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Empleo público: goteras en el refugio

  • En 2018, casi el 12% de los contratos firmados en la Administración Pública y Militar fueron por menos de siete días

  • El contrato laboral de un médico de la sanidad pública puede durar menos de un mes, según datos de Trabajo

DANIEL HERNÁNDEZ BALDÓ (RNE)
7 min.

- Yo no quiero ser verdugo, lo que quiero es dimitir.

- Ya, pero si dimite, pierde el piso.

Si José Luis Rodríguez, el verdugo de la película de Luis García Berlanga que hereda el cargo de su suegro, fuese hoy funcionario, no se tendría que enfrentar a lo ingrato de su trabajo, pero no le darían un piso de protección oficial.

Empleo Público: Goteras en el refugio. Capítulo 3 - ¿Alguna explicación? - Escuchar ahora

La historia reciente de la precariedad en el empleo público arranca con otro José Luis Rodríguez, en este caso Zapatero, presidente del Gobierno. En 2011, su gabinete aprobó una tasa de reposición que supuso sustituir un funcionario por cada diez que se jubilasen excepto en educación, donde repondrían tres por cada diez.

No fue el único tijeretazo previo a la reducción de la tasa de reposición. El más sonado se produjo en mayo de 2010 cuando se aprobó por primera vez un recorte en los salarios públicos. En aquellos días fue del 5%, a lo que hubo que sumar la congelación para el ejercicio de 2011.

En 2012, ya con un Gobierno del PP, se suspendieron las nuevas convocatorias de empleo público, tan solo se permitían incorporaciones por procedimientos anteriores.

El Ejecutivo 'popular' de Mariano Rajoy añadió más recortes: la jornada laboral pasó de 35 a 37,5 horas semanales, de nuevo se congelaron los salarios en 2012 y se suprimió la paga extra de diciembre de ese año.

¿Cuáles fueron los efectos de estas políticas? El primero, que en los siguientes ejercicios el número de empleados públicos bajó; el siguiente, el envejecimiento de las plantillas. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en 2018 casi un tercio de los empleados públicos tenía entre 35 y 44 años. En 2008 no llegaban a representar ni el 30%. El tercer efecto aún se siente hoy, y es el de la temporalidad y la precariedad de los empleos.

Empleo a cambio de precariedad

Las plantillas menguan y envejecen, pero las exigencias de los servicios que prestan siguen siendo las mismas. El remedido que se aplica es que, a falta de oposiciones, se recurre a los contratos temporales.

En 2018, casi el 12% de los contratos firmados en la Administración Pública y Militar fueron por menos de siete días. En 2010, este tipo de contratos representaban el 7,6% del total, según el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). La situación es especialmente grave en el sector de actividades sanitarias donde casi un tercio de los contratos duraron menos de una semana el año pasado.

Profesores de oferta

Durante la crisis se ha reproducido con mayor frecuencia una especie de precario en particular, el profesor de universidad. Los centros públicos han abusado de la figura conocida como profesor asociado, hasta el punto que han dado origen al falso profesor asociado, término avalado en los tribunales.

Empleo Público: Goteras en el refugio. Capítulo 1 - Profesores de Oferta - Escuchar ahora

El profesor asociado es aquel que da unas pocas horas de clase en la universidad aprovechando su experiencia laboral fuera de ella. No todos tienen por qué tener un contrato en fraude, pero es llamativo que en la Universidad Complutense de Madrid, el centro con más trabajadores de todo el país, representen ya un 35% de la plantilla.

Para Isabel de la Cruz, profesora asociada en la Universidad de Valencia desde hace 30 años y portavoz de la Plataforma Estatal de Profesorado Asociado, se trata de una figura "que se pervirtió hace años". "Tienes un profesorado que puede atender a un estudiantado a un precio irrisorio", afirma. "En muchos casos, contratan como profesor asociado a una persona que ha acabado la carrera hace dos años".

La cantidad de profesores con contrato temporal en las universidades públicas españolas ha aumentado en general y se distribuyen de forma dispar por todo el territorio. En el curso 2017-2018, el 72% del Personal Docente Investigador (PDI) en los centros de Cataluña tenía un contrato temporal. Es la comunidad que está en la cumbre, frente a Asturias, al otro lado, donde los temporales representan el 41% del total.

Anatomía de la precariedad en la Sanidad

Un profesional de la sanidad pública podría saltar de contrato en contrato desde el 1 de enero a final de año casi sin tocar el suelo. Cientos de firmas para periodos extracortos es en lo que se resume la precariedad en el sector de la salud.

Empleo Público: Goteras en el refugio. Capítulo 2 - Anatomía de la precariedad - Escuchar ahora

En el Sistema Nacional la plantilla ha ido aumentando, y de hecho se encuentra en cifras récord. En el primer Boletín Estadístico del Personal de las Administraciones Públicas del año aparecían 510.224 efectivos. En julio de 2018 había más: 513.777. Hasta entonces, no se superaba el medio millón desde 2012. Lo que sucede es que el aumento de la plantilla se ha hecho a base de precariedad. En enero de 2010 los contratos temporales representaban el 39,9% del total. En 2019 se alcanza el 46,6%. Son 271.523 funcionarios frente a 238.701 contratados.

Es el caso de Eperanza, enfermera de 42 años en la Comunidad de Madrid, a la que contrataban para las llamadas "peonadas" en quirófano, en operaciones que se programaban por las tardes para reducir las listas de espera quirúrgicas. Un contrato mejor en comparación con el de Carmen, enfermera de 32 años en Navarra, a la que llamaban para contratos de un día. "Si te enseño mi vida laboral de un año, pueden aparecer 30 contratos, unos de un día, otros de 15 días, de cinco días, un mes...". Solo en 2013, tuvo 48 contratos laborales, la mayoría de un día, según una captura de imagen de su vida laboral que muestra a RNE.

Las jornadas a tiempo parcial también son otro indicador de precariedad, y la inseguridad cambia según la legislación de cada comunidad autónoma, porque en algunas no se puede rechazar una oferta laboral hecha con más de 24 horas de antelación, si no se quiere sufrir una penalización en la lista de espera. En el periodo 2012-2016, estos contratos crecieron un 31% frente al 16% de incremento registrado en la sanidad privada, según los datos de la EPA.

El empleo público en tiempos de recuperación

España ha sufrido una doble recesión, primero en 2008 y después en 2010. Desde el año 2014. el Producto Interior Bruto (PIB) no ha dejado de crecer, fenómeno que se ha dado a conocer como recuperación. La cuestión es si la recuperación también se ha dado en el ámbito del empleo público.

Según los datos, a cierre de 2018, España contaba con 3.150.500 empleados públicos, según la EPA. Son más que en el arranque de la crisis, pero menos que en 2011, momento álgido con casi 3,3 millones de empleados públicos.

En cuanto a la calidad del empleo, la situación es peor si se observa la media de horas de los contratos firmados. Aumentan en la Administración Pública y en los subsectores de Educación y Servicios Sanitarios, pero en ningún caso se alcanzan las cifras del año 2010.

Y ya mirando al futuro, ¿se puede repetir la situación? Si se elige el comportamiento pasado para predecir lo que viene, entonces la respuesta es sí.

Desde 2018, el empleo público en España se comporta como lo hace la economía de conjunto del país. No hay contrapeso, es decir, el Estado no juega la carta keynesiana, la que dice que en momentos de depresión tiene que haber un motor público que compense la caída. En resumen, la decisión es política, pero para ello tiene que haber un Gobierno, y esa es otra historia.

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