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"La situación estresa, pero las profesionales te tranquilizan": las matronas, el mejor apoyo en un momento de incertidumbre

ROCÍO BLANCO CASTELLANO
9 min.

Eva acaba de dar a luz a su segundo hijo, una niña llamada Lucía que ha nacido en el Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid), uno de los que mayor presión ha soportado durante esta crisis por el coronavirus. "Cuando empezó a hablarse del tema me subió la tensión y todo. Casi no he engordado en este embarazo" cuenta, con la pequeña, de una semana, enganchada a su pecho. En el hospital le confirmaron que estaban "todas igual": la crisis sanitaria ha multiplicado las dudas y preocupaciones de las futuras madres. Y el estado de alerta dificulta que las matronas, el personal sanitario con una relación más cercana, puedan atenderlas presencialmente.

Eva y Lucía, nacida hace una semana, en pleno estado de alarma por el coronavirus. EVA VÁZQUEZ

En el hospital todo eran rumores: "Se decía que iban a cerrar los paritorios, pero al final me explicaron que la zona de maternidad era segura y que todo podría dar a luz allí. De verdad que yo estaba estresada y me tranquilizaron", afirma.

La mayoría de las consultas de los centros de salud se han suspendido y las matronas (unas 7.000 profesionales en activo, con solo un 6% de hombres) hacen un seguimiento telefónico de los embarazos. Este 5 de mayo estas profesionales celebran su Día Internacional y desde la Asociación Española de Matronas reivindican el importante papel sociosanitario que llevan a cabo: "Nos ocupamos de la salud reproductiva y sexual de las mujeres durante toda su vida. Y somos los únicos profesionales que estamos en todos los partos, no curando, sino cuidando", nos cuenta María Ángeles Rodríguez, matrona jubilada tras 45 años de experiencia y 16.000 partos atendidos.

Rodríguez quiere tranquilizar a las mujeres embarazadas en medio de la pandemia. Insiste en que no hay mayor riesgo para ellas que para cualquier otra persona y que ya hay instrucciones para atender los partos, que difieren muy poco de las habituales. "No debería de haber más cesáreas, sí más precauciones higiénicas y mas protección para el personal". También ve normal que aumente el estrés ante una situación desconocida.

Por tres razones - Embarazo y coronavirus: ¿qué riesgos existen? - 31/03/20 - escuchar ahora

Sin clases preparto

Alba está en la semana 39, "en la cuenta atrás", y reconoce haber buscado información por internet sobre el parto y los riesgos por el coronavirus, y las precauciones a tener con el bebé. "Nos anularon todas las citas con la matrona y nos hemos quedado sin clases de preparación al parto. Nos ha dado mucha pena porque somos primerizos". También ha tenido que acudir a urgencias por una subida de tensión "por los nervios".

Somos primerizos y no hemos tenido preparación al parto

"Yo no he salido de casa para nada, la compra y todo la ha hecho mi pareja. Por una parte sí tengo miedo porque no sabes exactamente qué puede pasar y lo piensas mucho más. He llamado al hospital (el Clínico de Valencia) para saber qué tenía que llevar o si me iban a hacer alguna prueba especial. Me dijeron que estuviera tranquila, que la zona de la Maternidad está separada del resto y todo muy protegido", nos cuenta, más tranquila estos días.

Las "Coronamadres"

En el centro de salud le proporcionaron el material para que, ella misma y en casa, tomase las muestras para la "prueba del estreptococo" y un análisis de orina. Y le han dicho que, si el parto va bien, le darán el alta en solo 24 horas y personal sanitario se desplazará a su casa para realizarle al bebé la "prueba del talón".

"Pues así mejor" dice Alba, que tiene también el número de teléfono de la matrona por si surge alguna duda. Sí le preocupa no poder tener visitas en casa: "Mi madre vive en Palma de Mallorca y me da pena que no vaya a poder venir a conocer a su nieto".

Mi madre vive en Palma de Mallorca y me da pena que no vaya a poder venir a conocer a su nieto

Aún más nerviosa le pone la posibilidad de que su pareja no pueda estar presente en el parto, una medida que algunas comunidades, entre ellas la valenciana, quiseron tomar. "Las matronas nos movilizamos inmediatamente, y tuvieron que rectificar. No vamos a permitir que las mujeres pierdan derechos por esta situación, ni por ninguna otra", puntualiza la veterana María Ángeles Rodríguez. "Es un derecho de la mujer, estar sola en una situación tan compleja es muy duro. Necesitan todo el apoyo. Hay que tomar más precauciones, pero deben poder estar acompañadas".

Más precauciones, más información

Laura seguía su embarazo en La Paz, uno de los hospitales más grandes de Madrid, para hacer un seguimiento intensivo a su bebé, al que detectaron una cardiopatía congénita. "Lo único que me han mantenido son las ecografías para ver la evolución del corazón del bebé, porque son muy importantes".

Al hospital no puede entrar acompañada: "No es que no te dejen entrar, es que los echan del edificio directamente. Hay señalizados asientos donde no sentarse para guardar la distancia mínima de seguridad. Hay un profesional a la entrada del edificio proporcionando gel higienizante".

El resto del seguimiento lo hace casi todo por teléfono. Este martes, la matrona del centro de salud le ha puesto la vacuna de la tosferina. Laura confía en todos los profesionales que se ocupan de su caso: "nos tratan con especial cariño y sé que si tienen que realizar alguna intervención, lo harán por mi seguridad y la del bebé".

