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El menudeo de droga se salta el confinamiento: "Hay gente en casa que solo piensa en cómo pillar"

JESSICA MARTÍN
10 min.

Las restricciones de movilidad durante el estado de alarma son muy claras, pero no hay confinamiento que pueda retener a quienes sufren una adicción a las drogas y no están bajo tratamiento. Estos enfermos se encuentran ahora en una "situación límite" y no pueden evitar saltarse las normas para seguir consumiendo unas sustancias que llegan a sus manos de múltiples formas: 'camellos' que usan al perro como excusa para salir, falsos mensajeros que entregan la droga a domicilio o encuentros pactados en el supermercado.

Ante esta realidad que confirman tanto las asociaciones de ayuda a la drogodependencia como la Policía y los ciudadanos, los especialistas recuerdan que su labor continúa de manera intensa durante este periodo para evitar que muchos adictos caigan en un 'agujero' cada vez más profundo.

El encierro puede arrastrar a los adictos a "una situación límite"

Alicia tiene 23 años. Con 12 empezó a consumir alcohol y porros y a los 17 ya era adicta a la cocaína y a otras drogas. Por eso sabe bien de lo que habla cuando dice que el confinamiento puede llevar a algunos drogodependientes "a una situación muy límite".

“Hay días en los que tienes más ansiedad por no saber cuándo va a terminar esto. Siempre nos han dicho que antes de una recaída de consumo hay una recaída de comportamiento y el tiempo libre es malísimo para todas las adicciones”, señala la joven a RTVE.es.

Hace solo 11 meses que ella ingresó en ITA Adicciones, un centro de Barcelona en el que tratan a estos enfermos. Tras varios meses interna, Alicia había vuelto a casa y continuaba con el seguimiento presencial en el centro, pero a raíz del estallido de la pandemia se vio obligada a volver a internarse. Es muy consciente, dice, de que los "riesgos que hay en la calle" ella aún no los tiene “dominados por completo”.

En estos días el mayor reto para un adicto, asegura, es aprender a distraer la mente y vencer el pensamiento al que conducen sensaciones como el aburrimiento o la soledad.

"Nos lo podemos vender de tal manera que puedes pensar que te lo puedes permitir por la situación”

"Esta enfermedad tiene una cosa muy mala que es el autoengaño"

“Esta enfermedad tiene una cosa muy mala que es el autoengaño. Nos lo podemos vender de tal manera que llegas a pensar que te lo puedes permitir por la situación”, relata Alicia, que también apunta que “unas adicciones llevan a otras” y considera que quienes lo tengan difícil para “pillar" mediante un 'camello' optarán por la bebida o por el juego online.

Si lo tiene tan claro es porque cuando ella intentó dejar los porros terminó más enganchada al alcohol. Piensa que quienes tengan el 'mono' y no reciban ayuda estarán cayendo en lo mismo: "Lo que buscas es el 'colocón' y da igual con qué sustancia sea".

“Yo me pongo en situación de los que están en casa y creo que van a consumir tres veces más porque no sabrán gestionarlo"

“Yo me pongo en situación de esas personas que están en casa y creo que van a consumir tres veces más porque no sabrán gestionarlo. Y puede ser que en el confinamiento te des cuenta de que tienes un problema y quieras poner remedio, pero seguro que también hay gente que estando en casa en lo único que piensa es en cómo pillar”, añade Alicia, que por eso insiste durante la entrevista en la importancia de pedir ayuda.

Con voluntad, recalca, “van a poder salir del agujero” incluso en este tiempo de soledad y encierro. “Pero que no les dé miedo pedir ayuda. Yo ahora es cuando estoy empezando a ser feliz. Creía que era libre pero estaba atada a una droga”.

Los adictos se saltan las normas de movilidad para 'pillar' droga

Desde distintas asociaciones de ayuda a la drogodependencia coinciden en que son tiempos especialmente difíciles para los adictos a los estupefacientes.

