Las autoridades de Japón han anunciado, más de tres décadas después de iniciarse en 1982 la moratoria en la caza de la ballena, que desde este lunes y hasta fin de año sus barcos capturarán 227 ballenas en sus aguas territoriales con fines comerciales, tras haber abandonado este país la Comisión Ballenera Internacional (CBI) el pasado diciembre.
La Agencia Pesquera de Japón capturará hasta el final de este año 52 ejemplares de la especie Minke, 150 de rorcual Bryde y 25 de rorcual común y lo hará, según afirma esta agencia, en aguas territoriales japonesas y garantizando la sustentabilidad de esos cetáceos.
Al haber abandonado la moratoria, Japón no podrá capturar ballenas "con fines científicos", como venía haciendo hasta ahora en aguas del océano Antártico y del hemisferio sur pese a la oposición internacional y la sentencia de la Corte Internacional de Justicia que la consideraba ilegal por no ajustarse a dichos fines.
Según los datos de una comisión internacional que utiliza la Agencia Pesquera, de la clase Minke hay actualmente 20.513 ejemplares, de la rorcual Bryde hay 34.473 y de la rorcual común 34.718.
Japón, favorable a levantar la moratoria en la caza
Desde que el pasado 26 de diciembre el Gobierno de Japón anunció su retirada de la CBI, de la que era miembro desde el 21 de abril de 1951, este país había respetado la moratoria en la caza comercial de la ballena acordada en 1982.
Japón, junto a otros países que han mantenido las capturas, como Noruega e Islandia, se ha mostrado favorable en la última década a levantar la moratoria en la caza de la ballena.
De hecho, la retirada de japón de la CBI se conoció después de una serie de amenazas en ese sentido del Gobierno nipón y el poco éxito que ha tenido para convencer a otros integrantes con el fin de modificar la moratoria en la caza de ballenas y permitir una pesca regulada por la CBI.
Al haber abandonado la moratoria de la CBI, que solo permitía la caza "con fines científicos" en aguas del Antártico y del Pacífico, Japón tendrá que dejar de capturar ballenas en estas zonas y tendrá que limitarse a sus aguas territoriales.
La decisión de Japón sigue a otras naciones que anteriormente se han retirado de esa institución, por diversas razones.
Canadá, por ejemplo, abandonó esa comisión en 1982 por disconformidad con los métodos para definir la moratoria y no tener intereses en la industria ballenera. Esa nación prohibió en 1972 la caza de esos cetáceos, al contrario de lo que han hecho otros como Noruega e Islandia, que la han mantenido.