La alcaldía de Mineápolis, en Estados Unidos, ha prohibido este viernes a la policía utilizar la técnica de estrangulamiento para inmovilizar detenidos tras la muerte el pasado 25 de mayo del afroamericano George Floyd después de que la policía lo inmovilizara durante casi 9 minutos impidiéndole respirar.
La iniciativa, que surgió a raíz de una investigación por el Comisionado de Derechos Humanos de Minesota, en respuesta al asesinato de Floyd, ha sido aprobada por el Consejo de la ciudad y obliga también a los agentes a informar e intervenir cada vez que vean un uso no autorizado de la fuerza por parte de otro oficial. De no hacerlo, los agentes podrían enfrentarse a sanciones similares a si hubiesen utilizado esta técnica.
Otra disposición del acuerdo recoge que durante la celebración de protestas o manifestaciones, los oficiales no podrán usar químicos, ni balas de goma o explosivos sin la autorización del jefe de policía u otro miembro designado del cuerpo.
"Vamos a desmantelar el Departamento de Policía de Mineápolis y, cuando hayamos terminado, no lo vamos a volver a pegar, vamos a repensar drásticamente cómo abordamos la seguridad pública", aseguró el concejal de Mineápolis Jeremiah Ellison, en declaraciones que recoge Efe.
Debate sobre las maniobras policiales
Las protestas raciales por el asesinato de George Floyd, que siguen sacudiendo Estados Unidos por duodécimo día consecutivo, han abierto también el debate sobre las tácticas policiales a medida que afloran nuevos vídeos de abusos en las manifestaciones.
En ciudades como Los Ángeles ya se han anunciado importantes recortes presupuestarios para sus policías locales, mientras que los distritos escolares de ciudades como Denver, Portland y la propia Mineápolis han cortado sus jugosos contratos de seguridad con los departamentos policiales.
Por su parte, el gobernador del estado estadounidense de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció este viernes que espera que la próxima semana se apruebe un paquete de reformas para combatir los abusos policiales. La propuesta, que debe pasar por el legislativo estatal, consta de cuatro medidas, empezando por la modificación de una ley que ahora mismo mantiene secretos los historiales disciplinarios de los policías.
Precisamente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se ha mostrado como el abanderado de la "ley y el orden", acusó a la oposición demócrata y a su virtual candidato a la Casa Blanca, Joe Biden, de querer recortar los fondos para las fuerzas de seguridad.