La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha descartado el cierre completo de colegios el próximo curso ante un eventual rebrote de coronavirus porque cree que si lo hay, se podrá "perimetrar" con facilidad al trabajar con grupos pequeños de 20 alumnos como máximo, como propuso su departamento la semana pasada para iniciar el próximo curso escolar en septiembre.
La ministra se ha mostrado optimista con los rebrotes porque cree que no los habrá, aunque ha subrayado que si los hubiera se podrían atajar "enseguida" al trabajar con grupos "estables de convivencia".
"Se trabajaría en grupos o módulos pequeños, que no se relacionarán con el resto, porque tendrán distintos tiempos para ir al patio o para comer. Si hubiera un rebrote, sería más fácil de perimetrar, y solo se actuaría en una parte del colegio", ha explicado en una entrevista en Las Mañanas de RNE.
En la Conferencia Sectorial de Educación de la semana pasada, Celaá planteó a los consejeros del ramo que la vuelta a las aulas se produjera en septiembre, pero con grupos pequeños hasta los 10 años, que no tendrían que guardar la distancia de seguridad. Todas las comunidades autónomas, menos Madrid y País Vasco, firmaron el acuerdo.
Preguntada Celaá por la flexibilización que han pedido algunas regiones, la ministra ha señalado que se está trabajando en ver de qué manera se puede dar "alguna flexibilidad más", pero ha insistido en que es "obligado" guardar la distancia interpersonal, salvo en los grupos pequeños.
"De momento, no se puede reducir la distancia a un metro. Trabajamos con las evidencias de los epidemiólogos, y no estamos en disposición de cambiar esa distancia. Seguimos esas recomendaciones, que son prescripciones sanitarias", ha advertido.
"Optimizar" espacios para una educación presencial
La titular de Educación ha insistido en la importancia de "optimizar" los espacios de los centros educativos para poder hacer frente a ese inicio del curso escolar con grupos pequeños. En este sentido, ha explicado que se trataría solo de medidas "coyunturales", y que en ningún caso, "cambiarían el sistema educativo".
"No creo que terminemos el curso en esta situación, se trata de arreglarse durante unos meses. Si los países nórdicos dan clase al aire libre con un clima mucho más frío, ¿por qué no vamos a poder hacerlo nosotros cuando haga buen tiempo?", ha señalado la ministra, que no ha aclarado cuántos profesores más harán falta para cubrir las nuevas necesidades. "Serán las comunidades las encargadas de fijar sus necesidades de personal", ha dicho.
Sobre la posibilidad de que haya centros en los que no se puedan disponer de espacio suficiente, Celaá ha afirmado que habrá que ver la "posibilidad de disponer de espacios alternativos de la administración pública" y ha rechazado hacer "rotaciones" de los alumnos en los colegios en Educación Infantil y Primaria.
"En caso de que sea necesario hacer rotaciones, estas solo afectarían a los alumnos más mayores, nunca a los de Infantil y Primaria, porque es difícil que permanezcan sentados seis horas delante del ordenador", ha asegurado.
Por ello, Celaá ha apostado por el sistema presencial, pues ha considerado que es "la mejor" opción, aunque ha defendido que la digitalización no ha fracasado: "Los niños necesitan la interacción con el profesor, y con otros niños".