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Parir con mascarilla y altas tempranas

Cristina dio a luz el 18 de marzo, recién decretado el estado de alarma. "Nos tomaron la temperatura al llegar y varias veces durante el parto. Y tuvimos que estar con mascarilla. Yo me la quité porque no podía respirar, pero Sergio (su pareja) estuvo todo el rato con ella". Las dimensiones de la pandemia aún no estaban claras, ni el protocolo a seguir: "Se notaba que el personal estaba nervioso, escuchamos rumores de que un sanitario tenía síntomas", cuenta.

Cristina sostiene a la pequeña María, que tiene mes y medio. "Mi abuela de 98 años la ha conocido por videoconferencia". SERGIO BUENVARÓN

La pequeña María no quería nacer, así que al final tuvieron que hacerle una cesárea y su pareja no pudo entrar a quirófano. Lo normal es permanecer en el hospital hasta una semana después, pero "estuvimos solo cuatro días porque la situación era extraña".

"Venía el pediatra y miraba a la niña con pértiga, casi. Yo estaba con una bomba de morfina por el dolor y me fui a casa a pelo, sin medicación, por los nervios. Nos dieron el alta y nos fuimos corriendo sin despedirnos, ni le pusimos a la niña el trajecito de sacarla del hospital. Con un pijama y tapada hasta arriba, parecía que estábamos robando un niño", bromea ahora Cristina. Pero el susto, entonces, fue grande.

"Me fui a casa llorando, pensando que a lo mejor me había contagiado en el hospital y se lo iba a pegar a mi madre, que había venido a verme antes del parto y se tuvo que quedar", una situación que al final la ha beneficiado. "Está aquí con nosotros y me ayuda mucho, claro". Le ha dado pena también no poder recibir visitas: "Mi abuela tiene 98 años y ha conocido a la niña por videollamada". Está deseando llevarse a María a Palencia para presentarla al resto de la familia, pero sabe que tendrá que esperar. Mientras tanto, paseos con el carrito en las horas permitidas.

Me fui a casa llorando, pensando que me había contagiado en el hospital

Eva, tras su parto natural, se fue a casa en menos de 48 horas. Y tuvo que aguantar todo el parto con la mascarilla, "pero con epidural". "Nos hicieron la prueba del COVID a los dos. A mí serología y PCR, y a mi marido solo la serología. Y hasta que no estuvieron los resultados, que fueron negativos, no me pusieron la anestesia", afirma.

Ella lo pasó mal antes del parto, pensando en que, si estuviera infectada, no podría hacer piel con piel con la recién nacida. "Yoel, mi hijo mayor, fue prematuro y me tuve que ir a casa y dejarlo ingresado. No quería que me separaran de ella", cuenta ya en casa, con los dos pequeños juntos.

No medicalizar los partos en exceso

Jubilada desde 2015, María Ángeles Rodríguez lleva ahora las relaciones institucionales de la Asociación Española de Matronas. Insiste en que la normalidad debería ser la tónica durante la pandemia: "No hay grupos de preparación al parto y se atienden dudas telefónicamente, pero se hacen todas las pruebas que tocan en cada trimestre", afirma.

No deberían adelantarse más partos, ni incrementarse las cesáreas

El momento del parto tampoco ha cambiado tanto, explica Rodríguez: "Tampoco debería subir el número de partos inducidos, ni incrementarse las cesáreas por el coronavirus". Su mantra, siempre es "no intervenir innecesariamente".

En momentos como este las mujeres suelen apoyarse en sus madres u otros familiares cercanos. El coronavirus ha alejado su contacto físico, pero el apoyo emocional continúa en la distancia. Las matronas también se lo ofrecen.

María Ángeles Rodríguez, matrona con 45 años de experiencia, sostiene a uno de los últimos bebés que trajo al mundo antes de jubilarse. MARÍA ÁNGELES RODRÍGUEZ

Ella ve su profesión "como un credo". "Empecé en 1972 en el Hospital de la Paz (en Madrid), y entonces atendíamos más de cien partos al día", dice. Ha visto los grandes avances tecnológicos en diagnóstico y control, que salvan muchas vidas de madres y bebés. Pero defiende también "una visión natural de las cosas".

"No hay que medicalizar en exceso el proceso del parto. El embarazo y el parto no son una enfermedad. El cuerpo de la mujer está preparado para dar a luz, y el feto también para nacer. Por supuesto, puede haber complicaciones", deja claro, por lo que defiende "la filosofía del cuidado de las matronas, que somos competentes para discernir si algo va mal y hay que avisar al médico".

En este momento de aplausos a los sanitarios, la matrona siente que su profesión sigue sin ser reconocida. Y denuncia que en estamos muy por detrás del resto de Europa en el número de profesionales: en España hay 0,13 matronas por cada mil habitantes, mientras la media en los países de la OCDE es de 0,34.

No hay que medicalizar en exceso el proceso del parto

Aún así, la pasión por atender a las mujeres en uno de los momento más importantes de la vida no se cambia por nada. Para las que ahora están afrontando su embarazo, María Ángeles Rodríguez tiene un mensaje: "El miedo es muy difícil de quitar, pero que sepan que las vamos a atender con toda la seguiridad. Que estén tranquilas, que vamos a estar a su disposición, como siempre".

Ser madre en tiempos del coronavirus

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