Italia sigue en el buen camino para atajar la emergencia sanitaria que ha provocado la pandemia de la Covid-19, y cierra esta semana, con la que cumple seis semanas de confinamiento, con el menor número de fallecidos en los últimos siete días. Este domingo Italia contabilizó 433 fallecimientos con coronavirus, y la cifra total de muertes asociadas a la enfermedad desde que estalló el brote en el país es de 23.660.
También el número de casos nuevos ha descendido a poco más de 3.000 (3.047), una cifra inferior a los 3.491 de la víspera, según los datos de Protección Civil. En definitiva, Italia continúa en la fase de ralentización y estabilización, esa "meseta" en la que entró hace dos semanas y por la que transita lentamente, cuando faltan otros catorce días para llegar al final de las medidas de restricción dictadas por el Gobierno.
Sin embargo, no hay que olvidar que Italia sigue siendo el segundo país del mundo con más fallecidos por Covid-19, solo por detrás de unos Estados Unidos que le quintuplican en población.
Los casos totales de contagios desde que el 21 de febrero se detectó el brote en Italia se sitúan en los 178.972, lo que supone un aumento de 3.047 infecciones en las últimas veinticuatro horas. De ellos, 108.257 están contagiados y 47.055 han superado la enfermedad, 2.128 más en las últimas 24 horas.
De los casos activos, el 74%, 80.031 personas, se encuentran en aislamiento domiciliario, mientras que 25.033 están hospitalizadas con síntomas leves (558 más que el sábado), además de 2.635 que se encuentran en cuidados intensivos, 98 menos respecto a la jornada anterior.
Plan para la reapertura de la actividad productiva e industrial
Entretanto se registra una tendencia a la baja en los indicadores más preocupantes de la pandemia, el Gobierno italiano trabaja en un programa nacional que permita la reanudación de "buena parte" de la actividad productiva e industrial tras el 3 de mayo, cuando expira el decreto que confinó el país para contener la pandemia del coronavirus, y no antes, ha advertido el Ejecutivo, porque la mitigación del contagio no basta para "permitir un aligeramiento de las obligaciones actuales", señalan fuentes gubernamentales.
El primer ministro Giuseppe Conte se reunió hasta la noche del sábado con el comité técnico-científico y de expertos económicos y sociales para analizar cómo afrontar la conocida como "Fase 2", la reapertura gradual del país.
Estos planes integrarán "una gestión organizada y coordinada de las actividades industriales, logísticas y de transportes", marcadas como prioritarias, pero sin perder de vista la evolución de la curva epidemiológica.
También tienen que conciliar las divergencias entre las regiones del próspero norte y del sur, más pobre pero mucho menos afectado por la pandemia, entre la petición de instrucciones armonizadas a nivel nacional para la reapertura y al mismo tiempo un margen de autonomía para que las regiones gestionen sus singularidades.
Peticiones de las regiones
Sobre la mesa del Gobierno central hay una lista de cuatro peticiones para tenerlas en cuenta de cara al plan de reapertura del país.
La Conferencia de las Regiones y de las Provincias Autónomas cree que los dispositivos de seguridad, pruebas o aplicaciones de trazado de contactos deben ser "homogéneos en todo el territorio nacional para evitar confusión" y distribuir entre la población mascarillas y guantes, que deben ser "obligatorios".
Respecto a la actividad en las ciudades, plantean que la vuelta al trabajo deberá ser gradual, la movilidad de la población tendrá que ser segura, adecuando el transporte público, y ven conveniente regular el horario laboral para evitar aglomeraciones. Y consideran que "es necesario posponer la movilidad entre las regiones", un tema clave en el proceso de reapertura.
En tercer lugar se planteó la posibilidad de que desde el próximo 27 de abril se reanude el sector de la construcción, también las obras de reconstrucciones de los terremotos de 2016, así como en las factorías "más expuestas a la competencia internacional".
Por último las regiones proponen la "progresiva recuperación" de la vida social de los niños y piden planes para afrontar la apertura de escuelas en total seguridad.