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El confinamiento rescata un fondo fotográfico hallado hace diez años en un contenedor en Palma

ROSER PUY
3 min.

Las redes sociales nos han servido estos días de confinamiento para conectar con un mundo que se reducía prácticamente a las vistas enmarcadas en nuestras ventanas. Muchos usuarios han compartido experiencias o creaciones artísticas que nos han hecho pasar mejor un tiempo incierto.

Eso hizo el fotógrafo barcelonés Lluís Artus, que el fin de semana subió a las redes unas fotografías en blanco y negro de la ciudad de Barcelona. No sabía de quién eran, ni de donde habían salido. Pero en la conversación con otros internautas llegaron las respuestas. Un vecino de Palma, al otro lado de la orilla del Mediterráneo, las había encontrado en una caja de madera a los pies de un contenedor del casco antiguo hacía una década. 3.800 negativos con indicaciones precisas de la fehca, el sitio o el tipo de revelado. La mayoría localizadas en Cataluña los años 40, 50 y 60.

Cuando por el año 2010 Toni Amengual encontró los negativos, apreció su valor, reveló las fotografías, las escaneó y las ha conservado todo este tiempo. Compartió algunas de las imágenes con amigos y en sus redes sociales. Ahora, el confinamiento de la COVID-19.

Hay imágenes del skyline de Barcelona, del Ensanche, pero sobre todo del puerto, de situaciones cotidianas, como mercadillos o pintores trabajando, en las que se ven los barcos, la estatua del Colón al final de las Ramblas o la estación de Francia. Algunas tomadas desde una situación privilegiada del puerto de Barcelona.

Por eso, el Museo Marítimo de Barcelona se ha interesado por ellas y se ha puesto en contacto con el vecino de Palma que hizo el hallazgo fortuito y rescató el material. Pide 15.000 euros. Ya las había ofrecido anteriormente pero la institución no las pudo comprar por falta de presupuesto. Ahora el museo busca mecenas para poder adquirirlas. Tienen pocas imágenes de esta época de posguerra en los que muy poca gente podía permitirse acceder a un equipo fotográfico.

Silvia Dahl, conservadora del Museo Marítimo de Barcelona y responsable del archivo fotográfico, dice que las imágenes servirían para completar el periodo cronológico y llenar un vacío. Destaca que las fotografías son técnicamente muy buenas y tienen una gran sensibilidad estética. Piensan que su autor era un aficionado con un buen dominio de la composición.

De hecho, poco se sabe del fotógrafo, podría ser un tal señor Tusquets, ese es el nombre que escrito en uno de los sobres de los negativos. Creen que es el que aparece en algunas de las instantáneas con el rostro detrás de una lente. Sigue siendo un misterio quién abandonó las fotografías hace 10 años en un contenedor. Si se pueden incorporar al museo, dicen desde la institución, y esta es la voluntad de su actual propietario, serán de todos y se podrá continuar con la investigación. Una pandemia, tan inesperada como la del coronavirus, ha rescatado un legado encontrado también de manera inesperada, rescatado in extremis de desaparecer para siempre en un vertedero y eliminar unas imágenes históricas de Barcelona.

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