China ha extendido las restricciones de movimiento a unas 24 millones de personas más en la provincia de Hubei en un intento por controlar el brote del coronavirus COVID-19.
Desde el pasado 23 de enero, Wuhan, la capital de Hubei, permanece en cuarentena, así como otras ciudades de los alrededores. Con la nueva directiva, el cierre se extiende a unas 200.000 comunidades rurales, en las que se establecerá un único punto de entrada y salida bajo vigilancia.
Solo los residentes podrán entrar a sus pueblos, y solo una persona por familia tendrá permiso para salir cada tres días para abastecerse de los productos imprescindibles.
El COVID-19 se ha cobrado la vida de 1.771 personas en China.
[¿Qué se sabe del coronavirus?]
Llegan 1.200 médicos
Este lunes han llegado a Wuhan 1.200 médicos militares que trabajarán en un nuevo hospital donde recibirán tratamiento unos 700 contagiados con el virus, según informa la agencia estatal Xinhua. En total, China ha destinado a la zona a 34.000 profesionales médicos, tanto civiles como militares, informa Efe.
La Comisión Nacional de Sanidad ha revelado que el tiempo promedio desde que un paciente presenta síntomas hasta que se le diagnostica la enfermedad es ahora de 4,95 días. "Hemos conseguido acortar el tiempo de diagnóstico, lo que nos está permitiendo tratar a los pacientes adecuadamente, contribuyendo a mejorar las tasas de recuperación", ha declarado una funcionaria de la comisión, Guo Yanhong, en una rueda de prensa en Pekín.
Un equipo conjunto de expertos chinos y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha comenzado a trabajar sobre el terreno para verificar la efectividad de las medidas tomadas. El equipo, que visitará Pekín, la provincia de Cantón y la de Sichuan, se reunió en la noche del domingo con el subdirector de la comisión, Li Bin, quien se comprometió a aceptar las sugerencias que propongan los expertos de la OMS.
Parón económico y político
Las autoridades chinas temen que el brote de coronavirus y sus consecuencias dañen la economía nacional. Varias ciudades y fábricas continúan cerradas, con las calles desiertas, lo que está causando interrupciones en las cadenas de suministro de la industria.
El Banco Popular de China (BPC, banco central) ha rebajado los tipos de interés en un intento de ayudar a la economía.
Por otro lado, las autoridades se plantean ya limitar incluso la actividad de las instituciones del Estado y del propio Partido Comunista. El Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, el máximo órgano legislativo chino, ha anunciado que el próximo 24 de febrero celebrará una reunión para decidir si pospone su pleno anual, que debería comenzar el 5 de marzo, y en la que están llamados a participar más de 5.000 delegados.