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Marjaliza declara que Granados le dijo que quemara documentos de Púnica "en un día de niebla"

  • Marjaliza ha declarado como testigo en el juicio de Púnica

  • Asegura que Granados fue alertado por un chivatazo de Guardia Civil

  • La fiscal concluye que aprovechó el soplo y fue "proactivo" en destruir documentos

  • Granados afirma en su turno de última palabra que no tenía "nada que ocultar"

RTVE.es / EFE
6 min.

El presunto "conseguidor" de la Púnica, David Marjaliza, ha dicho este jueves en el primer juicio de este caso de corrupción que el exconsejero madrileño Francisco Granados le dijo que destruyera documentos de la red tras recibir un soplo de que les estaban investigando y le instó a quemarlos "un día de niebla".

"No, no lo tires, quémalo porque la bolsa la pueden pillar. Quémalo en un día que haya niebla" fue exactamente lo que, según ha contado Marjaliza en su declaración como testigo en la Audiencia Nacional, le dijo Granados tras recibir un chivatazo del guardia civil José Manuel Rodríguez Talamino, otro de los acusados.

A raíz de la alerta de Granados, Marjaliza empezó a "recoger todo" junto con su secretaria Ana María Ramírez, con la que buscó en internet cuándo haría niebla. Fue un mes después, en la primera semana de octubre de 2014, cuando llegó ese día y vino "un amigo a recogerlo y a quemarlo".

Se trata, según Marjaliza, de Eduardo de la Peña, "un ñapas que nos hace las cosas de los pisos, las goteras, nos arregla todas esas cosas" y que también viajó a Suiza, según la investigación, a buscar una nave en la que ocultar los cuadros y las plumas Mont Blanc que atesoraba el que fuera socio de Granados.

"Tres carros de Carrefour" llenos de documentos

En total fueron "tres carros del Carrefour" llenos de "documentación de la Comunidad de Madrid y licitaciones", así como un cuaderno escolar en el que apuntaban las entradas y salidas de dinero en B procedente de comisiones ilegales y en el que detallaban las cantidades, las fechas, los políticos a los que iba destinado el dinero y la localidad madrileña que gobernaban.

"Si era Parla, poníamos P. En el caso de Paco (Granados), le pusimos el mote de 'Futuro' porque esto fue en 1999, cuando no era alcalde, y 'Futuro 2' era José Luis Moreno, que fue luego alcalde", ha explicado.

Marjaliza, que ha asegurado que nunca ha pactado con la Fiscalía, ha añadido además: "Yo había ayudado a pagarle (a Granados) la campaña de 1999 y de 2003, le he pagado viajes a Ibiza, televisiones, escopetas y muchas cosas".

Alertado por un chivatazo

Desde que Granados le alertó sobre el chivatazo, en septiembre de 2014, hasta que ambos fueron detenidos un mes después tuvieron cinco o seis encuentros;, en los que Marjaliza notó al que fuese secretario general del PP de Madrid que tenía "bastante tensión" y que le preguntaba "si había roto las cosas o tenía algo más.

Parte de esa documentación, la referente a la cuenta de Singapur a la que, según la investigación, Marjaliza transfirió 4,2 millones procedentes de las cuentas que él y Granados tenían en Suiza, no la destruyeron sino que, según ha dicho el testigo, se la llevó su secretaria a su casa para guardarla hasta que éste encontrase un sitio mejor.Tiempo después, en un registro, la Guardia Civil la encontró debajo de un colchón de Ana María Ramírez.

Ramírez, que también ha testificado este jueves, ha continuado con esta versión de los hechos y ha dicho que en ese cuaderno, que tenía una antigüedad "de más de 15 años", estaban anotadas "grandes cantidades", en euros y en pesetas, que podían llegar hasta 50.000 euros.

Ha dicho que ella y Marjaliza estuvieron durante una semana buscando documentación y que incluso pasaron un fin de semana en la oficina mirando "exhaustivamente" qué es lo que había en el despacho."Pensamos destruirla y me dijo mi jefe que era mejor quemarla porque se lo había dicho Francisco", porque si no "después se podía localizar en la basura".

Granados afirma que no tenía "nada que ocultar" y carga contra Marjaliza

Por su parte, Granados ha aprovechado su turno de última palabra en el que ha asegurado que no tenía "nada que ocultar" ni que "destruir" y ha acusado a David Marjaliza de mentir en sus acusaciones contra él.

También ha lamentado que en el juicio que ha quedado visto para sentencia, se sienten en el banquillo dos guardias civiles -José Manuel Rodríguez Talamino y José Luis Caro Vinagre- acusados de darle el chivatazo de que la UCO le estaba investigando, ya que se trata de agentes "honrados" que "llevan a la Guardia Civil en el corazón, que lo hacen por vocación y con afán de sacrificio".

En su alegato final, Granados ha arremetido contra Marjaliza, el considerado como conseguidor de contratos para la trama corrupta que le ha acusado en el juicio de cobrar comisiones de empresarios y de haberle instado a quemar documentos una vez supo de la investigación.

La fiscal concluye que Granados se aprovechó del soplo

La fiscal Anticorrupción Carmen García ha concluido que el exconsejero madrileño Francisco Granados se aprovechó del soplo que le dio un guardia civil sobre la Púnica y participó de manera "proactiva" en la destrucción de documentación que evidenciaba el pago en B de comisiones a políticos.

En su alegato final de cerca de dos horas del primer juicio de este caso, sobre un chivatazo a Granados, la fiscal ha destacado que el exconsejero se sirvió del conseguidor de la trama corrupta, David Marjaliza, para buscar toda la información que pudiera incriminarle y que después le pidió que la destruyera "en un día de niebla".

Por ello, ha proseguido, no existe "prueba gráfica" que acredite los pagos en B procedentes de comisiones ilegales que Marjaliza -según ha testificado este jueves- entregaba a políticos en la sede de sus empresas, en la localidad de Pinto. "Ustedes lo saben mejor que nadie, el ministerio fiscal no puede aportar esas evidencias que justifiquen esas comisiones. La documentación en B no existe porque se ha destruido", ha explicado.

Pese a ello, la fiscalía no tiene "ninguna duda" de que existió dinero en B: "Nos llegó un anónimo después de la operación que decía que ese dinero se había escondido en determinados domicilios, concretamente el de un amigo (de Granados), el de la madre de este señor y de los suegros".

Tras dicho anónimo, ha continuado García, se realizó el registro en la casa de los suegros de Granados y, en un altillo de una habitación, se halló casi un millón de euros.

La fiscal ha mantenido su petición de pena de 3 años de cárcel para Granados y Talamino, mientras que ha propuesto una alternativa de 18 meses de prisión (con la que no ingresaría en la cárcel) para el tercer acusado, el guardia civil en excedencia José Luis Caro Vinagre que presuntamente sonsacó información a Talamino para dársela al exconsejero mientras trabajaba para él como asesor en la Comunidad de Madrid.

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