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Lectores fieles y venta online, los salvavidas de las librerías de barrio

  • El sector aguanta con incertidumbre ante los retrasos de los libros de texto y la caída de la exportación

  • Ficción, ensayos y libros infantiles, los más demandados en una temporada con aluvión de novedades

ANA BELÉN GARCÍA FLORES
8 min.

En sus 50 años de historia las icónicas librerías Proteo y Prometeo de Málaga han sobrevivido a todo: una dictadura, un incendio y a una debacle económica cuando en 2008 uno de cada tres establecimientos colgaba el cartel de cerrado. Hasta que aterrizó el coronavirus.

“Los libreros estamos acostumbrados a la lucha por la supervivencia, pero hay una crisis muy grande de consumo general y que encima el público no pueda venir pues ya es demasiado”, asegura entre irónico y resignado, Jesús Otaola, gerente de las librerías.

Imagen del interior de las librerías malagueñas Proteo y Prometeo cropper

El veterano librero no se lamenta. Proteo y Prometeo, casi en honor a su nombre de héroes mitológicos, han aguantado el tipo estos meses en el alambre. Los clientes de siempre han retornado “con alegría” cuando reabrieron tras el estado de alarma y la venta a través de su web-con reparto a domicilio o entrega del libro en tienda-han apuntalado el resto.

“El reparto está funcionando muy bien y la gente nos agradece mucho el servicio que estamos dando para paliar la bajada en el mostrador”. En esta "nueva normalidad" cambiante se añade la reinvención obligada en un sector cultural laminado.

“Para nosotros también eran muy importante las presentaciones de libros porque se concentraba mucha gente y eran ventas en una sola tarde, pero eso ya no podemos. A cambio, hemos organizado firmas de libros en las que ponemos al autor en una mesita muy cerca de la puerta, la cola se hace fuera y no hay aglomeraciones”, añade Otaola.

“Los lectores tenían ganas de acudir a las librerías”

El lector fiel está sosteniendo, en parte, los eslabones de la cadena del sector editorial que solapa los coletazos de la crisis de 2008 (el desplome alcanzó los 1.000 millones) con el frenazo en seco de la pandemia, pero con un factor diferencial: muchas personas se han volcado en la lectura como bálsamo ante el aislamiento.

El estudio El papel del libro y de la lectura durante el periodo de confinamiento pro Covid-19 en España, elaborado para la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), arroja un incremento de cuatro puntos en el porcentaje de lectores frecuentes sobre las cifras del último Barómetro de Lectura de febrero de 2020.

Hemos leído durante la primavera del encierro y la tendencia continúa en verano, casi siempre optando por el libro en papel, según confirman los editores, aunque el libro electrónico o e-book también ha experimentado una importante subida de facturación que hasta el momento se situaba en un exiguo 5%. “Puede haber aumentado un 50%. Es poco en el cómputo general pero todo ayuda”, apuntan.

Desde la Confederación Española del Gremio de Asociaciones de Libreros (CEGAL) analizan que el cliente de las librerías marca un perfil diferente al de otros negocios: acude siempre a su local de cabecera en busca de cercanía y a la caza de lecturas pendientes.

La pandemia también ha acelerado el comercio online del libro físico. La plataforma www.todostuslibros.com, creada por los libreros, ya roza el millón de visitas y muchos establecimientos de toda España se han sumado al proyecto. “Es una respuesta digital que ofrece venta, dónde encontrar el libro porque tenemos un catálogo amplísimo y la recomendación de los expertos como si acudieras a la librería”, afirma Álvaro Manso de CEGAL.

La proyección de caída de ventas se amortigua

La demanda de ficción, ensayo, libros infantiles y juveniles ha amortiguado la caída de ventas que en abril se situó en cifras negras, en torno al 30%, pero que ahora podría proyectarse con todas las cautelas sobre el 15%, según fuentes del sector consultadas por RTVE.es.

Más un extra: superado el parón ha florecido una cosecha de novedades con autores muy esperados como Pierre Lemaitre (El espejo de nuestras penas) o Leonardo Padura (Como polvo en el viento) al que se suma el plantel de estrellas del policiaco al completo.

