"Hemos amanecido congelados de frío", describe Loubna El Azmani, mediadora intercultural que vive en el Sector 6 de la Cañada Real. El asentamiento informal, a 13 kilómetros del centro de Madrid, lleva 101 días sin suministro eléctrico y la situación se complica después del paso de la borrasca Filomena.
Una ola de frío que está dejando temperaturas de hasta 10 grados bajo cero. "No hemos podido dormir, yo me he tapado con cuatro mantas y no entraba en calor", relata la mediadora. Ella es una de las 4.000 personas que viven en los dos sectores sin luz.
La Comunidad de Madrid comunicó el fin de semana que, junto con Naturgy, repartiría en la Cañada calefactores y bombonas de gas. Una ayuda que rechazan los vecinos, según ha confimado a RTVE.es una vecina del asentamiento. "Nadie ha ido a repartir nada y lo que Naturgy tiene que dar es suministro de luz. No queremos estufas ni butano. Estamos rogando a los responsables que hagan algo antes de que se produzca más desgracias", lamenta Loubna.
"Los mismos que nos han quitado el suministro eléctrico, nos quieren dar ahora bombonas de gas", denuncia. Recuerda que ya se han producido dos fallecimientos por el extremo frío y que hay "dos bebes ingresados por congelación y más de 40 personas hospitalizadas por intoxicación. "No queremos encontrarnos a vecinos congelados en sus casas".
Asegura que estos días de nieve las familias se están ayudando: “hay personas atrapadas en el camino sin asfaltar. Les ayudamos a conseguir el gas".
El Gobierno madrileño pide refuerzos policiales en la Cañada Real
La Consejería de Vivienda de la Comunidad de Madrid confirma a RTVE.es que ha pedido a la Delegación de Gobierno reforzar la presencia policial en la Cañada Real ante las "coacciones, amenazas y agresiones físicas" que han sufrido este lunes las personas que están repartiendo estufas y bombonas de gas.
Alega que se han producido "momentos de tensón" cuando el Gobierno de la Comunidad de Madrid junto con la empresa energética Naturgy ha comenzado el reparto y "los trabajadores han recibido agresiones físicas con lanzamiento de piedras y levantamiento de barricadas que, no solo les impiden llevar a cabo su trabajo, sino que están poniendo en peligro su integridad personal".
Por su parte, vecinos de la Cañada Real desmienten estos episodios violentos. "De la gente a la que yo he preguntado nadie me ha podido confirmar", precisa Agustín Rodríguez, de la Parroquia de Santo Domingo de la Calzada, que lleva muchos años brindando ayuda y soporte a la comunidad en el asentamiento madrileño.
Confirma que la situación es crítica, que viven estos días con mucha preocupación y que si "hubiese luz se estarían resolviendo muchos problemas en estos días de frío y nieve".
El consejero de Interior y Justicia, Enrique López, ha negado que se haya cortado el suministro en ningún momento. "Lo que ocurre es que una sobreexplotación del mismo es lo que está provocando los cortes permanentes en esta zona", ha explicado.
Mientras, las ONG locales tachan la situación de "fracaso" y consideran que "está bien que repartan cosas en estos momentos, pero tienen que seguir trabajando para resolver el problema base”, expone Rodríguez.
En cuanto al reparto promovido por la Comunidad de Madrid en colaboración con la distribuidora eléctrica Naturgy-UDF, la Parroquia de Santo Domingo considera que la entrega de material, “sea con carácter urgente u ordinario”, requiere siempre “una coordinación previa. En este caso la Parroquia aclara que "no puede ni va a participar en este reparto".
Considera hace falta "una distribución que sea ajustada a las necesidades de la población en estos momentos tan delicados y difíciles”.
Fracasan los dispositivos de emergencia
El Ayuntamiento de Madrid decidió cerrar, durante la madrugada del domingo, el centro de emergencia habilitado en la antigua fábrica de mueble, ubicada en el sector 6 de la propia Cañada Real. A este centro de emergencia, abierto desde el viernes, solo se han acercado a pedir ayuda cuatro personas.
"No necesitamos albergues, tenemos casas, estamos con nuestra familia. No vamos a ir a albergues. Allí no tenemos privacidad, cocina y baño", denuncia Loubna e insiste que "lo único que necesitamos es que se nos devuelva el suministro eléctrico".
Más de 800 familias hacen frente este lunes a las consecuencias de la gran nevada del sábado. Muchos se han quedado "aislados", y los que tenían "la suerte" de contar con un generador eléctrico tienen que recorrer caminos y carreteras cubiertas de hielo para conseguir combustible en una gasolinera.