Noticias

Un estudio demuestra que las políticas de apoyo a la paternidad fomentan una mayor implicación de los padres

  • Los progenitores que se cogen bajas más largas son más participativos

  • Intervienen activamente en todas las actividades, incluidas las más rutinarias

  • La corresponsabilidad es un factor clave contra la desigualdad laboral

RTVE.es / UCM
4 min.

Los padres que se cogen bajas de paternidad más largas, favorecidas por las políticas públicas, participan posteriormente más en el cuidado de sus hijos pequeños respecto a los varones que se incorporan antes a sus puestos de trabajo. Es la principal conclusión de un estudio dirigido por la Universidad Complutense de Madrid que ha medido, por primera vez, el impacto de este tipo de iniciativas en la crianza de los hijos en España.

“La plena implicación de los hombres en el cuidado de sus hijos pequeños, es decir, la corresponsabilidad entre madres y padres en esta actividad, es un factor clave para que desaparezca la desigualdad de género en el mercado laboral y la brecha salarial entre hombres y mujeres”, afirma José Andrés Fernández Cornejo, investigador de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y autor principal del estudio.

La investigación, realizada entre enero y junio de 2012, se ha basado en cuestionarios repartidos a niños de entre tres y ocho años en un centenar de colegios de la Comunidad de Madrid. Los menores tenían que entregar las encuestas a sus padres y madres. En total fueron respondidos 1.130 cuestionarios.

El trabajo, publicado en Journal of Comparative Family Studies, revela cómo la introducción de la baja por paternidad de trece días que entró en vigor en marzo de 2007 aumentó la duración promedio de los días que hasta entonces se cogían los padres tras tener un hijo: de 12,4 antes de esa fecha a 20 días después.

A la hora de medir el grado de participación de los padres respecto a las madres en dieciocho actividades de cuidado infantil, se observó que estos tenían una participación minoritaria en todas ellas.

No obstante, se registraron importantes diferencias: la participación de los varones era muy baja en las actividades más rutinarias, como lavar la ropa del niño o preparar su comida, mientras que se involucraban más en las tareas más gratificantes y creativas, como jugar con el hijo en casa o enseñarle a hacer algo nuevo.

Mayor implicación en todos los ámbitos

Sin embargo, el estudio revela que los padres que disfrutaban de bajas de paternidad más largas tendían a tener una participación mayor en las actividades de cuidado más rutinarias respecto a los que se incorporaban antes a su puesto de trabajo.

Tener unas actitudes de género igualitarias también favorecía que los padres se implicaran más en el cuidado de sus hijos.

Otro factor que influía era la situación laboral de la madre. Cuando esta trabajaba a tiempo completo o tenía unos ingresos mayores que el padre, el varón tendía también a estar más implicado en el cuidado de sus hijos, según el estudio, en el que también participa Cristina Castellanos, investigadora del Instituto Tavistock (Reino Unido).

Incompatibilidad entre empleo y paternidad

En cuanto al desarrollo profesional de los varones, el trabajo revela situaciones de cierta incompatibilidad entre el empleo y el ejercicio de una paternidad más activa. Los padres con mayores salarios pasaban menos tiempo con sus hijos. “Lamentablemente, en países como España, donde la conciliación de la vida familiar y laboral es muy difícil, a menudo se presenta el dilema entre el crecimiento profesional y una maternidad o paternidad activa”, denuncia Fernández Cornejo.

En cuanto a las actitudes de los varones, en la investigación se distinguen tres perfiles: dos minoritarios y uno más numeroso. Uno de los minoritarios está formado por padres tradicionales, poco implicados en los cuidados infantiles más rutinarios. En el siguiente, en el otro extremo, se encuentran padres plenamente implicados, con actitudes avanzadas de género y hacia el cuidado de sus hijos, que a menudo priorizan el ejercicio de una paternidad activa por encima de su carrera profesional.

El tercer grupo, el más numeroso, ocupa una posición intermedia, con varones que tienen un carácter que se adapta a las circunstancias, por ejemplo, a la situación laboral de la madre.

“La ampliación del permiso de paternidad de dos a cuatro semanas introducido el pasado 1 de enero por el Gobierno es algo positivo pero no es suficiente”, subraya el investigador. En su opinión, “es preciso equiparar en España el permiso de paternidad con el permiso de maternidad: dieciséis semanas para la madre y dieciséis semanas para el padre, no transferibles al otro progenitor y que puedan ser utilizadas con flexibilidad”.

En cuanto a las empresas, Fernández Cornejo sostiene que las políticas de conciliación tienen que avanzar mucho más. El investigador propone que los directivos sean mucho más sensibles hacia las necesidades de conciliación de los trabajadores y que este tipo de políticas dejen de asociarse solo con la plantilla femenina.

“Hay que animar a los hombres a que también usen estas prácticas de conciliación. Debe haber mejores políticas de conciliación y sin sesgo de género”, concluye.

Noticias

Televisión

Radio

Deportes

Infantil

A la Carta

Playz