“El cuerpo a todos en general se nos ha puesto en modo lucha y eso hace que la ansiedad vaya aumentando. Esto incide mucho más en los adictos que no están en tratamiento porque se están subiendo por las paredes”, explica Antón Durán, psicólogo y director de la Fundación Hay Salida.

También preocupan a los profesionales los pacientes que llevan muy poco tiempo en rehabilitación porque muchos han pedido el alta voluntaria de los centros y es difícil “retenerlos”.

"Los adictos que no están en tratamiento se están subiendo por las paredes"

“Sabemos que esas personas para mitigar su adicción están saliendo a la calle, saltándose el confinamiento y recibiendo sanciones”, lamenta José Luis Rabadán, médico especialista en adicciones de la red UNAD, quien además apunta que "la calidad de las drogas está disminuyendo" y el precio se está "disparando".

Nuevas formas de venta: paseos con el perro y falsos 'riders'

Nada de esto frena a muchos adictos sin tratamiento, así que el trapicheo y el menudeo se han tenido que reinventar para burlar las nuevas normas de movilidad.

Claudia (nombre ficticio) es consumidora habitual de hachís y marihuana. Al principio de la cuarentena, tras intuir que el confinamiento iría para largo, salió a “pillar” y desde entonces no ha vuelto a hacerlo. Ella tiene cierta facilidad para controlar su adicción, pero asegura que quienes necesitan seguir consumiendo siguen comprando. Es más complicado ahora, pero no imposible.

“Los camellos se cuidan mucho. No puedes llegar como dicen y decirle a uno ‘quedamos en el súper’. Y normalmente el que te mueves eres tú”, señala a RTVE.es.

Sé de algunos que han adoptado a un perro solo para poder salir a vender mientras lo pasean

Sé de algunos que han adoptado a un perro solo para poder salir a vender mientras lo pasean. En las bolsas para recoger las cacas llevan la droga para poder hacerse los tontos”, revela Claudia, que puntualiza que esta venta ilegal “no solo se lleva a cabo en barrios marginales” y que “hay barrios ricos en los que van a comprar directamente con el coche”.

Lo que esta joven cuenta encaja con lo que apuntan fuentes policiales consultadas por este medio. Entre las nuevas formas de pasar droga, además de las quedadas en los establecimientos donde venden productos de primera necesidad, se encuentra el reparto a domicilio a través de ‘riders’.

En Almería, la Policía incautó una mochila idéntica a la de la empresa Glovo que portaba empanadillas con marihuana dentro; en Madrid un repartidor transportaba una caja de omeprazol llena de metanfetamina y en Barcelona otro supuesto mensajero entregó a una mujer en su portal un “paquete de tabaco” que en lugar de contener cigarrillos tenía cocaína.

A mayor escala operaba un grupo delictivo que había creado en la Costa del Sol una empresa ficticia de alimentación, concretamente de elaboración de tomate en conserva, para garantizarse los transportes por carretera a Lituania durante la vigencia del estado de alarma. La pasada semana, la Guardia Civil incautó a esta organización 200 kilogramos de hachís que estaban ocultos en latas de tomate frito.

Fotografías facilitadas por la Guardia Civil, que ha desarticulado una organización delictiva dedicada que creó una empresa ficticia de elaboración de tomate en conserva para seguir traficando durante el estado de alarma. Guardia Civil

De las drogas ilegales a las "legales"

Y esos son solo algunos de los ejemplos del 'modus operandi' de los pequeños 'narcos' durante el estado de alarma. Están dispuestos a asumir un mayor riesgo para ganar dinero con la droga, conscientes de que los adictos “hacen lo que haga falta” para seguir consumiendo.

No obstante, Durán cree que el menudeo habrá descendido “en un porcentaje altísimo” y advierte de que muchos adictos estarán optando por las “drogas legales”.

