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La nuevas supermodelos conquistan Milán

  • Gigi y Bella Hadid y Kaia Gerber forman batallón en el desfile de Max Mara

  • Prada y Jil Sander vuelven al icónico minimalismo estético de los años 90

RAFAEL MUÑOZ(@MUNOZ_RAFA)
4 min.

Los ochenta marcaron un antes y un después en la moda. Las conquistas femeninas que transformaron el armario y el culto al cuerpo marcaron unos años revolucionarios en el vestir y Max Mara viaja en el tiempo para recuperar tejidos lavados, siluetas oversize y prendas masculinas. Entonces las estrellas de la pasarela eran Christy Turlington, Claudia Schiffer, Cindy Crawford, Elle Macpherson y Naomi Campbell. Ahora son las hermanas Hadid, Joan Smalls y Kaia Gerber, hija de Crawford, las que levantan pasiones.

Desfile de Emporio Armani en Milan. AFP

La principal pasarela italiana está en marcha y en el calendario tiene pesos pesados como Versace, Gucci, Bottega Veneta, Etro o Giorgio Armani. El veterano ha presentado primero la colección de su línea Emporio Armani que también conecta presente con pasado. La propuesta no está a la altura de la fama del italiano, y parece pobre y rancia si la comparamos con las vistas antes, como las realizadas por Miuccia Prada o la casa Jil Sander.

Prada apuesta por la sencillez estética. AFP

La modelo que abre el desfile de Prada lleva un suéter de punto fino en color gris y una falda recta de muselina blanca.  Toda una declaración de intenciones. Miuccia Prada pega un giro estético, abandona el feísmo y propone una vuelva a los años 90, la era del minimalismo. Pero la italiana huye de la nostalgia y prefiere hablar de sencillez. Sencilla es su propuesta en la que ha vemos ligeros vestidos en muselina de austeros abrigos masculinos y recatados trajes de chaqueta y falda. seda “No es minimalismo. Es sencillez”, dice.

La top española Miriam Sánchez ( a la izquierda) desfila para Prada. AFP

Se aprecian guiños a los años 20, sobre todo en los conjuntos de punto de colores que recuerdan a los de Coco Chanel o Jeanne Paquin. Y también un regusto setentero ,y en algunos casos noventero, tantos en las formas como en los vestidos con estampados retro. Un poético desarrollo de las geometrías se adueña de la colección.

Lo vemos en los patrones de las chaquetas y las faldas, pero también los en los motivos que decoran los tops y las faldas tubo de lanas frías. En contraste propone vestidos y trajes metalizados, abrigos en un vivo tono naranja con adornos de hojas y vestidos asimétricos que dejan un brazo al aire.  Irresistibles son los vestidos negros sin mangas, piezas tan parcas que desprenden un aire espiritual, casi místico.

Prada echa la vista atrás y revisa sus archivos. AFP

La señora Prada se suma a la invitación que muchos camaradas hacen para que la sociedad evite el consumo masivo. “Hay demasiado de todo. Producimos mucho, tiramos, olvidamos (...) Eso debe cambiar y se debe volver a encontrar el afecto por la ropa que se compra", dice. Pero el bolso con forma de cubo y asa de bambú promete ser un éxito de ventas. Sobre la pasarela hemos visto a Miriam Sánchez, una de las tops españolas del momento.

El minimalismo noventero de Jil Sander vuelve a escena. AFP

Jil Sander también retoma ese estilo sobrio tan característico de la casa,  aunque ‘customizado’ por los actuales directores creativos, Luke y Lucie Meier. Vestidos en blanco o negro, inmaculados e impolutos, conforman una propuesta que desprecia el ornamento y la superficialidad para dar protagonismo a la esencia de la prenda. Las formas están muy contenidas y los patrones fluyen con elegancia logrando una sensualidad tranquila.

Propuestas de la casa Jil Sander. AFP

Tímidos estampados de estanques con carpas sobresalen en este trabajo que juega a desarrollar el vestido jugando con las mangas, el cuello o la cintura. Para la noche idean prendas oscuras, en azul noche o en burdeos y negro, y destacan las aplicaciones de tejido formando grandes flecos con los que decoran el cuerpo.

Nº21 también abraza la estética minimalista. AFP

Alessandro Dell´Acqua, director creativo de Nº 21, presenta juntas las líneas de hombre y mujer y provoca una transferencia de tejidos, formas y colores que resulta estimulante. El italiano abraza también la filosofía minimalista y apuesta fuerte por los tonos lisos de negro, rosa empolvado y marrón que ofrece distintas versiones según la textura escogida. Los estampados se reducen hasta casi difuminarse con el fondo y, en contraste, vemos prendas más nocturnas de acabado brillante. Lo más destacado son las mangas abiertas que permiten que a los brazos les dé el aire.

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