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Elecciones en Reino Unido

"Boris Johnson empezó el 'Brexit', así que solo él puede terminarlo"

  • Los londinenses miran a la alcaldía del primer ministro para imaginar el futuro Gobierno

  • Sus mayores retos: mejorar los servicios públicos y materializar el Brexit Especial: Elecciones en Reino Unido

PALOMA DE SALAS (ENVIADA ESPECIAL A LONDRES)
8 min.

Boris Johnson es el político mejor valorado en el Reino Unido, aunque no aprueba: solo el 35% de los votantes confían en él, según YouGov. Ya cuando empezaba a disiparse el mandato de Theresa May, su nombre sonaba en todas las encuestas como posible sucesor. Brexit aparte, el líder conservador ha arrasado en las elecciones generales gracias a "su carisma, su actitud y su energía", aunque muchos le hayan votado de reojo, según resume Paul Webb, profesor de Ciencias Políticas de la universidad de Sussex.

"No sé si ha logrado mejorar su imagen en todo el electorado, muchos de los que le han votado siguen sospechando de él. Sin embargo, lo consideran un mal menor entre dos candidatos malvados cuando lo comparan con Jeremy Corbyn", señala a RTVE.es.

Y lo cierto es que tanto conservadores como votantes de la oposición reconocen que el primer ministro hizo una campaña triunfal y está por ver si cumplirá las promesas que le valieron una mayoría de 80 escaños. "Ha tenido suerte con sus contrincantes. Pero si el Partido Laborista escoge a un líder que conecte con el público, con buen juicio político y gran capacidad de comunicación, Johnson tendrá problemas. Habrá que ver si es un líder fuerte, aunque una mayoría absoluta siempre refuerza la imagen de un primer ministro", añade Webb.

Londres mira a la alcaldía de Johnson

La capital británica es laborista desde 1997, a excepción de zonas como Kensington, Cities of London and Westminster o Wimbledon. Johnson es un viejo conocido de los londinenses tras ocho años al frente de la alcaldía. Cinco días después de las elecciones, los residentes de la capital rememoran su tiempo al frente de City Hall para vislumbrar un futuro próspero para el país.

"Hizo un buen trabajo como alcalde, invirtió mucho en el transporte público, congeló los precios. No veo por qué no puede hacer lo mismo como primer ministro", dice James Tuvey, un vigilante de seguridad de 25 años que se cobija de la lluvia en una cafetería en Euston.

Hizo un buen trabajo como alcalde, no veo por qué no puede hacer lo mismo como primer ministro

Jeremiah Lee votó al Partido Liberal Demócrata en Kensington y cree que, independientemente de un Brexit que no apoya, Johnson es la persona más adecuada para sacar adelante al país. "En el fondo, es un internacionalista, hizo un buen trabajo durante los Juegos Olímpicos de 2012 y cree de verdad que la Unión Europea nos beneficia. Otra cosa es que dedicara su campaña a neutralizar a Nigel Farage, pero ahora ya puede virar al centro".

Nick Jones sorbe una pinta en el pub The Elephant and Castle. A sus 42 años, siempre ha votado al Partido Conservador. "Su carisma no es nada nuevo. Pero tiene energía y optimismo y podrá sacarnos adelante después de tres años de discusiones. Entiendo por qué la gente dice que solo apoya el Brexit por ambición política –el famoso rumor de que escribió dos cartas- pero, de algún modo, él lo empezó, así que solo él puede terminalo", señala.

Sus detractores creen que el Partido Conservador arrebató a los laboristas el escaño en Kensington y Chelsea por el dinero. "No les gusta admitirlo, pero es así de simple. Los votantes tories siempre se esconden, más en estos tiempos", dicen Kristen y Harriet mientras critican al primer ministro.

Uxbridge, el feudo harto de la prensa

Al oeste de la capital yace Uxbridge, la circunscripción que desde 2015 elige ser representada por el primer ministro. Este año, sumó 7.000 votos, ganó con 25.631 votos -frente a los 18.141 de los laboristas- a pesar de la supuesta movilización juvenil que pretendía arrebatarle el escaño e impedir que dirigiera el país.

Un árbol de Navidad en el centro de Uxbridge. RTVE.

Un árbol de navidad iluminado de azul y blanco da la bienvenida fuera de la estación de metro, como si estuviera decorado adrede con los colores del Partido Conservador. El olor a curry de un restaurante se mezcla con el de la floristería del barrio. A las seis de la tarde, la gente camina apresuradamente entre disculpas, empujones y "aparténse". Se dirigen a sus casas o salen del trabajo para coger el tren a la capital. Los vecinos ingleses se mezclan con indios y alguna que otra voz española. "Todos tienen prisa, sea la hora que sea, aunque simplemente se vayan a casa", cuenta Hadi Rasa.

