El primer fallecido con COVID-19 confirmado en España se registró el 4 de marzo. Era el caso de un hombre que había muerto el 13 de febrero en el Hospital Arnau de Vilanova, en Valencia, por una neumonía de origen desconocido. Desde entonces hasta este 28 de diciembre, el Ministerio de Sanidad ha comunicado la muerte de 50.122 personas con SARS-CoV-2. Sin embargo, esta cifra solo engloba a los fallecidos con una prueba positiva. La cifra real es mucho más alta. Solo en la primera ola de la pandemia -hasta el mes de mayo- murieron 45.684, según la estadística de Defunciones según la causa de muerte del Instituto Nacional de Estadística, una diferencia de 18.557 muertes con el dato oficial difundido entonces por Sanidad. El Sistema de Monotorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), por su parte, ha registrado hasta el día 14 de diciembre un exceso de mortalidad de 70.001 personas respecto al año pasado.
En los peores días de la primera ola, a principios de abril -en pleno estado de alarma y con la población confinada en sus casas- se llegaron a comunicar cerca de 1.000 fallecidos al día. La peor semana fue la que va desde el 30 de marzo al 5 de abril con 5.810 óbitos confirmados y un exceso de mortalidad de 11.398 fallecidos. El pico de la segunda ola se alcanzó en la semana del 2 al 8 de noviembre con 1.860 fallecidos "oficiales", pero un exceso de mortalidad de 2.460. En esta segunda ola ha habido días en los que se han registrado más de 300 muertos en 24 horas sin contar los lunes (con mayores cifras por el efecto del fin de semana). Sin embargo, el goteo constante de estadísticas de los últimos meses puede haber hecho perder la percepción de lo que la pandemia está costando en vidas. En RTVE.es analizamos los datos de fallecimientos de COVID-19 para ayudar al usuario a hacerse una idea de cuántas vidas supone la cifra de 50.000.
Los fallecidos de sida en 25 años
Los fallecidos por el nuevo coronavirus son tantos como las personas que murieron de sida en España en los primeros 25 años desde que se registró el primer fallecimiento por el virus del VIH en 1985 hasta 2009, cuando se alcanzó la cifra de 50.988 fallecidos; y tantos como los 51.648 fallecidos en accidentes de tráfico en 17 años, desde 1992 hasta 2018, el último año completo que contabilizada el INE en su estadística de Defunciones según la causa de muertes.
El cáncer de pulmón tarda dos años en sumar una cifra similar de fallecidos (44.274); el infarto de miocardio, tres (44.285); el tumor de colón, cuatro años (45.978); y el de mama, ocho (51.669). En casi cuatro décadas -desde 1980, el primer año del que hay registros en la estadística, hasta 2018- la gripe ha sumado 22.164 fallecidos, ni la mitad de los fallecimientos que ha provocado el nuevo coronavirus.
La COVID-19 comparada con las muertes anuales
Las enfermedades cerebrovasculares -donde se incluyen los ictus- provocaron la muerte de 26.420 personas en 2018, la mitad que la COVID-19 en apenas diez meses. El cáncer de pulmón sumó 22.153 decesos; el infarto de miocardio, 14.521; y el tumor de colon, 11.265. En 2018 murieron 1.896 personas en accidentes de tráfico; 1.852 de gripe y 423 de sida.
Para alcanzar una cifra parecida a la de la COVID-19 en un año habría que sumar los fallecidos a causa de los cinco tumores con mayor número de fallecidos: el cáncer de pulmón -las estadísticas incluyen también el de tráquea y bronquios-, el de colon, el de páncreas, el de mama y el de próstata.
La población de Segovia o un avión al día
Pero incluso comparados con las cifras de otras enfermedades, puede ser difícil hacerse una idea de cuántas personas son 50.000 fallecidos. 50.000 fallecidos es como si prácticamente toda la población de Segovia capital (51.674) hubiera muerto. Son algo menos de los espectadores (53.331) que puede acoger el estadio de San Mamés, del Athletic Club, o dos veces el aforo (25.000) que tuvo la Puerta del Sol en la Nochevieja de 2016. Es como si desde el 4 de marzo se hubiera caído un avión A320 al día con 171 pasajeros a bordo y hubieran muerto en accidentes aéreos 1.190 personas a la semana.
¿Y cuáles serían las equivalencias si tomáramos la cifra de 70.000 del exceso de mortalidad? Entonces estaríamos hablando de toda la población de Paterna (70.195), en la provincia de Valencia, de algo más del aforo del estadio Wanda Metropolitano, del Atlético de Madrid, que cuenta con capacidad para 68.000 espectadores; o de los asistentes a la Nochevieja en Montjüic, en Barcelona, en 2014 con la actuación de la Fura dels Baus. En el caso de los aviones, es como si se hubieran caído diez aviones A320 cada semana y hubieran muerto en estos siniestros 1.750 personas a la semana.
Más allá de los números y su dimensión, cada fallecido tenía un nombre, un rostro. Una familia que ha quedado rota. Puedes leer algunas de las despedidas en este especial Memorial del LAB de RTVE.es.