“Hay muchos fármacos como el lorazepam o el bromazepam que calman el síndrome de abstinencia. Como lo ilegal está más difícil, el adicto recurrirá a lo legal. No hay datos de momento, pero estoy convencido de que ha aumentado la venta de estos fármacos en las farmacias”, sostiene.

"Como lo ilegal está más difícil, el adicto recurrirá a lo legal"

También lo afirma Paco López, sociólogo y director de la Asociación Patim Patim, que cuenta con nueve centros en la Comunidad Valenciana.

“Estamos viendo que hay un repunte alto en las adicciones con sustancia. La gente consumidora, los antiguos, los crónicos de verdad que no han llegado nunca a rehabilitarse, son los más vulnerables y los que más están sufriendo, pero también están apareciendo más personas que están consumiendo mucho: sobre todo mucho de alcohol y muchos medicamentos”, señala.

"Hay gente pidiendo ingresar en los centros"

En estos días, la comunidad terapéutica de la asociación Asociación Patim Patim sigue tratando a los pacientes y sus centros continúan funcionando, con los internos confinados.

“Son centros necesarios como los de salud mental y tenemos que estar ahí dando la cara. Llevamos desde el año 85 y hemos pasado por situaciones peores porque hemos pasado el VIH”, reivindica López.

El gran reto de los centros de esa asociacion ahora, precisa, consiste en atender a los nuevos casos: “Hay gente que nos está llamando y necesita ingresar, pero no tenemos test para hacerles y no podemos ingresar a personas si no nos garantizan que están limpias. Es un problema acuciante porque hay gente que ha venido a la puerta pidiendo quedarse porque saben que van a recaer”.

Siguen abiertos los centros que suministran metadona

Según una encuesta realizada por la red de UNAD a más de 200 organizaciones, la mayor parte de los recursos de atención presencial, tanto públicos como de ONGs, están cerrados. Sin embargo, los médicos especialistas en drogodependencia siguen atendiendo por teléfono y numerosos centros y asociaciones han abierto nuevas líneas para atender a los adictos y a sus familias.

Sí continúan abiertos los centros que suministran metadona porque son “imprescindibles” para la rehabilitación de muchos pacientes, explican Isabel Hernández, responsable del Centro Ambulatorio de Ayuda a Drogodependientes de la Asociación ACLAD en Valladolid, y Sonia Martín, responsable técnico de ACLAD y trabajadora social.

En las cuatro provincias en las que opera la asociación –Valladolid, Palencia, León y Burgos- se entrega metadona a los 126 drogodependientes que se encuentran dentro del programa, pero se ha espaciado la recogida para “minimizar riesgos”.

En los últimos días, cinco personas más han solicitado metadona a la asociación y 30 adictos han pedido un tratamiento de desintoxicación. Además, se han atendido más de 815 llamadas de apoyo social: “A muchos les cuesta colgar el teléfono y agradecen más que antes este apoyo”, afirman Hernández y Martín.

Este periodo, también duro para los familiares de drogodependientes

Del mismo modo que los drogodependientes encuentran ayuda al otro lado del teléfono, también sus familiares pueden recibir apoyo en la distancia. El que ofrece Familias Anónimas -una asociación que sigue el mismo programa de alcohólicos anónimos pero aplicado a las drogas- nace de la experiencia de los familiares de otros adictos que están en proceso de rehabilitación.

Dolores, responsable del teléfono nacional de esa comunidad, tiene una hija drogodependiente y, aunque revela que el confinamiento ha llegado en un momento de calma, incide en el peligro de levantar la guardia y pide a los familiares de estos enfermos que mantenga la firmeza.

“Estamos en un momento poderosísimo y valiosísimo para poder dejar las drogas. Se cree que en tres semanas de abstinencia total se dejaría la adicción física y con una cuarentena así, fíjate... Pero la mente no siempre está preparada para entenderlo”, lamenta Dolores, que se esfuerza por ser optimista y quiere creer que esta etapa también pueda ser beneficiosa para quienes son conscientes de su problema y luchan para vencer "a ese otro enemigo que es la droga".

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