Después de que el rey haya constatado este martes la falta de un acuerdo que garantice la investidura de un candidato a la Presidencia del Gobierno, España se asoma a sus cuartas elecciones generales en cuatro años y a la segunda repetición de unos comicios en democracia, después de los de junio de 2016 en los que ganó el Partido Popular.
La intensa jornada política ha evidenciado que los españoles van encaminados a votar de nuevo en unas elecciones generales que se celebrarían el próximo 10 de noviembre y que estarían precedidas por el bloqueo político.
El presidente del Gobierno en funciones, con un discurso en clave preelectoral, ha culpado a PP, Ciudadanos y Unidas Podemos del estancamiento y, aunque el líder de la formación naranja -Albert Rivera- y el del partido morado -Pablo Iglesias- han señalado que "aún queda tiempo" para evitar los comicios, el pesimismo es el sentimiento que ha reinado al final del día.
El rey Felipe VI no ha propuesto ningún candidato para la investidura tras su ronda de consultas y Sánchez no tiene intención de convencer al resto de líderes para que le apoyen en las pocas horas que quedan de descuento. Además, las reacciones a la comparecencia del líder socialista han sido duras por parte de todos los dirigentes políticos, de modo que la precampaña casi puede darse por inaugurada.
Aún hay tiempo 'legal'
Si bien las elecciones de noviembre se dan por convocadas, todavía hay tiempo 'legal' para evitar que se disuelvan las cortes el próximo lunes 23 de septiembre. Para salvar la situación el presidente del Gobierno en funciones tendría que cerrar un acuerdo ‘in extremis’ esta semana que dejase al jefe del Estado tiempo suficiente para celebrar otra ronda de contactos ‘exprés’ que se llevaría a cabo vía telefónica.
Ajustando al máximo los plazos, la hipotética sesión de investidura podría celebrarse el viernes, sábado y lunes, el día en el que, si no hay presidente investido a las 00:00 horas, se firmará la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones, como establece el artículo 99 de la Constitución.
Ese nuevo giro de guion es posible, pero no probable, a tenor de la postura que han mantenido los líderes políticos en las últimas horas. Hasta ahora, la única negociación oficial es la que habían mantenido sin éxito PSOE y Unidas Podemos. Sin embargo, Sánchez ha cargado duramente contra los 'morados' este martes y los acusa de no haber posibilitado un gobierno progresista, mientras que Iglesias ha calificado de "error histórico" rechazar el gobierno en coalición con su partido y asumir la repetición de comicios.
No parece, por tanto, que el diálogo entre ambos líderes vaya a resolver el enredo en los últimos minutos de la cuenta atrás, como tampoco lo hará la propuesta que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha hecho a Sánchez.
La falta de acuerdo conduce a la repetición electoral
Desde la investidura fallida del pasado mes de julio, lo que se ha podido constatar es la enorme dificultad de los partidos para llegar a acuerdos que desemboquen en un gobierno estable que esté preparado para la desaceleración que acecha a España y pueda dar respuesta a los desafíos sin resolver, desde la crisis de Cataluña hasta la reforma laboral o un sistema de pensiones sostenible.
De confirmarse las próximas elecciones, los ciudadanos habrían sido llamados a las urnas para unas elecciones generales cuatro veces en cuatro años y dos veces en tan solo siete meses.
España votó el 20 de diciembre de 2015 y, tras la falta de acuerdo entre las fuerzas políticas para formar Gobierno, se convocaron unas nuevas elecciones el 26 de junio de 2016 que hicieron posible la investidura de Mariano Rajoy.
Dos años después, en junio de 2018, la moción de censura y llevó al Gobierno a Pedro Sánchez, quien ocho meses más tarde se vio obligado a convocar elecciones generales al no tener Presupuestos para 2019.
La campaña electoral sería más corta
Cabe señalar que el contexto en el que se producirían los comicios de noviembre no es favorable a un desbloqueo político temprano, en parte porque la fragmentación del Parlamento surgida en 2015, cuando Ciudadanos y Unidas Podemos irrumpieron con fuerza en el Congreso de los Diputados, ha hecho más difícil que los partidos se pongan de acuerdo y formen gobierno.
A la imposibilidad de conocer si los próximos resultados facilitarían las negociaciones hay que sumar el “aburrimiento” y la “desconfianza” hacia la situación que siente la ciudadanía, según ha revelado el CIS.
También habría una diferencia respecto a las anteriores generales y es que la campaña sería más corta. La reforma electoral de 2016 redujo de 54 a 47 días el plazo que discurre entre que se convocan las elecciones y la cita con las urnas y dejó en ocho días la campaña electoral.
De celebrarse, la campaña oficial duraría del 1 al 8 de noviembre, aunque la precampaña habría arrancado desde el momento mismo en el que se confirme la repetición electoral.
A falta de que esa previsión sea oficial y de que el contador se ponga a cero, la próxima cita destacable en el calendario político llega ya este miércoles, cuando tendrá lugar la última sesión de control de la XIII Legislatura. Será, previsiblemente, el último pleno antes de que finalmente se disuelvan las Cortes el 23 de septiembre.