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España cae hasta el vigésimo sexto puesto en el ránking de competitividad del Foro Económico Mundial

  • La estabilidad económica, el capital humano y las infraestructuras constituyen sus puntos fuertes

  • Estados Unidos ocupa el primer lugar, cuya economía es presentada como "el ideal de competitividad"

RTVE.es/AGENCIAS
4 min.

Top 10 en competitividad

1. Estados Unidos 85,6

2. Singapur 83,5

3. Alemania 82,8

4. Suiza 82,6

5. Japón 82,5

6. Holanda 82,4

7. Hong Kong 82,3

8. Reino Unido 82

9. Suecia 81,7

10. Dinamarca 80,6

España ha caído este año un puesto, hasta el vigésimo sexto, en el ránking de competitividad elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM), que aglutina a 140 países cuyas economías representan el 99% del producto interior bruto (PIB) de todo el planeta, y donde la estabilidad económica, el capital humano y la infraestructura constituyen sus mayores atributos.

En esa clasificación, presentada este martes en Ginebra y elaborada con el análisis de 98 indicadores, España se posiciona en el puesto 26, dos por delante de China, mientras Estados Unidos ocupa el primer lugar, cuya economía es presentada en el informe como "el ideal de competitividad", seguido de Singapur, Alemania, Suiza y Japón en los cinco primeros lugares.

"Diez años después de la crisis, la economía se ha recuperado, pero hay una fragilidad que persiste", ha dicho en la presentación del informe el investigador del FEM y uno de los autores del informe, Thierry Geiser.

Una fragilidad que no necesariamente yace en la economía y que parece expresarse a través de fenómenos como el extremismo y el populismo, ha agregado.

España gana en capital humano

El informe abarca un centenar de elementos de análisis organizados en cuatro grandes categorías: entorno propicio para la competitividad, capital humano, mercados y ecosistema de innovación, en los que España logra una nota global de 74 en una escala que va de 0 (peor) a 100 (mejor).

Factores de competitividad de España

 Foro Económico Mundial

España consigue 100 puntos en capital humano, concretamente en el indicador de salud de su población (el puesto número uno del mundo), pero sólo 71 cuando se trata de educación y competencia (dentro de la misma categoría).

Donde también destaca es en infraestructuras (89) y estabilidad macroeconómica (90), mientras que sus puntos más débiles están en el mercado interno y el mercado laboral.

En el mercado interno, los ejecutivos se quejan de las distorsiones provocadas por determinados impuestos y subsidios, de acuerdo con una encuesta elaborada para este informe, ha comentado el economista del FEM, Attilio di Battista. Aunque con nota baja en relación a su mercado laboral, el especialista ha dicho que es un área que "de manera general ha mejorado en los últimos años, aunque persisten rigideces cuando se trata de prácticas de contratación y despido, por ejemplo".

Necesidad de políticas redistributivas y de protección

El indicador relativo a las instituciones es en el que España tiene más margen para mejorar y más concretamente en el subindicador que mide la orientación de las políticas a futuro. "Es decir, si los gobiernos están listos para pensar y actuar en función del largo plazo, más allá de las urgencias del corto plazo que cada país puede afrontar", ha explicado Di Battista.

Asimismo, el análisis confirma que "la igualdad y la inclusión no se logran a través de la competitividad, sino de otras políticas", ha comentado Geiser.

Para ello se defiende la necesidad de políticas redistributivas y de protección, de invertir en el capital humano (salud y educación, principalmente) y de privilegiar políticas fiscales progresivas, "lo cual no tiene porque comprometer los niveles de competitividad de una economía".

Los países deben invertir en su gente y en las instituciones

"La tecnología no es un remedio milagroso. Los países deben invertir en su gente y en las instituciones para poder recibir los beneficios de la tecnología", ha señalado una directiva del FEM, Saadia Zahidi.

De las conclusiones del informe, Geiser ha destacado que cada categoría utilizada para medir la competitividad de un país es importante "y no se compensan una con otra", es decir, que en todas se debe obtener una nota razonablemente buena. "No podemos poner demasiada fe en la tecnología, que es importante, pero no compensa una situación de mala gobernabilidad o de corrupción", ha comentado.

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