"Stan Lee presenta…" Con esta frase comenzaban antiguamente los tebeos de Marvel Comics; una forma de homenajear a una de las mayores figuras de la historia del cómic. Mientras la mayoría de los autores son famosos por crear uno o dos personajes Stan Lee (Manhattan, 1922), puede presumir de haber construido todo un universo, el Universo Marvel, que, gracias al éxito actual de las películas está más de moda que nunca.
Por eso destacamos la publicación del enorme libro (en todos los aspectos), Stan Lee. Marvel Treasure Edition (Panini), un volumen de lujo que recoge algunas de las mejores historias escritas por Stan Lee, con las que fundó ese universo Marvel. Desde el origen de personajes como Spider-Man o Hulk hasta las historias de monstruos que hizo con Jack Kirby y Steve Ditko, sin olvidar los cómics de amor o del oeste, porque Lee cultivó todos los géneros.
La mayoría de estos cómics son ya parte de la historia del medio y de millones de personas en todo el mundo que hemos crecido con las aventuras de esos superhéroes. Sin olvidar que Lee tuvo un gran ojo para elegir a los artistas que ilustraban sus cómics empezando por los mencionados Kirby y Ditko, con los que construyó este universo y siguiendo por otros con los que lo cimentó, como Wally Wood, John Buscema, gene Colan, Jim Steranko, Neal Adams, John Romita SR., Barry Windsor Smith, por mencionar sólo los que aparecen en este volumen.
Destacar también a otros artistas con los que colaboraría en proyectos especiales, también recogidos en este volumen, como el mismísimo Moebius, que dibujó una historia de Silver Surfer ya mítica, Bruce Timm, o el español Marcos Martin, que dibuja una de las últimas historias incluidas en este volumen.
De chico para todo a editor
Stanley Martin Lieber nació el 28 de diciembre de 1922 en Nueva York, hijo de una pareja de inmigrantes judíos rumanos. Y su infancia fue complicada, porque sus padres no tenían recursos económicos, lo que conllevó que Stanley se refugiase en las novelas baratas y el cine. Su mayor ilusión era ser escritor.
En 1939, con 17 años, entró en la editorial Timely Publications (la futura Marvel), gracias a que el editor era pariente suyo. Allí se convirtió en el chico para todo, desde hacer recados hasta escribir algún texto cuando era necesario. Siempre al servicio del editor Joe Simon y el director de arte, Jack Kirby (creadores del Capitán América). De hecho, lo primero que publicó el joven Stanley fue un relato para el número 3 del Capitán América.
Lo curioso es que Lee solo pensaba escribir cómics durante una corta temporada, para pasar luego a escribir novelas. Por eso quiso usar un seudónimo como guionista de cómics: Stan Lee, dejando su auténtico nombre para su futura carrera literaria.
Cuando Simon y Kirby se marcharon, en 1941, Lee fue ascendido a director editorial. Y durante los siguientes años escribió decenas de cómics sobre los temas que triunfaban en cada época. Desde superhéroes (un género que cayó en decadencia tras la guerra) hasta historias románticas, del oeste y de monstruos (de todas hay ejemplos en este libro).
En eso estaba cuando, en 1961, hubo un resurgir de los cómics de superhéroes con el éxito de La Liga de la Justicia (DC Comics). Así que el jefazo de Marvel encargó a Lee que crease su propia Liga de la Justicia. El plan original plan era traer de vuelta a los superhéroes de los años 40, como la Antorcha Humana Original, Namor y el Capitán América, con algún añadido.
Pero Lee estaba hasta las narices de tener que “imitar” los éxitos de otros y decidió dejar el mundo de los cómics. Aunque antes quiso entregar a Goodman un cómic que fuese realmente original y rompedor. Con unos superhéroes que fueran muy humanos y que se pasaran el día discutiendo entre ellos. Total, no tenía nada que perder.
Los 4 Fantásticos y el origen del Universo Marvel
“Había muchísimos superhéroes retozando alegremente con sus coloridos calzoncillos largos antes de que Los 4F aparecieran, pero prácticamente ninguno tenía problemas personales ni que preocuparse por ganarse la vida; ni tampoco discutía ni perdía los nervios con otros superhéroes, no hasta que llegó nuestro encantador cuarteto” (Stan Lee).
Así nacieron Los Cuatro Fantásticos. Si nos fijamos son los cuatro elementos (Tierra, aire, agua y fuego); además de que La antorcha era una actualización del personaje de los años 40 y La Cosa podría ser uno de los monstruos que Lee escribía para los las series de Timely dibujadas por Jack Kirby y Steve Ditko. Sin olvidar que en sus primeros números se enfrentaban a monstruos (como los del Hombre Topo) y a extraterrestres (los Skrulls).
Pero el concepto, los personajes y las relaciones entre ellos eran totalmente novedosas. Para empezar, los Cuatro fantásticos eran una familia, y se pasaban gran parte del día discutiendo, por lo que sus historias familiares eran casi tan interesantes como las peleas con los villanos de turno. Y eran tan humanos y creíbles que los lectores se podían identificar con ellos (algo que Lee llevó al extremo, poco después, en Spider-Man, consiguiendo que todos quisiéramos ser Peter Parker).
