En los últimos diez años el número de autónomos ha crecido un 3,5% hasta llegar a los 3.267.428. Ese crecimiento lo han impulsado las mujeres. Hay unas 120.000 más que en 2009. Por el contrario, el número de hombres trabajando por cuenta propia se ha reducido en este tiempo en unos 6.000. El porcentaje de mujeres autónomas en España supera la media europea. La maternidad es una de las razones para dar el paso.
Laura, Diana, Lorena, Ana y Beatriz son mujeres que tras ser madres tomaron el camino del emprendimiento y el trabajo por cuenta propia para poder conciliar. En la cara de la moneda: unos horarios más flexibles para estar más tiempo con sus hijos. En la cruz: no llegar a fin de mes o renunciar a su profesión.
El 35% de los autónomos en España son mujeres. La mayoría tienen entre 45 y 54 años, según datos de ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos).
Emprender "no es de color rosa"
Lorena Gracia renunció a su carrera profesional, con contratos inestables y horarios complicados para poder cuidar de su bebé. Como quería seguir trabajando, montó su propio negocio, una tienda online de lanas y accesorios para tejedoras y una caja sorpresa, The Lana Box, que envía cada mes a unas 200 suscriptoras.
"Sin tener ni idea de cómo montar una empresa", cuenta, se reinventó. Su negocio ha cumplido tres años y acaba de dar el salto de lo virtual a la realidad de un local. Está satisfecha con lo que ha conseguido, puede cuidar a sus hijas por las tardes pero dice que emprender "no es de color de rosa".
“"Hay días que quiero tirar la toalla, me lancé a esto para estar más tranquila" “
"Hay días que quiero tirar la toalla, me lancé a esto para estar más tranquila y aunque mi pareja tiene ingresos fijos y estamos bien, yo también quiero tener mi independencia económica".
En enero no cobró. "Tuve muchos gastos y sacrifiqué mi sueldo. Cada tres meses, cuando tengo que pagar los impuestos, estoy sin dormir tres días". Además, al ser ella la que tomó la decisión de emprender para estar más tiempo con sus hijas, los cuidados recaen sobre todo en ella y cuando se ponen enfermas no puede avanzar con su trabajo.
Inestabilidad económica por horarios más flexibles
Laura Azpeitia también dejó hace años su carrera como periodista. "Llegaba a las 10 de la mañana y me iba a casa a las ocho, algunos días a las nueve...no me veía así. ¿Con un hijo? Pues no". Tiene un hijo de 11 años y puede compatibilizar su vida laboral y familiar porque tiene horarios flexibles. Sin embargo, para llegar a fin de mes necesita tener varios trabajos.
También cuenta con familiares y amigos para conciliar. Reivindica más ayudas públicas para que las trabajadoras, sean autónomas o no, puedan hacerlo. "Es complicado conciliar sin ayudas económicas que te permitan, por ejemplo, ir a trabajar y contratar a alguien que te lleve al niño para poder seguir dando de mamar", opina.
“"Las horas que paso con mi hijo las recupero por la noche o trabajando un domingo"“
Trabaja con Diana Chamorro pintando murales para empresas o particulares. Diana montó su negocio, Bombardearte, mucho antes de tener a su hijo, que ahora tiene dos años. Es consciente de que tener un trabajo en el que se puede organizar como quiera le facilita la conciliación, pero recuerda que el trabajo hay que hacerlo. "Las horas que paso con mi hijo las recupero por la noche o trabajando un domingo", señala.
"Llegaba a las 10 de la mañana y me iba a casa a las ocho, algunos días a las nueve...no me veía así".
El precio que paga es cierta inestabilidad económica. "El salario depende de lo que haga cada mes. No tengo un sueldo fijo y hay épocas mejores y otras peores", explica. Cuenta además con la ayuda de su pareja, que se queda al cuidado del hijo de ambos si tiene que trabajar fuera unos días.
Más mujeres autónomas
Las mujeres están impulsando las cifras de afiliación de los autónomos, que han ganado en diez años 110.382 nuevos cotizantes, un 3,5%. En total son 3.267.428 afiliados en el Régimen Especial del Trabajador Autónomo. El 98% de los nuevos autónomos en 2019 fueron mujeres.
Ana Rodríguez es una de ellas. Es interiorista y tiene más de 20 años de experiencia en el sector. En las empresas para las que trabajaba se lo pusieron muy difícil en cuanto se convirtió en madre. No le concedieron ni los días de lactancia, ni la jornada reducida, y su sueldo cada vez era más bajo.
“"Se piensan que te dan el lujo de poder cuidar a tus hijos"“
"Se piensan que te dan el lujo de poder cuidar a tus hijos", dice. La despidieron cuando estaba embarazada de su segundo hijo. Quitó la parte personal de su curriculum. Cree que en su sector, las mujeres "tienen que renunciar o a la maternidad o a la profesión".
"Lo que más me duele es ver cómo la sociedad forma a una persona, en mi caso con cuatro años de formación y 10 o 12 años de experiencia laboral, y cuando eres madre te quieren sacar del mercado", añade Ana Rodríguez.
Ni sueldo alto, ni mejor conciliación
Capitalizó la prestación por desempleo para montar, junto a su socio, su propio estudio de interiorismo, Dúo Estudio, en un local del centro de Madrid. De momento no tiene un sueldo alto y tampoco concilia mejor porque "aquí no tengo horarios, vengo a trabajar algunos domingos y me llevo a casa el ordenador para seguir, pero tengo la satisfacción de que es para mí, y trabajo para que en un futuro me compense".
Nos explica que cuenta con el apoyo de su socio, de su pareja y de sus amigas. "Me costaría volver a trabajar por cuenta ajena. He sufrido muchas injusticias".
Ana, Laura, Diana y Lorena cuentan también con el apoyo del padre de sus hijos, algo que no tiene Beatriz Moreno, que decidió tener a su bebé, sola. Para ella no existe la palabra conciliación hasta el viernes.
"Salgo de casa con mi bebé de dos años a las 7.30 de la mañana y le recoge a las 17.30 una chica a la que he contratado. Ella pasa con él la tarde, le lleva al parque y le da la merienda y yo llego a casa a la hora de la cena".
Cuidar a un hijo sola
Beatriz es psicóloga y tiene 20 años de experiencia. Trabaja en un hospital público y tiene una consulta por las tardes privada. Antes lo hacía solo por vocación. Ahora lo hace para llegar a fin de mes y hacer frente a todos sus gastos. También da clases en la universidad.
Ser monomarental implica "que una sola persona se hace cargo de los gastos de toda la familia"
Ser monomarental implica "que una sola persona se hace cargo de los gastos de toda la familia". Salvo los 100 euros al mes por madre trabajadora con hijos menores de tres años, no recibe ninguna ayuda pública y la considera necesaria.
Intenta no sentirse culpable, porque hace todo lo que puede, pero que se siente responsable. "Estoy permanentemente pensando cómo puedo pasar más tiempo con mi hijo y vivir de una manera que tengamos los mínimos cubiertos y la verdad, es complicado, muy complicado", se lamenta.