La pandemia de coronavirus ha puesto patas arriba el turismo en un puente de diciembre en el que prácticamente todas las comunidades han estado confinadas perimetralmente. La distancia es abismal entre territorios: desde un lleno casi total en los alojamientos rurales en Madrid a un desplome en Cataluña o Aragón.
También hay grandes diferencias entre el tipo de alojamiento. Casas rurales o bungalows han vivido un importante auge en las reservas, mientras que los hoteles tradicionales sufren más la ausencia de turistas, especialmente los extranjeros. En la capital, que otros años vivía en este puente la mejor campaña turística del año, la ocupación ha sido de solo el 15% y no han abierto dos tercios de los hoteles.
Todo lo contrario que la situación de algunas zonas de montaña. “El turismo rural individualizado ha tenido un boom muy importante. La gente está buscando sitios que no tenga que compartir y que estén al aire libre”, explica a RTVE Antonio Gonzalo, de la Federación Española de Campings.
La sierra de Madrid, la más beneficiada por el cierre perimetral
Este puente de la Constitución era, en la antigua normalidad, el preferido por los madrileños para escapar de la ciudad hacia destinos de montaña o de costa. Ahora, con el cierre perimetral decretado hasta el próximo día 14 de diciembre, han optado por alojarse en destinos de la sierra, llenos desde hace semanas.
“Hemos estado al 100% de ocupación en alojamientos como los bungalós o cabañas en los árboles”, cuenta Gonzalo, que también es gerente de un camping en Gargantilla del Lozoya, al norte de la capital. Se trata de un crecimiento del 20% respecto al año pasado, números similares a otros alojamientos de la zona. Cree que si el tiempo hubiera acompañado más, la ocupación sería aún mayor en la zona de acampada, donde ha estado entre el 40% y el 70% dependiendo del día.
“No hay suficientes alojamientos para tantos madrileños“
La Comunidad ha previsto una ocupación de las casas rurales del 92% durante estos días de vacaciones en los que las reservas se han multiplicado por cinco, según la estimación del portal Club Rural, que aporta otros datos reveladores. Mientras que en 2019 los pueblos favoritos para pasar el puente eran Aljar, en Huelva, Jaca (Huesca) y Alpujarra de la Sierra (Granada), este año los 17 primeros destinos pertenecen a la Comunidad de Madrid.
El optimismo se ha contagiado entre los propietarios de negocios de las zonas rurales de la comunidad. Gustavo Nash, propietario de 30 establecimientos rurales de la Sierra Norte, explica que a primeros de noviembre ya tenía el cartel de completo puesto. “No hay ni una noche libre, no hay suficientes alojamientos para tantos madrileños”, apunta.
También en otros puntos del territorio, como en Aranjuez o Alcalá de Henares, los hoteleros se han beneficiado de la limitación de salir de la comunidad, y los madrileños han escogido estos destinos frente a otros habituales en estos días, como Toledo o Segovia.
La otra cara de la moneda: desplome de reservas en el norte
Frente a la confianza que se ha vivido en Madrid, otras comunidades han lamentado un puente perdido para el turismo. En Galicia, el cierre perimetral de la comunidad y el confinamiento de medio centenar de municipios, incluidas las principales ciudades, han supuesto un parón total en el turismo y solo se han registrado “pernoctaciones testimoniales”, según el presidente del Cluster Turismo de la comunidad, Cesáreo Pardal.
Lo mismo ha ocurrido en Cantabria, donde también está vigente el confinamiento municipal de todas las localidades o en Asturias, con restricciones en las principales urbes. En Aragón, sin movilidad entre las provincias, solo han abierto entre un 10% y un 20% de hoteles en el Pirineo. En cuanto a las casas rurales, uno de los principales activos de la zona, la ocupación ha rondado el 20%. En la comunidad no se permite el consumo en el interior de los establecimientos hosteleros, lo que ha frenado los desplazamientos en el puente para muchos.
El Pirineo catalán también ha sufrido una caída total en las pernoctaciones, en una comunidad en la que se aplica el confinamiento municipal los fines de semana. Las estaciones de esquí, un potente imán para el turismo, han renunciado a abrir por “responsabilidad” y para intentar preservar lo que queda de temporada.
Ocupación bajo mínimos en el Mediterráneo
Sin turismo internacional ya desde hace meses, y ahora también sin el de otras partes de España, muchas zonas turísticas del Mediterráneo han asistido con resignación a un desplome de las reservas hoteleras. Es el caso de la Comunidad Valenciana, donde no ha abierto ni el 50% de la planta hotelera, según datos de Confederación de Empresarios Turísticos de la comunidad. De los que han podido abrir, la ocupación ha rondado el 20%.
En este territorio la situación ha sido la opuesta a la del interior, sobre todo de la provincia de Castelló, donde los alojamientos rurales están alcanzando una ocupación casi total, según datos de la Turisme Comunitat Valenciana. Muchos alojamientos se están beneficiando del bono Viatjem CV, puesto en marcha por la Generalitat para impulsar los viajes dentro del territorio.
En Baleares, sin embargo, el turismo apenas levanta cabeza. Aunque la comunidad no ha decretado un cierre perimetral, la dependencia de los visitantes extranjeros provoca que la mayoría de hoteles sigan cerrados. El destino urbano de Palma, que otros años era uno de los fuertes este puente, no ha acabado de arrancar con solo un tercio de los hoteles de la ciudad abiertos. La ocupación en los que sí que mantienen la persiana subida ha sido del 20%, según la Asociación Hotelera de Palma.
La situación no ha sido halagüeña tampoco para muchos cámpines en zonas costeras. A nivel nacional están cerrados más de la mitad de estos establecimientos, pero los números son aún peores en provincias como Girona, donde grandes zonas de acampada dependían de los turistas franceses y de otras partes de Europa.
En Málaga y la Costa del Sol permanecen cerrados el 75% de los hoteles, a los que no les compensa abrir. Según el presidente de la Asociación Hotelera de la ciudad, un hotel de cuatro estrellas y un centenar de plazas pierde 50.000 euros al mes estando cerrado. En provincias como Jaén solo ha abierto el 6% de establecimientos hoteleros.
"En este puente se llenaban las camas completamente, el año pasado teníamos más de 500 clientes", ha explicado a TVE Miguel Sánchez, propietario de MS Hoteles de Málaga. En esta zona la ocupación era del 80% en las mismas fechas de años anteriores.
Los más perjudicados por el cierre perimetral
A pocos kilómetros de una sierra madrileña que alcanza récords de ocupación, los alojamientos de Castilla y León sufren un importante parón económico. En Ávila el 80% de los visitantes procede de Madrid, por lo que los hoteles y casas rurales de la zona han tenido que recurrir a un público local, no tan numeroso como el que procede de la capital.
En Madrid ciudad la situación está a años luz de la de otros años, cuando los hoteles no daban abasto a todos los turistas que venían del resto del país. Las luces navideñas, las compras o los musicales de Gran Vía eran los principales atractivos del mejor puente turístico del año, pero ahora algunos hostales de esta calle turística que no han tenido ni una sola reserva.
Otra zona en la que habitualmente había una gran afluencia durante el puente de la Constitución es Canarias, que sigue sin estar confinada perimetralmente, pero que exige una prueba de coronavirus para alojarse en un establecimiento turístico.
En las islas la ocupación hotelera ha sido del 35%, pero se ha disparado hasta el 87% en las casas rurales, de nuevo, las más beneficiadas en esta época en la que se busca la distancia social y el aire libre.