Además, no tenían identidades secretas (algo que también era revolucionario en el género); no tenían uniformes de superhéroes; y tampoco vivían en universos ficticios como Gotham o Metrópolis, sino en Nueva York, en la Gran Manzana. Y por primera vez un monstruo (La Cosa) se convertía en un superhéroe (y en el personaje más popular del cuarteto).
Sin olvidar que cada uno tenía una personalidad muy definida y hablaba de una manera diferente (marca de la casa de Stan Lee) Por ejemplo, la famosa frase de la Cosa antes de iniciar una pelea: ¡Es la hora de las tortas!
El éxito
En una explosión de creatividad nunca vista en los cómics (ni antes ni después) y en apenas cinco años, Lee, Kirby, Ditko y un reducido grupo de artistas crearon los personajes que hoy, mas de 50 años después, siguen siendo el centro del llamado Universo Marvel: Los Cuatro Fantásticos (1961), El Hombre Hormiga, Hulk, Spiderman y Thor (1962), Iron Man, El Doctor Extraño, Nick Furia, Los Vengadores y La Patrulla X (1963), Daredevil (1964), además de traer de vuelta al Capitán América (1964) y Namor (1965). Sin olvidar al primer superhéroe afroamericano, La Pantera Negra. Es lo que se conocería como la Edad dorada de Marvel.
Lee también ideó el llamado método Marvel que consistía en que no daba un guion completo a sus dibujantes sino una sinopsis, que discutía con ellos. Cuando los dibujantes le devolvían las páginas terminadas Lee escribía los diálogos. Por eso fue fundamental su colaboración con dibujantes con tanta imaginación como Ditko o Kirby. Es famosa la anécdota de que Stan Lee creo el argumento del número de Los 4 Fantásticos en el que aparecía Galactus (que plantearon como el dios del Universo Marvel) y Kirby le devolvió un episodio en el que aparecía Estela Plateada porque se le ocurrió que un ser tan poderoso debía tener un heraldo.
El "toque Lee"
Como decimos, gran parte del éxito de Stan Lee fue convertir a los superhéroes en seres humanos, con sus problemas y tribulaciones; dar a cada uno una personalidad muy definida y ambientar sus historias en el mundo real. Sin olvidar que casi todos tenían alguna debilidad (superhéroes con pies de barro). Pero, además, los cómics de Lee tenían otras cosas que los diferenciaban de los que se publicaban en esa época.
Por ejemplo, Lee se adelantó a las redes sociales, gracias a su capacidad para comunicarse con los lectores a través de los correos o de su famosa columna de opinión. Lo que le permitía saber en dónde acertaba y en qué se equivocaba. Por ejemplo, atendiendo a las peticiones de los lectores, pusiese uniformes a los 4 Fantásticos a partir del tercer número (los famosos pijamas azules)
Eso le hizo estar muy atento a la actualidad, de forma que si había revueltas estudiantiles, las incluía en un cómic de Spider-Man; si se descubrían los rayos Gamma, los usaba para crear a Hulk, y si se empezaba a hablar de mutaciones, allí estaba la Patrulla X. Incluso fue el primero (1971) en atreverse a hablar de las drogas (un tema prohibido por la autocensura de los cómics) en la ya mítica saga de Spider-Man en la que Harry Osborn estaba a punto de morir por sobredosis.
Lee escribía numerosos cómics al mes, por lo que también desarrolló sus trucos. Por ejemplo, los villanos de Spider-Man se inspiraban en animales (Dr. Octopus, el Rino, el Buitre, el Camaleón, el Canguro); y el nombre y el apellido de muchos de sus personajes empezaban por la misma letra, porque así le resultaba más fácil recordarlos (Sue Storm, Reed Richards, Bruce Banner, Matt Murdock, Peter Parker, Silver Surfer, Stephen Strange…)
El cine y la televisión
A partir de los años 70, Lee se fue alejando de los guiones, aunque nunca los dejó del todo, e intentó llevar sus creaciones al cine y a la televisión. Así surgieron series tan recordadas como la de animación de Spider-Man de los 70 o la de imagen real del Increible Hulk protagonizada por Lou Ferrigno. Aunque también tuvo numerosos fracasos (la serie de imagen real de Spider-Man)
Pero su arrolladora personalidad siempre le mantenía de actualidad. Y en casi todas las universidades norteamericanas surgió algún Club Marvel, Sobre todo en los 60 y 70, cuando sus personajes alcanzaron la categoría de iconos pop.
En lo que llevamos de Siglo XXI Lee ha visto cómo sus personajes celebraban su 50 aniversario (algunos incluso más) y aumentaban su popularidad gracias a las películas de Marvel-Disney, que son las más taquilleras de la última década. Además de aparecer como productor ejecutivo en todas ellas, en la mayoría ha realizado cameos que son muy celebrados por los fans.
A punto de cumplir los 96 años, Lee se ha convertido en un icono de cuya imaginación han surgido algunos de los personajes más populares de la historia, y que son reconocibles en todo el mundo. A casi todos los encontraréis en este gran libro. Como solía decir Lee en su famosa columna de opinión: ¡Excelsior!