Ni las amenazas de Donald Trump anunciando que enviará sus tropas a la frontera para impedir el paso de "esos criminales", ni las advertencias de México y Guatemala han frenado la caravana de al menos 3.000 hondureños decididos a llegar a Estados Unidos.
La caravana arrancó el día 13 de octubre de San Pedro Sula y una avanzadilla llegó una semana más tarde a México, donde muchos de ellos han solicitado refugio. La mayoría se encontraba Tecún Umán, un punto fronterizo entre México y Guatemala, pero esta tarde han cruzado el cordón policial en la frontera después de momentos de tensión, por el sofocante calor y el hacinamiento. La caravana atraviesa ahora el puente sobre el río Suchiate y se dispersa por territorio mexicano con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
Tegucigalpa y Washington han acusado a sectores políticos de promover esta masiva migración con fines políticos y criminales y engañando a los migrantes con falsas promesas.
Sin pasaporte
Los migrantes han iniciado esta marcha, aseguran, por la “falta de trabajo e inseguridad” en Honduras. Hasta ahora podían cruzar la frontera sin pasaporte, sólo con un carné de identidad o partida de nacimiento. En condiciones normales, los ciudadanos del denominado Triángulo Norte de Centroamérica, que integran El Salvador, Honduras y Guatemala, cruzan de un país a otro con un trámite rápido que consiste en un registro migratorio para el que basta mostrar el carné de identidad.
Pero la situación ha cambiado. Los controles son más rigurosos para evitar que lleguen a México y a EE.UU. Ambos países ya han advertido que aplicarán con firmeza sus leyes migratorias. EE.UU. ha amenazado con retirar la ayuda económica a Honduras, si no frena la caravana.
El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quien ha sido blanco de duras críticas por parte de muchos migrantes en Agua Caliente –frontera con Guatemala- y por parte de sectores políticos de oposición, ha señalado que “la oposición quiere influir negativamente en “la gobernabilidad, la imagen, buen nombre, la estabilidad, la paz de Honduras y de los países que están en la ruta hacia los Estados Unidos".
El expresidente Zelaya, en la actual oposición, ha dicho que EE.UU. "legal y moralmente está obligado a dar asilo" a los migrantes "por el estado de terror y muerte provocado por la violencia militar, fraude, privatizaciones, y crimen organizado de la dictadura de JOH (Juan Orlando Hernández) que ellos sostienen y apoyan".
Crisis del país
Según los analistas, la clase política es la causante de la crisis que vive hoy Honduras. Desde que el país retornó a la democracia, en 1980, no ha tomado ninguna iniciativa para reducir la migración irregular.
En términos económicos, los inmigrantes hondureños que viven en Estados Unidos -más de un millón entre residentes legales y de manera irregular-, representan un aporte importante para su país por las remesas familiares que envían. En el año 2017, rondaron los 4.000 millones de dólares.
Honduras, con nueve millones de habitantes, cuenta con más de dos millones, entre desempleados y subempleados. Muchos de los empleados ganan salarios muy bajos, lo que contrasta con un alto coste de los alimentos, las medicinas, la educación, los servicios públicos y combustibles.