Con el cerrojazo de cines, teatros, librerías y conciertos durante la cuarentena por coronavirus, el mundo de la cultura ha pedido reiteradamente al Gobierno ayudas específicas ante la fragilidad de un sector que "cerró de los primeros pero se recuperará de los últimos".
Las medidas se han materializado en el Decreto Ley aprobado este martes en el Consejo de Ministros: una inyección urgente de más de 76 millones de euros que se traducirán en subvenciones, líneas de crédito o prestaciones de desempleo extraordinarias para los trabajadores culturales que no hayan podido acogerse a las normas generales.
Las artes escénicas y la música dispondrán de 38,2 millones en forma de ayudas para apoyar el mantenimiento de las estructuras, actividades y proyectos de este subsector.
El presidente de la Federación de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza (Faeteda), Jesús Cimarro, ha señalado que están "moderadamente" satisfechos con las medidas aprobadas, pero quieren reabrir sus salas con "el 100% del aforo", no con un tercio (como marca la Fase 2 de desescalada como pronto a partir del 25 de mayo), y por ello plantearán a Sanidad un protocolo que garantice en sus salas la seguridad sin que conlleve restricciones a su capacidad.
El sector, ha dicho Cimarro, necesita más recursos y que, por ejemplo, se prolonguen los ERTE. Sobre la bajada del IVA de las entradas y de los cachés de las representaciones en teatros públicos, "algo fundamental de cara a los 8000 municipios que tienen actividad cultural", el Gobierno les ha pedido que "esperen" y seguirán trabajando para que se puedan implantar.
Los teatros, ha indicado Cimarro, "dan por terminada esta temporada" y trabajan con un horizonte de reapertura para la próxima, a partir de septiembre.
La industria musical: "Llegan tarde y son insuficientes"
Muchos más críticos se han mostrado desde la industria musical con el paquete de ayudas. Creen que "llegan tarde y vuelven a ser insuficientes" en comparación con Europa.
Así lo ha manifestado ESmúsica, federación que engloba a las nueve asociaciones más importantes del sector y que ha lamentado en declaraciones a Efe que en el real decreto aprobado se hayan quedado fuera muchas de sus principales demandas, como la aplicación de la fuerza mayor que les ampare legalmente por ejemplo para resolver contratos con artistas.
"No lo entendemos. Esa exención nos permitiría aplazar o cancelar los eventos, porque si no, se haría de manera unilateral por parte del organizador. No es admisible que el ministro de Cultura diga: 'Ya veremos qué hacemos con esos eventos', porque los grandes festivales hay que empezar a montarlos ya mismo", ha subrayado Kin Martínez, promotor y presidente de ESmúsica.
"Nos parece bien que puedan acceder a la prestación por desempleo los artistas. ¿Pero qué pasa con los técnicos, con el personal de la parte fonográfica, con las salas de concierto? Todos ellos se quedan fuera de la adaptación en materia de desempleo", ha protestado la federación.
Desde la Mesa Sectorial del Arte Contemporáneo se han mostrado "totalmente decepcionados" por lo anunciado del Ministerio de Cultura, a la espera de ver el texto definitivo del BOE.
"Esperábamos mucho más porque nos escucharon en las reuniones mantenidas con Hacienda y Cultura. Cada una de las asociaciones que forman la mesa preparó un informe y ahora volvemos a ser una vez más el sector olvidado", explicó a Efe María José Magaña Clemente, representante de Mujeres en las Artes Visuales.
El cine "satisfecho" por el acceso a las prestaciones y la inyección a las salas
El acceso a esta prestación de desempleo en un sector con mayoría de autónomos y contratos fijos-discontinuos era una de las principales reivindicaciones de la Unión de Actores y Actrices, que incluso convocaron un apagón cultural en redes como protesta, que posteriormente fue desconvocado. Desde el sindicato valoran que el Gobierno muestre "más empatía" con el mundo de la cultura que "estaba aguantando y sin poder respirar".
Por su parte, Borja de Benito, portavoz de la federación de exhibidores de cine (FECE), también ha valorado las ayudas directas que este subsector recibirá por un importe de 13,25 millones de euros para financiar la puesta en marcha de los nuevos protocolos de seguridad e higiene en las salas por el Covid-19 y las campañas promocionales para fomentar el regreso del público a las mismas.
"Es la primera vez que los exhibidores reciben algún tipo de ayuda directa del Gobierno", ha destacado a la vez que ha pedido también la complicidad y el apoyo de comunidades autónomas y ayuntamientos de cara a la reapertura.
De Benito ha recordado que aún hay mucha incertidumbre con respecto a cuándo van a poder reabrir las salas, algo previsto en la fase 2 del plan desescalada del Gobierno, que como pronto sería a partir del 25 de mayo.
"Hemos calculado que el coste para acondicionar las 3.500 salas de España es de un millón de euros al mes", ha señalado a RTVE.es y ha enumerado medidas de seguridad previstas como la desinfección continua de zonas de uso frecuente, el espaciado de las sesiones, la demarcación en el suelo de las distancias, mampáras o equipos de protección para los empleados.
Por su parte, los productores de cine agrupados en PIAF (Productoras Independientes Audiovisuales Federadas) ven las medidas "muy correctas y muy en la línea de lo que nos conviene como punto de partida", en palabras de su presidenta, Puy Oria.
El sector del libro valora las medidas como "positivas pero insuficientes"
Con optimismo está también el sector del libro, que ha considerado que las medidas aprobadas este martes son positivas pero insuficientes para afrontar la caída de los ingresos prevista y para asegurar la pervivencia de las empresas del sector, según la Asociación de Cámaras del Libro de España.
Por ello siguen reclamando la aprobación de medidas adicionales urgentes como la puesta en marcha de un programa de compras públicas de libros destinados a las bibliotecas públicas, universitarias y escolares a través de las librerías de proximidad, para lo que sería necesario modificar la normativa referida al contrato menor o la aprobación de un bono-libro que permita incentivar el consumo de libros tras la reapertura de las librerías, entre otras.