"En un accidente de tráfico lo peor no es la muerte". Es el lema de la campaña "Vivo o muerto" con la que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha retomado las duras campañas de concienciación de los años 90 para "sacudir" a la sociedad y ponerla frente a una terrible realidad: el aumento de las víctimas mortales en carretera en los últimos cuatro años.
Han sido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el director general de Tráfico, Pere Navarro; y el fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, quienes han presentado la campaña, conscientes de que la dureza del mensaje puede generar críticas pero convencidos de que puede contribuir a reducir las negras cifras de la siniestralidad.
"En un accidente de tráfico, ¿quién prefieres ser? ¿quién vive o quién muere?" se puede escuchar en los dos mensajes que no eluden las imágenes más duras de las consecuencias de un accidente de tráfico.
Y para evitar esas consecuencias, el mensaje a los conductores es claro: "Piénsalo dos veces antes de pisar el acelerador, tomarte esa copa o mirar el móvil".
Porque, tal y como ha recordado Marlaska, el uso del teléfono móvil, especialmente del WhatsApp, está detrás del 33% de los accidentes con víctimas, el exceso de velocidad en un 29% y las drogas y el alcohol en el 26%.
Cuatro años subiendo la siniestralidad
Marlaska ha apuntado que la DGT lleva 30 años difundiendo campañas de concienciación, algunas de ellas “durísimas” sobre lo que significa pionerse al volante de un vehículo, y ha destacado que en los últimos cuatro años han aumentado los datos de víctimas mortales por accidentes de tráfico, al pasar de 1.680 en 2013 a 1.830 en 2017.
“Las cifras de estos últimos meses han sido pésimas, sin paliativos”, ha añadido, puesto que las muertes en carretera aumentaron un 15% este verano respecto al año anterior, con 259 muertos, un dato que no se registraba desde 2012.
Por ello, ha considerado “necesaria” una nueva campaña que retoma la senda de otras anteriores con imágenes duras que apelan a las emociones sobre las consecuencias de los accidentes de tráfico.
La campaña tiene una doble vertiente: la de un conductor que ha causado un siniestro, resulta herido, se recupera tras entrar en el hospital, es juzgado por homicidio imprudente y se queda sin mujer ni trabajo; y la de un conductor muerto que se pierde lo que no ha podido vivir, como que su pareja rehace su vida o sus amigos vuelven a sonreir.
“Queremos sacudir a la sociedad, ponerla frente a una realidad terrible. En nuestras carreteras se producen cada año cientos de muertes que podrían haberse evitado, por no hablar de las cifras de heridos, que son igualmente insoportables: más de 9.500 heridos graves, con familias rotas, proyectos vitales destrozados, etc.”, ha dicho Marlaska.
Errores evitables
“Sabemos que la campaña es dura, que puede recibir críticas y que puede herir sensibilidades. Lo asumimos porque lo que nos parece inaceptable, duro e hiriente es permanecer insensibles ante tantas vidas que se pierden por errores evitables”, ha añadido.
Marlaska ha recaldado que Interior pretende “cambiar el enfoque y no sólo mostrar las consecuencias sobre las víctimas después del accidente, sino también dar a conocer cómo es la vida de la persona que lo ha causado y que sigue viva”. “El anuncio nos sitúa ante una disyuntiva que nos lleva a reflexionar que, independientemente de la opción en la que uno se posicione, verse implicado en un accidente de tráfico tiene consecuencias fatales”, ha dicho.
Por su parte, Navarro ha destacado que las imágenes de la campaña le seguían “poniendo la piel de gallina” cada vez que las ve, si bien “la realidad es más dura”.
Bartolomé Vargas ha comentado que “cada una de las víctimas tiene un valor único e incalculable” y que el daño que causan los accidentes de tráfico puede ser “irreparable”. “El mensaje subliminal de la campaña es que todo ese dolor es evitable con concienciación y la aplicación de la ley”, ha concluído.