord --por encima de los 272 millones de pasajeros-- a descender hasta los 76 millones de viajeros este año marcado por la pandemia.
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“La realización de test con un enfoque coherente debería ponerse en marcha ahora para promover viajar”, dice el director general de ACI, la patronal internacional de aeropuertos. “Hay que deshacerse de las cuarentenas restrictivas con medidas coordinadas basadas en los indicadores de riesgo, combinando de ahora en adelante la realización de test y las vacunas”, añade Luis Felipe de Oliveira.
Las mercancías llegaron a ocupar el vacío que dejaron los turistas a lo largo del año. Según los datos de AENA a cierre de año, el volumen de mercancías que se movilizaron desde aeropuertos españoles se redujo en una cuarta parte en 2020. “Es debido a que una parte muy importante de la carga habitual se ha trasladado en aviones comerciales de pasajeros”, explica AENA.
Los aeropuertos españoles, los peor parados de Europa
El batacazo del tráfico aéreo de pasajeros en España es de los más sonoros de Europa. De entre los diez aeropuertos con mayor número de vuelos diarios, Madrid y Barcelona han sufrido la mayor merma en el flujo de viajeros junto con el de Múnich, según Eurocontrol, el organismo paneuropeo de seguridad aérea.
Madrid-Barajas llegó superar los 1.100 vuelos diarios en 2019 y Barcelona-El Prat los 900. Este año han rebasado los 400 y 300 de media respectivamente, de acuerdo con esa institución.
Las rutas que conectan España con Alemania y Reino Unido, con unas de las frecuencias más elevadas de Europa, son también las que se han visto más perjudicadas, según los datos de Eurocontrol. Se trata de los dos principales mercados para el turismo español.
A 20 años vista
En el sector creen que es una cuestión de confianza del viajero, pero consideran que se tardarán dos décadas en volver al estado de ánimo viajero de 2019.
“En cuestión de unos meses, la pandemia y sus consecuencias se han llevado por delante 21 años de tráfico de pasajeros a nivel global”, añade la compañía de análisis turístico Cirium, que estima que el flujo de pasajeros ha vuelto a cotas que no se veían desde 1999.
Situarse a los niveles previos al COVID-19 en número de vuelos llevará entre dos y tres años más, según ACI. Eurocontrol es más pesimista y vaticina que solo se recobrará el tráfico aéreo de pasajeros en 2024 si la vacunación masiva se produce este año. Si la efectividad de las vacunas suscita dudas, advierte, la recuperación de los vuelos podría aplazarse hasta la próxima década.
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Riesgos financieros
Aerolíneas, operadores turísticos y aeropuertos sobrevuelan de momento esta incertidumbre con créditos millonarios avalados por los estados, ERTE sin fecha fin definida e inmersos en una frenética carrera de renegociación de los contratos en vigor con todo tipo de proveedores.
Casi 200 de aeropuertos europeos están al borde de la bancarrota, advirtió ACI en octubre. Fuentes de AENA han negado que haya españoles en ese escenario, aunque la situación financiera del operador no sea nada halagüeña. Entre enero y septiembre perdió 107,6 millones de euros y sus ingresos se redujeron a la mitad.
En la presentación de resultados del tercer trimestre ante un grupo de inversores, un alto directivo de AENA dejó patente su preocupación: “Si el tráfico aéreo permanece hundido durante los próximos meses, el gasto previsto en bienes de capital se comerá la liquidez que queda. No contamos con mucha más flexibilidad”. El impacto de Filomena, una tercera ola de contagios y un ritmo de vacunación más lento de lo previsto aleja una recuperación en 2021 de altos vuelos.