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Mascarillas y calor: cómo afrontar las altas temperaturas del verano

SAMUEL A. PILAR
7 min.

Los meses más calurosos del año han coincidido con la obligación de llevar mascarilla de forma permanente en algunas comunidades autónomas. Tres de ellas ya lo han decretado -Cataluña, Baleares y Extremadura-, mientras que otras están estudiando adoptar la misma medida. Altas temperaturas y mascarilla puede ser una combinación complicada para muchos ciudadanos, aunque las autoridades sanitarias apelan a la responsabilidad individual y recuerdan que algo tan sencillo como cubrirse las vías respiratorias sigue siendo uno de los hábitos más efectivos contra la transmisión del virus.

Mercedes vive en una de las ciudades de España donde ya de por sí cuesta respirar en verano: Badajoz. Allí, los termómetros durante estos días superan con facilidad los 40ºC. Ella además tiene el condicionante de estar embarazada de ocho meses y medio, por lo que la nueva medida impuesta por el Gobierno extremeño se convierte en algo muy parecido a un suplicio. "La única opción que yo veo a partir de ahora es no salir de casa, porque es horroroso", confiesa a RTVE.es. "También tengo un hijo de 22 meses; así que imagínate, andando por la calle detrás del niño, con la mascarilla puesta y embarazada".

Esta joven pacense considera que la nueva obligación es "excesiva", pero quiere dejar claro que ella "está a favor de las decisiones del Gobierno, si estas aportan soluciones", aunque no cree que sea el caso. "Yo prefiero que haya más vigilancia para quienes incumplen las normas, pero que los que vamos solos por la calle podamos respirar", opina. Según manifiesta, "van a pagar justos por pecadores".

La experiencia de los profesionales sanitarios

Si hay consejos sobre mascarillas que pueden resultar especialmente útiles para la población, esos son los que provienen de los profesionales sanitarios. Ellos son expertos por partida doble en este asunto. Primero, porque la COVID-19 se ha convertido en su quebradero de cabeza diario desde que explotó la epidemia en España el pasado mes de marzo. Pero también por el hecho de que la mascarilla es un elemento inseparable que los acompaña durante toda la jornada laboral.

"La pesadez de la mascarilla depende del tiempo de uso", explica a RTVE.es Salvador Casado (@DoctorCasado), médico de familia en la Comunidad de Madrid, por lo que pide a las personas que intenten minimizar su uso todo lo posible, o al menos dosificarlo. "Si es una gestión corta, un ratito, pues es más fácil que si tienes que hacer una actividad de muchas horas. Lo principal para la comodidad y el confort es tener bien pensada la gestión y no hacer muchas gestiones con mascarilla del tirón. Es mejor hacerlo en varios momentos distintos de menos tiempo", recomienda.

Sobre el problema añadido de las altas temperaturas, su consejo no es muy diferente al que se repite todos los años por estas fechas: intentar permanecer "a la sombra o en un lugar refrigerado" el mayor tiempo posible. "En las regiones más calurosas, la gente sabe a qué horas es más conveniente salir, y hay que intentar buscar estas horas más frescas o permanecer en sitios más frescos, porque al final la mascarilla es una prenda más que nos ponemos", sugiere Casado.

Cuando se le pregunta si existe algún otro remedio que ayude a sobrellevar el exceso de calor, este médico de atención primaria no lo duda: "¿Pequeños trucos? Pues los de toda la vida... La gente ha utilizado algo que se llama abanico durante siglos, y sigue siendo práctico. Cuando una persona está más agobiada por el calor, abanicarse es una forma de engañar en parte esa sensación", aunque recalca que la medida más efectiva sigue siendo "intentar no prolongar mucho las estancias exteriores que obliguen a usar la mascarilla, especialmente las personas mayores".

La gente ha utilizado el abanico durante siglos, y sigue siendo práctico. EFE / SALAS

¿Crema debajo de la mascarilla? Los expertos no lo recomiendan

La combinación de sol y mascarilla es otro binomio que puede resultar conflictivo. Ya no tanto por el calor, como por los efectos nocivos del exceso de radiación sobre la piel del rostro. En este sentido, no es recomendable aplicarse crema fotoprotectora en la zona que queda cubierta por la mascarilla. "Hay que tener mucho cuidado, porque estamos detectando un incremento de los brotes de acné, además de otras patologías, como pacientes que presentan rosácea", asegura a RTVE.es Agustín Buendía, portavoz de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

El experto explica que estos brotes son consecuencia del efecto combinado de maceración, sudor y crema que se produce bajo la mascarilla en verano, aunque matiza que, en todo caso, "dependerá del tipo de mascarilla que se lleve y de la actividad que se vaya a realizar".

"La crema no es la única medida fotoprotectora, ni la mejor, -opina el dermatólogo-, es una medida complementaria, solo una más". "Si uno lleva un buen sombrero, unas buenas gafas de sol y una mascarilla, pues a lo mejor no se tiene que poner crema en esta zona del cuerpo", sostiene.

A mayor confort, menor seguridad

El problema es que, en lo que respecta a las mascarillas, la comodidad y la seguridad suelen ser inversamente proporcionales. "Si aumentamos confort, disminuimos protección", explica el doctor Salvador Casado, quien pone un ejemplo: "una mascarilla que quede holgada o grande, a lo mejor es más cómoda de llevar, pero si no cierra y no hace mordaza, pues no está haciendo su función".

La mascarilla es como el cinturón de seguridad de un coche, tiene que estar bien puesta.

Un efecto inverso que también se aprecia en los materiales, porque "probablemente la tela sea más confortable que un material más rígido, pero esto también influye en la seguridad".

"Hay que tener claro que la mascarilla es un mecanismo de seguridad, y es como el cinturón de seguridad de un coche, tiene que estar bien puesta", puntualiza.

Sensación de ahogo

Mercedes, la mujer extremeña que está a punto de completar los nueve meses de gestación, confiesa las molestias que le genera el uso de la mascarilla en la calle, lo que le obliga a bajársela de vez en cuando "para poder respirar más", aunque solo si puede mantener la distancia mínima con las personas que le rodean. "Es lo único que puedo hacer, además de llevar agua para hidratarme", asegura.

"Aquí en Badajoz hace un calor espantoso, que te quema, porque el calor que hace aquí en verano es que te quema, y si encima vas con la mascarilla puesta es mucho peor", expresa. "Cualquier persona se asfixia, y no solo yo que estoy embarazada", se lamenta.

El uso de mascarilla no afecta a la función respiratoria, incluso a bronquíticos o asmáticos.

Mercedes se refiere así a esa incómoda sensación de falta de aire que puede acompañar al uso de la mascarilla, especialmente en verano. Aunque, en este sentido, los expertos descartan cualquier efecto negativo en la salud. "¿Que puede aumentar la sensación de ahogo? Claro que sí... Se trata de una sensación que no es cómoda, porque estamos acostumbrados a respirar de forma libre. Pero es más mental que otra cosa. Es un tema de sensibilidad, como te incomoda un zapato que aprieta un poco", dice Salvador Casado.

"Hay una pequeña acumulación de aire, aunque es mínima, -aclara-, por lo que no hay menoscabo en la función respiratoria". "Lo que yo siempre le digo a la gente es que tengan claro que no le va a afectar a la función respiratoria. Incluso aunque sean bronquíticos o asmáticos no pasa absolutamente nada", tranquiliza este médico de atención primaria.

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