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El puente de diciembre, un pequeño respiro para la hostelería en un año de pesadilla

ÁLVARO CABALLERO
6 min.

Con prácticamente todas las comunidades cerradas a cal y canto, la hostelería ve en este puente de la Constitución una oportunidad única para intentar compensar unas pérdidas que crecen a pasos agigantados desde marzo. “El cierre perimetral nos beneficia porque favorece el consumo local”, explica a RTVE Juan José Blardony, director de la patronal hostelera de Madrid, aunque advierte de que la situación no es comparable en términos de gasto a la de otros años.

En la capital, los puentes de Todos los Santos y la Almudena, fechas en las que habitualmente los madrileños escapaban fuera de la ciudad, han supuesto para una restauración malherida un crecimiento inesperado de la clientela. Aun así, con un 20% de establecimientos cerrados definitivamente por el impacto del coronavirus, muchos ven el puente de la Constitución con más escepticismo que esperanza.

“La situación es de desastre total. El puente como lo conocíamos no existirá este año, pero las grandes ciudades aprovecharán el aumento de los clientes internos”, asegura el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel.

Desde UGT advierten de la gran importancia que tendrá la climatología en este puente, con precipitaciones y frío en casi toda España. "Sigue existiendo temor a los interiores, lo que tiene un impacto importante en la facturación, y eso en el empleo", afirma el secretario federal de hostelería y turismo, Omar Rodríguez.

Zonas turísticas vacías y barrios llenos

Un simple paseo por el centro de ciudades con gran afluencia de visitantes, como Barcelona o Madrid, permite reconocer una realidad que va a dos velocidades. Mientras que las zonas turísticas aparecen desiertas y con las persianas de los locales bajadas, los bares de barrio recuperan durante el puente una actividad desconocida durante los meses de pandemia.

“El centro de Madrid es un solar, otros años la Plaza Mayor estaría abarrotada y ahora la ves desierta”, cuenta Yzuel. En la capital este puente suele ser el de más turismo de todo el año: miles de personas vienen de diferentes partes de España atraídos por los mercadillos navideños o los musicales de Gran Vía y los hoteles cuelgan el “todo completo”.

Los hosteleros madrileños esperan recaudar en estos cuatro días 42 millones de euros, aproximadamente la mitad de lo que facturaron en 2019. “Nosotros dependíamos mucho del turismo y ahora este no llega ni al 10% de lo habitual”, lamenta Blardony.

Además del desplome de las visitas, cuenta mucho el teletrabajo. “Está afectando muchísimo porque todas las administraciones públicas que hay en el centro, lo que se traduce en menos cafés, desayunos o menús”, sigue el director de Hostelería Madrid.

La situación es la opuesta en los barrios periféricos o en las localidades cercanas a las grandes ciudades. Según argumenta Yzuel, “la gente ha descubierto el establecimiento de cercanía, que en su pueblo hay dónde cenar. Todo lo que no sea turístico es posible que trabaje más que el año pasado”.

“No somos los responsables de los contagios”

Desde el sector hostelero insisten una y otra vez en que bares y restaurantes son espacios seguros. “No somos los responsables de los contagios”, asegura el presidente de la patronal española, mientras que Blardony defiende que en estos espacios se dan menos del 3% de los contagios totales.

“Es más seguro consumir en un establecimiento que en un domicilio”, asevera, ya que se garantiza un máximo de personas, las desinfecciones y el uso generalizado de la mascarilla. Por ello, pide que se flexibilicen los aforos.

También se pronuncia en el mismo sentido Yzuel, que entiende que el cierre de la hostelería en comunidades como Cataluña o Galicia, donde bares y restaurante estuvieron cerrados más de un mes, es “arbitrario y gratuito”. En Asturias el sector sigue cerrado por lo menos hasta después del puente y en Aragón se mantienen restricciones muy duras en los locales.

Ante estos cierres, el reparto de comida a domicilio puede suponer un pequeño alivio, pero “no es la panacea”, critica: “muchos estarán perdiendo por vender a domicilio”.

Para Rodríguez, no es tan importante extender las horas de apertura o rebajar aforos, sino garantizar que en los locales se cumplen las medidas de seguridad, algo que en muchos casos no ocurre, tanto en hostelería como en comercio. "Todos deberíamos hacer por cumplir esa normativa, y eso es responsabilidad de todos, tanto de empleados, clientes o empresarios", precisa.

Un puente muy desigual por sectores y por comunidades

El impacto del puente en la hostelería no será igual en toda España. Todas las comunidades, salvo las Islas Baleares y Canarias, aplican confinamientos perimetrales del territorio o de los municipios. Las más perjudicadas, según cuentan los hosteleros, serán aquellos puntos de destino de los habituales desplazamientos en los puentes, como los lugares cercanos a Madrid o Barcelona.

Por sectores, los restaurantes con salones "de gran capacidad” se verán afectados, explica Yzuel. Según afirma Rodríguez, los más beneficiados serán los establecimientos con terrazas y espacio suficiente, pero sin duda el mayor mazazo en el mes de diciembre llega para el ocio nocturno.

Discotecas o bares de copas llevan cerrados desde marzo, aunque pueden abrir, dependiendo de la comunidad, sin pista de baile. Según datos de la patronal España de Noche, un 27% de locales de ocio nocturno ya han cerrado definitivamente desde que empezó la pandemia, y un 69% lo podría hacer si la situación no mejora tras Navidad.

Ayudas insuficientes

La reclamación de los hosteleros es unánime. Agradecen los créditos ICO y los ERTE que el Gobierno puso en marcha durante la primera ola, pero creen que eso se ha quedado corto y piden más. “Tiene que llegar el plan de ayudas presentado por el presidente hace un mes”, pide Yzuel.

El presidente del Gobierno anunció a finales de noviembre un plan de choque para el sector Horeca (hostelería, restauración y cafeterías), aunque sin concretar la cuantía de las ayudas. Más recientemente, el pasado miércoles, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, habló de “medidas quirúrgicas” que se “están ultimando”. El presidente de la patronal hostelera califica de “tomadura de pelo” la tardanza de las medidas y reclama “ayudas directas, como en el resto de países de Europa”.

Sobre los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo), gracias a los cuales ha sobrevivido el sector durante nueve largos meses, Yzuel afirma que son “imprescindibles”, pero “tienen aspectos de mejora y tienen que renovarse en enero”.

"Sobresfuerzo de los trabajadores"

Desde UGT consideran que, a pesar de que la situación de las empresas es "muy delicada", estas están "tirando demasiado de la cuerda" de los trabajadores contratados, y creen que se podría contratar más.

"Hay un sobresfuerzo impresionante de los trabajadores de alta", asevera Rodríguez. Eso en el caso de los pocos afortunados que mantienen su empleo y han salido del ERTE, ya que los meses de octubre y noviembre y la segunda ola del virus han provocado otro desplome del empleo y la pérdida de miles de puestos de trabajo en la hostelería.

Tanto sindicatos como empresarios esperan que estos días de cierres perimetrales y consumo local supongan un alivio, por breve que sea, a la crisis sin precedentes a la que se enfrenta este sector.

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