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El temor de los inversores a una guerra comercial entre EE.UU. y China atenaza los mercados mundiales

  • El Nikkei de Tokio se hunde un 4,66%, mientras el yen sube frente al dólar

  • Todas las Bolsas chinas pierden más de un 3%

  • En Europa, los mercados han comenzado la sesión con caídas moderadas

RTVE.es
4 min.

El temor a una guerra comercial entre China y EE.UU. ha pasado factura este viernes a los mercados financieros de Asia. La más castigada ha sido la Bolsa de Tokio, donde el índice principal, el Nikkei, ha caído un 4,66%, un desplome que se ha combinado con un alza del yen -convertido en valor refugio de la región-, que perjudica al músculo exportador de Japón.

El parqué tokiota comenzó la jornada con pérdidas agudas a la estela la caída de la víspera de la Bolsa de Nueva York, donde el Dow Jones perdió un 2,9% y el S&P 500, un 2,5%, con fuertes retrocesos de empresas como Boeing y Caterpillar, muy dependientes del acero y el aluminio.

A mitad de sesión, el selectivo cayó por debajo de la barrera psicológica de los 21.000 puntos y llegó a hundirse por momentos más de un 5%.

Todos los sectores de la Bolsa japonesa registraron pérdidas, encabezadas por los de maquinaria y metales no ferrosos.

El resto de mercados bursátiles asiáticos también terminaron la semana con pérdidas: el índice Hang Seng de Hong Kong ha caído un 3,1%; el selectivo de la Bolsa de Shanghai ha retrocedido un 3,8%, y el Kospi de Corea del Sur se ha dejado casi un 3%.

Números rojos también en Europa

También los principales mercados de Europa han amanecido en rojo, aunque los inversores paarecen moverse aún con prudencia en una de las peores semanas de los últimos meses, con reacciones combinadas a la nueva subida de tipos de interés en EE.UU., la confirmación de los aranceles de Washington a China y el escándalo de filtraciones que salpica a Facebook.

Así, el principal indicador de la Bolsa española, el IBEX 35, ha abierto con una caída próxima al 0,9%; el FTSE Mib de Milán cedía un 1,21%; el CAC 40 de París se dejaba un 1,5%; el DAX de Fráncfort retrocedía un 1,6%, y el FTSE 100 de Londres perdía un 0,9%.

media sesión, esas pérdidas se habían ampliado ligeramente en el caso de los índices alemán y francés, que retrocedían a esa hora un 1,54% y un 1,37%, respectivamente. Mientras, en España, el IBEX mantenía un retroceso similar a la de la apertura, y los selectivos de Londres y Milán habían reducido sus caídas a 0,48% y 0,63%, respectivamente.

Ese comportamiento responde al nuevo paquete de aranceles valorados en 60.000 millones de dólares a productos chinos anunciado el jueves por el presidente estadounidense, Donald Trump, y a la respuesta de Pekín, que estudia a su vez tarifas por valor a 3.000 millones para productos de EE.UU.

Miedo a la caída del comercio mundial

Todo esto ha disparado el nerviosismo en los mercados por una posible guerra comercial entre las dos mayores potencias mundiales.

"Los inversores están preocupados por una posible caída del comercio global y una ralentización del crecimiento económico", ha señalado el analista Maki Sawada, de Nomura Securities, a la agencia japonesa Kyodo.

El anuncio de EE.UU. también ha devaluado la cotización del dólar frente al yen, una tendencia que encarece las exportaciones japonesas y daña su competitividad en el exterior.

El profesor Li Wei, director del Centro de Economía y Desarrollo Sostenible en China, considera "exagerada" esta reacción de las bolsas, pero recuerda que refleja el hecho de que los aranceles de Trump a China no sólo afectan a este país asiático.

"Imaginemos que se imponen aranceles en Estados Unidos a la importación de teléfonos de Xiaomi o Huawei, por ejemplo. Sus componentes están fabricados en países asiáticos como Japón, Corea o países emergentes, así que toda la cadena de valor se verá afectada y sufrirá", señala el profesor, que adelanta que las sanciones serán "impopulares" tanto en EE.UU. como en Asia.

Por otra parte, Michael Kagan, gestor de Clearbridge, filial de la estadounidense Legg Mason, advierte que Washington podría ir más allá y bloquear inversiones chinas en su territorio, restringir su capacidad para hacer negocios e, incluso, limitar la entrada de ciudadanos chinos a suelo estadounidense.

"En función de la gravedad de esta conclusión, podrían producirse represalias con un efecto similar por parte de Pekín contra las empresas y las importaciones estadounidenses", apunta Kagan, que avisa que esa respuesta "podría generar un terremoto en los mercados".

En opinión de este experto, "una guerra comercial con el país asiático perjudicaría a más empresas cotizadas estadounidenses de las que beneficiaría", incluyendo entre las más castigadas las de los sectores aeronáutico, automovilístico, agrícola, semiconductores y productos químicos.

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