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"Los cuerpos duelen, pero las almas sufren", el proyecto HUCI para humanizar las unidades de cuidados intensivos

RTVE.es
3 min.

En estos días de coronavirus en los que salvar vidas se ha vuelto el objetivo más vital, valga la redundancia, de gobiernos de todos los colores, empresas y ciudadanía en general, hay que tener en cuenta también esto: “Los cuerpos duelen, pero las almas sufren”. Son las palabras de Gabriel Heras, médico especialista en medicina intensiva y director del proyecto HUCI, que trata de humanizar las unidades de cuidados intensivos para el cuidado emocional de sus pacientes y, no menos importante, de los profesionales sanitarios.

En Las Mañanas de RNE, ha explicado que se trata de fomentar “la flexibilización de los horarios, la participación de las familias de los pacientes en los cuidados, la mejora en la comunicación, el cuidado del cuidador, la prevención de las secuelas emocionales y el acompañamiento en el proceso de morir” en estas unidades tan sensibles.

Unas unidades que, afirma, no son como imagina la gente, es decir, “espacios de muerte, soledad, tristeza, miedo y mucha tecnología”, sino que son unidades “que dan vida realmente” ya que “la buena noticia es que el 85% o el 90% de las personas que ingresan en ellas sobrevive”.

El proyecto nació hace seis años tras escuchar los cambios sugeridos por las familias y los propios profesionales no solo para las UCI, sino para el sistema sanitario en general.

"Todos tenemos hambre de piel, pacientes y profesionales vivimos del contacto humano"

“Todos tenemos hambre de piel. Tanto pacientes como profesionales sanitarios vivimos del contacto humano, de abrazar a la gente y de tocarnos. Y, desde luego, esta pandemia está poniendo de manifiesto todos los déficits que había en el sistema. Habrá que hacer una profunda reflexión porque parece evidente que la salud no puede estar en manos de políticos”, ha aseverado.

Dos proyectos en uno

El proyecto HUCI se basa en dos iniciativas. Una, es una red intrahospitalaria de profesionales voluntarios “para que ningún paciente o familia estén solos”, y es posible pese a las medidas del confinamiento y del estado de alarma. “Está la tecnología, los móviles o transmitir mensajes de cariño y amor con cartas o whatsapps”, celebra Heras.

Esto es algo que ya se está haciendo en algunos hospitales del país. De hecho, hace unos días se hizo viral el vídeo de Susana, la enfermera del Hospital del Mar, en Barcelona, que mostraba la mejoría de un paciente a la familia a través de una tablet.

La otra iniciativa es la que tiene que ver con la salud mental de los profesionales sanitarios de UCI con un programa de atención psicológica específica “que se complementa con las acciones que están desarrollando de forma brillante los servicios de salud mental” de algunas comunidades.

No hay un día que un profesional no se rompa o tenga que parar a llorar

En estos momentos, “no hay un día en que un profesional no esté hecho polvo, que no se rompa o tenga que parar a llorar, o que no tenga pesadillas por las noches porque hay falta de camas, de respiradores, o porque no pueda atender a otra persona”, lamenta Heras.

Considera que la crisis del coronavirus provocará que “a largo plazo, previsiblemente en tres meses, haya casos de estrés postraumático” entre los trabajadores de la Salud.

“Llevamos seis años luchando y no vamos a parar hasta conseguir el cuidado psicológico en las UCI de todos los países”, afirma el médico, que destaca que el proyecto HUCI tiene presencia ya en 26 países, especialmente en América Latina.

Y concluye: “Hay que hacer una profunda reflexión sobre la sanidad de excelencia que necesitamos. Una Sanidad centrada en las personas y para respetar la dignidad de las personas”.

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