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Mueren al menos 63 migrantes al naufragar en Mauritania una patera que se dirigía a Canarias

  • Entre los fallecidos, en su mayoría jóvenes de entre 20 y 30 años, hay siete mujeres y una niña de dos años

  • Otras 85 personas han logrado sobrevivir tras el hundimiento de la patera que salió de Gambia hace una semana

RTVE.es / AGENCIAS
4 min.

Al menos 63 migrantes, entre ellos siete mujeres y una niña de dos años, han muerto este miércoles tras naufragar una patera frente a las costas de la ciudad mauritana de Nuadibú. La embarcación, que se dirigía a las Islas Canarias, ha naufragado a unos 25 kilómetros de la costa mauritana, cuando trataba de aproximarse a este país para abastecerse de comida y combustible.

El número de pasajeros que viajaban a bordo del barco siniestrado era de aproximadamente 175, todos procedentes de Gambia y en su mayoría jóvenes de entre 20 y 30 años, incluidas 13 mujeres y la niña fallecida, según han asegurado fuentes de seguridad recogidas por Efe, de acuerdo con las declaraciones de un superviviente del naufragio.

El superviviente aseguró durante el interrogatorio policial, que la patera había partido de las costas de la capital de Gambia, Banjul, el pasado miércoles 27 de noviembre, en una de las rutas más largas que se recuerdan para un viaje de este tipo, y que el costo financiero de este intento de migración ilegal fue de aproximadamente 760 euros por persona.

Hasta esta tarde se han recuperado 63 cadáveres arrojados por las olas hacia la costa de la ciudad de Nuadibú, según han señalado a Efe las fuentes de seguridad.

Los supervivientes serán expulsados a Gambia

La tripulación de la patera, según el testimonio de este superviviente, perdió el camino mientras se acababa la comida y el combustible, y decidió navegar hacia las playas de Mauritania para abastecerse. Sin embargo, las violentas olas volcaron la embarcación y todos sus ocupantes cayeron al agua. Solo los que sabían nadar pudieron alcanzar la costa y ponerse a salvo.

Las autoridades han señalado que un total de 85 personas han logrado sobrevivir al suceso tras llegar a nado a la costa, de los cuales 10 de ellos han tenido que ser hospitalizados en Nuadibú por la gravedad de su estado.

"Nuestra prioridad común es atender a los supervivientes y darles el apoyo que necesitan", ha afirmado la jefa de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones, Laura Lungarotti, que ha agradecido en un comunicado la "eficiente" coordinación del Gobierno de Mauritania.

Tras el interrogatorio, los supervivientes serán expulsados a su país de origen, mientras que los fallecidos empezaron a ser enterrados anoche en tumbas individuales a las afueras de Nuadibú.

El coordinador de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Juan Carlos Lorenzo ha destacado en una entrevista en el canal 24 horas el "desastre y el dramatismo" que se está viviendo tras el hundimiento de la embarcación.

Lorenzo ha destacado que "estas personas huyen tras situaciones de empobrecimiento, violencia o conflicto". Recuerda que en lo que llevamos de año 444 personas han muerto en su intento por llegar a costas extranjeras. "Al menos una de cada 54 personas que intenta venir hacia Europa o España no consigue llegar".

Mueren 57 migrantes al naufragar en Mauritania una patera que se dirigía a Canarias

Las ONG alertan: Vuelve la ruta migratoria más peligrosa, esta vez con niños

El naufragio de la patera que retendía llegar a Canarias representa para las ONG que trabajan con los inmigrantes la confirmación de que se ha reactivado "una de las rutas más peligrosas" hacia Europa, la de la crisis de los cayucos, esta vez con importante presencia de mujeres, niños y bebés.

Cruz Roja, la Comisión Española de Ayuda el Refugiado (CEAR) y Caminando Fronteras han analizado para Efe el significado de los cambios que se están observando en los últimos meses en el flujo de emigrantes desde África a Canarias, más allá de los números (los más altos desde el final de la crisis de los cayucos, en 2009).

De la patera con 20-30 varones adultos magrebíes a bordo que llegaba a Canarias desde Marruecos o el Sahara por la ruta más corta (el perfil que predominó durante los últimos años), se está volviendo al cayuco cargado con 150 o más personas, generalmente de origen subsahariano, ahora con una presencia notable de mujeres y niños pequeños y con salidas cada vez más lejanas.

"El cierre de rutas provoca la activación de otras más peligrosas, como la ruta atlántica. Siempre pasa así, porque en realidad no hay un efecto llamada, nos han engañado mucho con eso. Hay un efecto salida. Y la gente va a intentar seguir saliendo como sea", resume en conversación telefónica la portavoz de Caminando Fronteras, Helena Maleno, cuya organización está pendiente estos días de al menos una patera de la que no se sabe nada desde hace ya demasiado.

Cruzar a Europa por el Estrecho de Gibraltar supone de 15 a 30 kilómetros. Hacerlo desde Tarfaya (Marruecos) a Fuerteventura, poco más de 100. Intentarlo desde Libia a Lampedusa (Italia), 300. Pretender llegar desde Gambia a Canarias representa un mínimo de 1.800 kilómetros de navegación (equivalentes a ir de Madrid a Berlín en línea recta), costeando hasta Dajla y luego enfilando al norte.

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