El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha afirmado este jueves que su administración invertirá más en la formación de una policía “más fuerte”, pero descarta acometer reformas en profundidad en las fuerzas del orden como demandan las protestas raciales tras la muerte de George Floyd.
El mandatario, que también ha prometido medidas para abordar las desigualdades en el sistema sanitario y el acceso al crédito de las minorías, ha anunciado que pronto firmará un decreto para "alentar a los departamentos de policía de todo el país a cumplir los estándares más actuales y profesionales para el uso de la fuerza".
Las promesas del mandatario, en un acto en una iglesia en Dallas para recaudar fondos para su campaña, llegan después de dos semanas de protestas en todo el país contra el racismo y la brutalidad policial, cuyo detonante fue la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd en manos de un agente blanco en Minneapolis, Minessota.
Previsiblemente, Trump aceptará la nominación del Partido Republicano para las elecciones de noviembre el próximo 27 de agosto en la ciudad de Jacksonville (Florida).
Más formación y más fondos, pero sin grandes reformas en la policía
"Si se les permite hacer su trabajo, harán un gran trabajo", ha afirmado Trump, blindado en su defensa a las fuerzas de seguridad del estado, cuyos errores ha vuelto a acusar a "alguna manzana podrida" y no a un sistema racista como señalan los manifestantes.
"Vamos a cuidar de nuestros policías sin quitarles los fondos (como pide el movimiento "Desfinanciar la policía"). De hecho, iremos por el camino contrario: nos aseguraremos de que están entrenados y tienen los mejores equipos posibles", ha expresado el presidente, subrayando su lema de "ley y orden".
Trump ha defendido que no se puede progresar etiquetando a millones de estadounidenses como racistas.
Responde a las demandas de abordar las desigualdades de las minorías
El presidente, que aspira a la reelección por el partido republicano, ha indicado que quiere abordar las desigualdades existentes en el sistema sanitario, invirtiendo en las instalaciones médicas que sirven a las comunidades minoritarias del país.
También ha señalado la necesidad de facilitar el acceso al capital de las pequeñas empresas de estas facciones de la sociedad estadounidense que no se identifican con la América blanca.
No obstante, el mandatario ha sostenido que con las acusaciones de racismo "se desvía el tema y se empieza a pensar en cosas que no importan demasiado", en aparente referencia al debate sobre si el racismo en EE.UU. es estructural o sistémico, una idea que han rechazado algunos de sus asesores, como Larry Kudlow.
Trump ha insistido en que su plan para mejorar las relaciones raciales se basa en cuatro puntos, entre ellos el decreto que está preparando sobre el uso de la fuerza en los departamentos de policía, cuyo impacto podría ser limitado porque el poder de regular esas agencias depende mayoritariamente de los gobiernos estatales y locales.
Los otros pasos que ha citado son "potenciar intensamente el desarrollo económico en las comunidades de minorías", combatir las "disparidades en términos de cuidados de salud" y pedir al Congreso que dé más flexibilidad a los padres para elegir dónde quieren que estudien sus hijos.
"Recuperad el control de Seattle"
El presidente de Estados Unidos ha amenazado con recuperar el control de Seattle tras días de protestasHa asegurado que la capital del estado de Washington está tomada por “feos anarquistas” que “deben ser detenidos inmediatamente”, en referencia a cerca de 500 manifestantes han establecido un campamento improvisado detrás de las barricadas en el distrito de Capitol Hill.
“El gobernador radical de izquierda Jay Inslee y la alcaldesa de Seattle están siendo burlados y ridiculizados a un nivel que nuestro gran país no ha visto antes. Recuperad el control de la ciudad ya. Si no lo hacéis, lo haré. Esto no es un juego”, ha expresado Trump en su cuenta de la red social Twitter.
"Es inconstitucional e ilegal enviar a los militares a Seattle, " ha respondido la alcaldesa demócrata Jenny Durkan, en una rueda de prensa. "No hay una amenaza inminente de una invasión a Seattle."
En anteriores ocasiones, el presidente ha amonestado a otros gobernadores de estados demócratas, como el de Nueva York, por lo ocurrido durante las protestas raciales y ha llegado a movilizar efectivos militares para sofocar los disturbios.