Hadi votó al Partido Laborista y confiesa que le sorprendió la victoria de Johnson en esta parte de Londres. "Nunca he visto a ningún diputado hacer campaña puerta a puerta y, hablando con mis vecinos, ninguno iba a votarle", dice. Cree que el conservador tiene ahora la oportunidad de demostrar lo que puede hacer, aunque todo dependerá del dinero.

"Nos representa en el Parlamento desde hace tiempo, pero yo no he notado ninguna mejoría. Será interesante ver si consigue construir hospitales y demás, porque eso lleva más de cinco años. Esa es mi preocupación: si simplemente son planes o si los llegará a llevar a cabo", añade.

A unos metros, Patt Stokes, un basurero de 38 años fuma un cigarrillo. No vota, cree que no sirve de nada. Tampoco le gusta Johnson: "¿Acaso ha hecho algo bueno? No fue un buen alcalde", exclama. Y aunque no votó en el referéndum del Brexit, "no puede esperar" a abandonar la UE. Coincide Emma Hill, que cree que las elecciones fueron una pérdida de tiempo y de dinero. "Total, nunca cambia nada", lamenta.

Dos mujeres de mediana edad pasean por la calle principal, rodeada de comercios. "Lo siento querida, no tenemos tiempo", susurran mientras a aceleran el paso. No son las únicas. "Ya basta, estamos ya cansados de los medios y ya no hace gracia", dice una mujer en sus treinta que acompaña a su madre en silla de ruedas. Emily también tiene prisa: "Boris es la mejor persona para el cargo y el único que consumará el Brexit. No digo que sea el mejor primer ministro posible, pero sí el mejor para que pasemos páginas, que es lo que la gente quiere".

Uxbridge, el feudo conservador de Johnson que se revuelve en su contra.

Los vecinos de Uxbridge que no quieren hablar sobre Johnson desvían las preguntas al dueño del mercado de Navidad, encargado de lidiar con la estampida de medios que en los últimos días han visitado la localidad. Dice que han implantado una política de no hablar con la prensa porque han tenido "problemas" en el pasado con algún periodista que tergiversó su opinión sobre su diputado. "Y llegas tarde", zanja.

En los últimos días, Johnson ha endurecido el tono contra la radiotelevisión pública británica al amenzar con despenalizar la financiación de la que se nutre la BBC. Ya en campaña, se negó a aparecer en una entrevista con el incisivo Andrew Neil y este fin de semana evitó que sus ministros aparecieran en las tertulias políticas. "Es muy probable que tenga una mala relación con la prensa. El Partido Conservador parece haberse inspirado en Donald Trump a la hora de relacionarse con determinados medios. Lo cual puede resultar muy inteligente", dice Webb.

Los servicios públicos y el Brexit, claves para retener a nuevos votantes

Boris Johnson logró romper la muralla roja laborista en regiones del norte y el centro del país apelando a la mejora de los servicios públicos que deparará la independencia del Reino Unido. Pero su mayor baza fue garantizar la salida de la Unión Europea.

"Es difícil saber lo que hará: supongo que no se salvará de las críticas a su vagancia, su incompetencia y su baja comprensión de los detalles de las políticas. Pero con su mayoría, sobrevivirá fácilmente durante cuatro o cinco años. Si trabaja duro para cumplir sus promesas e invierte en servicios públicos –infraestructuras, la sanidad pública aunque sea devolverla al estado de hace una década,- en partes del país más afectadas, todo irá bien", señala Webb.

Sus mayores problemas llegarán si no consigue negociar un acuerdo comercial con la Unión Europea de aquí a un año

Este jueves presentará su programa de Gobierno, la primera prueba para ver si refuerza la sanidad pública y la seguridad. "A mí me parece bien todo lo que haga. Hay que darle el beneficio de la duda. Si lo hace bien, genial. Si no, pues votaremos a otro en las próximas elecciones", dice James Johnston, un escocés que vota a los tories y rechaza la independencia de Escocia.

Pero sin duda, el mayor reto ante Johnson será dar forma a un Brexit que sobrevuela cada rincón de la capital y que sigue sin tener forma. "Sus mayores problemas llegarán si no consigue negociar un acuerdo comercial con la Unión Europea de aquí a un año. Puede enfrentarse entonces a una rebelión interna junto a la oposición", vaticina Webb. Y como más vale prevenir que curar, Johnson pretende enmendar la ley del Brexit para que no pueda ampliarse el período de transición más allá de diciembre del 2020. La lluvia recibe a los diputados que jurarán su cargo en las próximas horas. Es tiempo de dejar atrás las elecciones y mirar al futuro de la era Johnson.

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