El primer ministro de Francia, Edouard Philippe, ha anunciado este jueves que su Gobierno pondrá en marcha un paquete de ayudas de hasta 18.000 millones de euros para la reactivación del sector turístico del país, ante el impacto sufrido por la crisis del coronavirus.
Entre las medidas del plan, Francia movilizará 1.300 millones de euros en inversión directa de capital, mantendrá exoneraciones fiscales y permitirá que las empresas del sector puedan seguir empleando el paro parcial al menos hasta finales de septiembre de este año. Más allá de esta fecha, el paro parcial permanecerá para las empresas que reanuden su actividad de una forma más lenta.
El proyecto del Ejecutivo francés, sin embargo, no recoge una de las reivindicaciones del sector de la restauración, que viene solicitando la aplicación del tipo reducido de IVA al 5,5 % para fomentar la actividad ante la obligación de reducir el aforo de sus locales.
"El turismo se enfrenta probablemente a la peor prueba de su historia moderna. Su rescate es una prioridad nacional", ha asegurado el primer ministro respecto a un sector que, con dos millones de empleos, representa el 8% del PIB del país. Francia es el cuarto país más golpeado por la COVID-19, con más de 27.000 muertes y 140.000 casos.
Un plan "sin precedentes"
Edouard Philippe, que ha reunido un comité interministerial para abordar la cuestión, ha asegurado que el turismo es una prioridad para su gabinete, por lo que ha puesto en marcha un plan "sin precedentes" para su rescate. Sin embargo, el sector tendrá que esperar más que otros para acometer la desescalada, lo cual hará que sean puedan acogerse durante más tiempo y de forma más ventajosa a las medidas de urgencia, el fondo de solidaridad, la posibilidad de acudir al ERTE, los préstamos garantizados o las exoneraciones fiscales.
Hasta ahora han sido unas 62.000 empresas las se han acogido ya a dichas ayudas, valoradas en unos 6.200 millones de euros. Además, las exoneraciones fiscales alcanzarán los 2.000 millones de euros. A ello habrá que sumar créditos garantizados por el Estado que han permitido a muchas empresas afrontar los pagos durante los meses de confinamiento y que también serán extendidos.
El Gobierno francés considera que su medida estrella, la ayuda directa de 1.300 millones de euros, puede arrastrar una inversión privada suplementaria hasta alcanzar los 6.700 millones, que permitirían relanzar el turismo en el país.
El sector ha acogido el plan del Ejecutivo como "satisfactorio", por lo general, aunque sí han lamentado que no haya un calendario más claro para la reapertura de sus establecimientos y de las fronteras nacionales para poder recibir a turistas extranjeros.
Por el momento, Francia ya ha anunciado que impondrá dos semanas cuarentena a los españoles que crucen sus fronteras, aplicando un principio de reciprocidad a la decisión del Gobierno español de aplicar 14 días de cuarentena a los viajeros procedentes del extranjero.
Optimismo dentro del territorio nacional
El primer ministro Philippe ha mostrado su optimismo respecto al turismo nacional, confiando en que los franceses "podrán ir de vacaciones en Francia en julio y agosto", aunque tendrán que hacerlo sujetos a "posibles restricciones muy localizadas". Para ello, ha animado a llevar a cabo reservas, asegurando que "los actores del sector turístico y hotelero se han comprometido a garantizar el reembolso íntegro en caso de que la evolución de la epidemia no permita ir de vacaciones".
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Sin embargo, bares, restaurantes y hoteles deberán mantenerse cerrados, por el momento, hasta el 25 de mayo, mientras el Gobierno ultima con el sector las condiciones de reapertura. Si la evolución de la pandemia sigue siendo favorable, en la zona verde, la menos afectada por el virus, podrían subir la persiana a principios de junio, mientras que en la roja, que incluye a la capital, la espera será más larga.
La empresa pública de ferrocarriles SNCF ha puesto a disposición del público las reservas de los meses de verano tras el mensaje de esperanza y optimismo del jefe de Gobierno.