El comité del Congreso de Estados Unidos que investiga la filtración de los datos de 50 millones de usuarios de Facebook a la consultora Cambridge Analytica, así como su supuesto uso para fines electorales en la campaña de Donald Trump, llamará a declarar al fundador y director ejcutivo de la red social, Mark Zuckerberg, dado que considera que las explicaciones proporcionadas hasta ahora han sido insuficientes.
"Sentimos que muchas preguntas están sin respuesta", aseguran en un comunicado el presidente del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, el republicano Greg Walden, y el principal representante demócrata en el mismo, Frank Pallone.
La nota señala que "las últimas revelaciones sobre el uso de Facebook y la seguridad de los datos de los usuarios suscita numerosas preocupaciones sobre la protección de los consumidores", y deja ver que las explicaciones que el personal de la compañía californiana ha trasladado a los miembros del comité no han aclarado sus dudas.
“Creemos que, como director ejecutivo de Facebook, él es el testigo adecuado para dar respuestas“
"El señor Zuckerberg ha declarado que estaría dispuesto a testificar si él es la persona adecuada. Creemos que, como director ejecutivo de Facebook, él es el testigo adecuado para dar respuestas al pueblo estadounidense", indica el comunicado.
"Esperamos con interés trabajar con Facebook y el señor Zuckerberg para determinar una fecha y una hora en el futuro cercano para una audiencia ante este comité", apostilla el comunicado, que avanza que se le remitirá una citación formal en los próximos días.
Zuckerberg admite que hubo "errores"
La decisión del comité de la Cámara de Representantes recoge el guante que el propio Zuckerberg lanzó este miércoles en la cadena CNN: "Estoy dispuesto [a comparecer ante el Congreso] si es lo que hay que hacer", decía en en una entrevista. "Lo que tratamos de hacer es enviar a la persona de Facebook que tenga más conocimiento. Si ese soy yo, entonces estoy dispuesto a ir", aseveraba.
Antes, Zuckerberg ya había admitido "errores" y se había disculpado a través de un mensaje colgado en su muro de la red social: "Tenemos la responsabilidad de proteger vuestros datos, y si no podemos hacerlo, no merecemos serviros", remarcaba en ese comunicado.
Era su primera reacción pública ante el escándalo, después de varios días de silencio en los que las acciones de la compañía se desplomaron en bolsa por la oleada de indignación suscitada al revelarse la filtración. Zuckerberg, de hecho, también ha sido llamado a dar explicaciones por un comité del Parlamento británico y por la Unión Europea, aunque en ningún caso está obligado a comparecer.
La controversia se desató el pasado fin de semana, cuando The New York Times, The Observer y The Guardian desvelaron que Cambridge Analytica, una consultora de marketing y publicidad para fines políticos y corporativos con sede en Londres, robó información de 50 millones de perfiles de usuarios de Facebook con el objetivo de ayudar a Trump a diseñar el software capaz de predecir e influir en las elecciones de los votantes en las presidenciales 2016.
La revelación partía del testimonio de Christopher Wylie, ciudadano canadiense de 28 años y extrabajador de la compañía, quien confesó haber creado "la herramienta de guerra psicológica de Steve Bannon", antiguo asesor de Trump. Wylie, de profesión pirata informático, asegura que tanto Robert Mercer, un acaudalado donante del Partido Republicano, como Bannon idearon un plan en 2014 para utilizar los datos recabados en redes sociales para influir en el proceso electoral, que al final resultó en la victoria de Donald Trump.