Al grito de "Black Lives Matter" ("Las vida negras importan"), miles de personas han hecho retumbar la capital de Estados Unidos con la mayor protesta por la justicia racial desde el asesinato el 25 de mayo del afroamericano George Floyd, que fue asfixiado por un policía blanco.
Las protestas comenzaron a las 12.00 hora local (16 GMT) y se desparramaron por toda la ciudad: unas dos mil personas se concentraron alrededor del Congreso y otras mil lo hicieron en el Monumento a Lincoln para, luego, como si fueran ríos confluir en la Casa Blanca.
Allí, un enorme mar de gente con gritos, pancartas y mascarillas entonó cánticos durante horas para pedir cambios estructurales que acaben con la violencia contra los afroamericanos, que en Estados Unidos tienen tres veces más probabilidades de morir a manos de la policía que los blancos, según datos del grupo Mapping Police Violence.
"Día para los libros de historia"
Sentados en la acera frente a la mansión presidencial, estaba la familia del afroamericano Lamar Hacelton, que había decido traer a sus cuatro hijas a la protesta para mostrarles lo que cree que un día llenará los libros de historia.
“Quiero que aprendan que es importante defenderse, por su raza“
"Un día leerán esto como si fuera historia, pero es importante que tengan la experiencia de estar aquí (...) Quiero que aprendan que es importante defenderse, por su raza y por otra gente que tiene menos suerte. Por eso estamos aquí, para que las niñas vean cómo se hace la historia", ha explicado a Efe.
Una de sus hijas, Alexia, de 11 años, llevaba una pancarta con estrellas plateadas y con las letras del lema "Black Lives Matter" que ella misma había dibujado y pintado.
"Esto significa que la gente de mi color de piel y que son más oscuros, que su vida importa, no solo la vida de los blancos", explicó a Efe la pequeña, que espera que las manifestaciones de estos días ayuden a mejorar el mundo para que no sea "tan cruel y tan maleducado".
Menor presencia policial
Los manifestantes desfilaban con los puños en alto en presencia de un despliegue policial mucho menos numeroso que el de los últimos días. Las fuerzas de seguridad han recibido numerosas críticas porque el lunes dispersaron con gases lacrimógenos y lanzaron pelotas de goma contra una protesta pacífica solo para que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pudiera cruzar el parque frente a la Casa Blanca y hacerse una foto en una iglesia.
Este sábado, los agentes estaban en pequeños grupos con una actitud relajada y no llevaban ni cascos ni chalecos antibalas.
El viernes, el Pentágono ya había pedido a los reservistas de la Guardia Nacional que no portasen armas ni municiones y, además, ordenó el repliegue de los 1.600 militares que habían sido movilizados.
Asimismo, los agentes han cortado el tráfico desde las 6.00 hora local y hasta la medianoche en buena parte del centro de Washington, cuyos comercios permanecen tapiados con paneles de madera.
Indignación en otras ciudades
La indignación también se ha dejado sentir en otras ciudades como Nueva York, donde miles de personas han desafiado el toque de queda en plena pandemia y se ha vivido una nueva jornada de manifestaciones pacíficas.
En San Francisco, miles de manifestantes colapsaron el icónico puente rojo del Golden Gate en San Francisco, donde algunos de los activistas tuvieron que marchar entre los coches.
Esa protesta sobre el puente dejó algunas imágenes curiosas, como la de una mujer negra de edad avanzada que sujetaba un cartel con el lema "Estamos cansados de esta mierda" y dedicaba un corte de mangas a cada automovilista que pasaba.
Este viernes, la alcaldía de Mineápolis ha prohibido a la policía utilizar la técnica de estrangulamiento para inmovilizar detenidos.
Esta vez, los manifestantes esperaban sacar a las calles a miles de personas en lo que se espera que sea "una de las manifestaciones más grandes que ha visto la ciudad", tal y como dijo el jueves el jefe de policía municipal de Washington, Peter Newsham, en una rueda de prensa. Newsham estimó que acudirán menos del millón de personas que participó en 2017 en la "Marcha de las Mujeres"; mientras que el secretario del Ejército, Ryan McCarthy, el viernes dijo a la prensa que sus cálculos son entre 100.000 y 200.000 manifestantes.
Ninguna organización está liderando las protestas.
Las protestas se reparten por todo el mundo
Las protestas, que ya alcanzan su duodécimo día, han llegado a 650 ciudades en los 50 estados del país y han traspasado las fronteras. Así, decenas de miles de personas han marchado este sábado por varias ciudades de Francia, Reino Unido, Canadá y Australia para protestar contra el racismo y el abuso policial.
"El racismo es una pandemia", "el silencio blanco es violencia" y "detengan las muertes bajo custodia policial", son algunos de los carteles que acompañaban a banderas aborígenes durante la marcha este sábado en Sídney, donde se congregaron unos 10.000 personas.