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Análisis | Elecciones en Brasil

Las mujeres, decisivas contra la 'antipolítica' de Bolsonaro

  • La gran mayoría del 8% de indecisos son mujeres y su voto puede frenar el ascenso del ultraderechista

  • El PT podría salir reforzado del trauma por la corrupción en las elecciones más inciertas de Brasil

PALOMA DE SALAS
5 min.

Un exmilitar ultraderechista lidera los últimos sondeos de las elecciones más inciertas desde el fin de la dictadura en Brasil en 1985. Es Jair Bolsonaro, que adelanta por 13 puntos -datos del jueves- al candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad.

Los exabruptos machistas, xenófobos y homófobos y su apoyo a la dictadura han despertado un movimiento feminista en rechazo al candidato, #EleNão (Él no), que el pasado 29 de septiembre se manifestó por las calles de Brasil. "No te violaría porque no te lo mereces", le dijo a una diputada del PT en 2014. Y aunque hay mujeres que le apoyan, Bolsonaro es el candidato peor valorado, sobre todo entre las mujeres, que conforman el mayor grupo entre el 8% de indecisos.

Por este motivo, los analistas consultados por RTVE.es coinciden en que su voto jugará un papel determinante a la hora de forzar una segunda vuelta, ya que el candidato necesitaría al menos el 50% de los votos para proclamarse presidente en la primera vuelta. Sea como fuere, estos comicios "nunca han tenido tanta disparidad de género" como ahora, explica la doctora en Sociología y profesora de la Universidad Federal de Sao Paulo, Esther Solano. Ante esta disparidad, el movimiento #EleNão "puede influir en las mujeres indecisas", vaticina la investigadora del CIDOB, Ana Ayuso.

El ultraderechista Bolsonaro lidera los sondeos a dos días de las elecciones en Brasil

El voto de la ira, el pilar de Bolsonaro

El candidato del Partido Social Liberal (PSL) lleva 27 años en la política pero ha sabido reinventar su imagen hacia la honradez y la ética en un país en el que el poder se ha alternado entre el PT y el Partido Social Democrático Brasileño (PSD) en las últimas dos décadas con sonados casos de corrupción. Capta el voto del sur de Brasil: el de la clase media, con estudios y educación; y cuenta con el beneplácito del sector empresarial, donde hay "una corriente antipetista muy fuerte que va a Bolsonaro porque es lo contrario", señala Ayuso.

Su éxito es "la politización de la antipolítica", señala Solano, porque concentra el voto de la "frustración, la rabia, el cansancio, similar a [la estrategia] de Trump con su 'que se vayan todos'" -su lema es "Brasil por encima de todo", en un país donde el índice de violencia no deja de crecer: hay 175 muertes diarias, según datos del Foro de Seguridad de Brasil.

"Él no", el grito de miles de mujeres en Brasil contra Bolsonaro

Dicha "antipolítica" se ha reforzado tras el escándalo de corrupción de la Operación Lava Jato, la destitución de Dilma Rousseff y el encarcelamiento de Lula da Silva. "Fue una operación muy espectacularizada y muy teatralizada y por eso ha disenimado un fortalecimiento antipolítico" en la mayor potencia de América Latina, según describe Solano.

Su "rebeldía conservadora" que busca restaurar los valores tradicionales, la religión y la jerarquía también se nutre de los sentimientos antidentitarios contra las corrientes feministas, los movimientos LGBTI y el movimiento negro, "muy potentes" en la actualidad, señala Solano. Pero su auge no se explica sin el antipetismo provocado por el desgaste de la izquierda brasileña y la crisis de corrupción política.

El efecto boomerang de la corrupción

A pesar de los traumáticos golpes de la corrupción a los dos últimos presidentes del PT, el partido se ha presentado ante sus bases como una víctima más de la corrupción. Esto puede "fortalecer" a la formación: en los foros políticos no se descarta su victoria. De hecho, un segundo puesto sería "una gran victoria porque se recupera de dos golpes fortísimos", el impeachment de Dilma -una traición política para el partido- y la condena a Lula, apunta Solano. De hecho, Rousseff, que no está inhabilitada para ejercer, aspira a convertirse en senadora por el estado de Minas Gerais.

El Partido de los Trabajadores ha conseguido eclipsar la corrupción con el encarcelamiento de Lula

Su retórica victimista ha logrado revertir la situación: "Ha conseguido eclipsar la corrupción con el encarcelamiento de Lula", explica el politólogo del Centro de Estudios Brasileños de la Universidad de Salamanca, Rodrigo Rodríguez, una doble bala aprovechada por la ultra derecha y por el PT a partes iguales. Así, el electorado de derecha ve a Lula "como a un corrupto que merece lo que le pasa y que no debe salir de la cárcel", mientras que el PT se dice "víctima de una persecución política al que no le permiten disputar las elecciones como deberían porque hay una persecución política y Lula es un preso político", explica Rodríguez.

Según los últimos sondeos, Haddad concentra el 22% de apoyos y Bolsonaro el 35% y empatarían con un 44% y un 43% respectivamente en caso de segunda vuelta el 28 de octubre. Será entonces cuando las mujeres y los partidarios del PSD, representado por Geraldo Alckmin, desempeñen un papel determinante. ¿Favorecerá la puñalada al exmilitar "Aunque en los primeros días un 4% de indecisos empatizaron con él", el efecto ha pasado, explica Solano. Ayuso considera en cambio que no le favorece "porque no es lo mismo hacer campaña dando la cara" que desde el hospital. Como colofón a la polémica, su ausencia del último debate presidencial el pasado jueves y su entrevista en otra cadena a la misma hora.

Conversatorios en Casa de América - Dilma Rousseff - ver ahora

En cualquier caso, Brasil atraviesa una crisis política de alternancia del poder en la que el consenso resultará muy difícil. "La crisis política genera crisis económica", recuerda Rodríguez en un país "que no crece lo suficiente, donde lo más importante es el déficit público y que no se puede permitir tener 14 millones de parados", según Ayuso.

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