“Una parte del plan previsto de novedades irá para el año que viene, ya que se congeló casi un trimestre, porque si no desbordaríamos el mercado (…) pero aun así hay mucha oferta las novedades está siendo espectaculares con libros muy buenos a nivel general. Una de las temporadas con más calidad de los últimos años”, explica Miguel Barrero, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).

En el reverso negativo, el mundo editorial se mueve en las aguas pantanosas de la incertidumbre de la vuelta al cole. La venta de los libros de texto y manuales especializados representan un subsector que acapara un tercio de la edición en España y garantiza la supervivencia de muchas pequeñas librerías.

“La venta de libros de texto va retrasada porque se ha bailado entre las diferentes fechas de apertura de los colegios. Los bancos de libros están paralizados y esto ha sido negativo hasta que la administración resuelva. La gente tiende a reservar todo más tarde. Esperamos que solo sea un retraso”, explica Álvaro Manso de CEGAL.

Y una sombra más en el horizonte: las editoriales miran con inquietud el desplome de la exportación por el coronavirus en Latinoamérica.

“Otra debacle van a ser las cifras de comercio exterior porque el mercado de América Latina no muestra signos de recuperación. Esto puede bajar entre un 60% y un 70%. En países como Argentina está restringiendo las importaciones en defensa de su industria nacional”, explica Manuel Gil, editor y director de la Feria del Libro de Madrid.

Inyección de ayudas y la Mesa del Libro

Las ayudas de la administración central, comunidades autónomas y ayuntamientos también han ejercido de salvavidas, hasta que se aclare la verdadera radiografía del impacto en 2021.

Desde CEGAL señalan que las inyecciones económicas a librerías independientes serán “extraordinarias” de más de “cuatro millones de euros” y “pueden salvar a las que están en peor situación”.

Los editores completan la foto fija: “El golpe está siendo duro en la cadena de distribución, hay muchos autónomos, diseñadores, maquetadores, correctores, traductores…Ha habido mucho ERTE en librerías y hay que ir retomando el pulso”, señala Miguel Barrero.

El ministerio de Cultura ya ha anunciado la reunión inminente de una Mesa del Libro que abordará el meollo reclamado desde hace años: un nuevo Plan de Fomento a la Lectura transversal, enfocado a diferentes grupos de edades y población.

Otra de las peticiones: la creación de un Pacto del Libro específico dentro del posible Pacto de Estado por la Cultura. Una vía para aquilatar al libro, primera industria cultural del país, en plena pandemia cuando el mundo se paralizó pero la gente continuó leyendo.

La cancelación de la Feria de Madrid, “un jarro de agua fría”

“El virus ha acabado con la estrella de las ferias”. Así describe Manuel Gil, director de la Feria del Libro de Madrid, la clausura en cascada de los eventos literarios internacionales, que también se ha llevado por delante la 79 edición presencial de la Feria de la capital que tras ser aplazada estaba prevista para octubre.

“La sensación es amarga y de cierto desconsuelo porque la Feria es el gran evento cultural del libro en España desde hace muchos años. La facturación que genera con respecto a las cifras de comercio interior es baja pero cuando lo hacemos en junio es oxígeno para pequeñas librerías y editoriales. Son días en los que el libro se pone en el centro y todos los medios hablan de la Feria”, cuenta Gil a RTVE.es.

Cartel de la edición suspendida de la Feria del Libro de Madrid

Las imágenes de El Retiro abarrotado son impensables en tiempos de la COVID-19. Casi tres millones de personas acudieron a la feria el pasado año y un 16% eran visitantes extranjeros. Es la segunda vez en su historia que se cancela tras la suspensión durante la Guerra Civil.

“La cancelación de la icónica Feria del libro ha sido un jarro de agua fría pero es que con las complicaciones sanitarias, igual no se hubiera podido realizar. Sí que afecta porque hay compradores solo de feria pero la sensación es sobre todo de la pérdida de actos con los autores, que te acercas a ellos”, reflexionan desde las asociaciones de libreros.

Para paliar el hambre literaria, la Feria del Libro tendrá su trasunto online del 2 al 18 de octubre con actividades, encuentros con escritores y mesas redondas en directo. Posiblemente bajo el lema “El libro en pie” en un aviso a navegantes de la resiliencia del sector que intenta dejar atrás su annus horribilis.

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