La ofensiva militar que permitió arrebatar la ciudad iraquí de Mosul al grupo terrorista Estado Islámico ha expulsado de sus hogares a 103.362 personas, según el último balance del Ministerio de Migraciones de Irak, que ha levantado varios campamentos para alojar a los desplazados.
Los refugiados proceden de los barrios del este de Mosul, así como de las comarcas de Qorash, al sureste de la ciudad; de Telkif, al norte; Tel Abtah y Al Kanaus, al oeste, y Al Hauiya, en la provincia de Kirkuk, al sur.
Los dos principales campos son los de Yeeda II y la pista de aterrizaje del aeropuerto de la localidad de Al Qayara, a unos 55 kilómetros al sur de Mosul, capital de la provincia de Nínive.
Otros refugiados han sido trasladados a los campamentos de Dibka y Hasan Shami, en la provincia de Erbil, y Qimaua, en la provincia de Dohuk, ambas pertenecientes a la región autónoma del Kurdistán iraquí. Por último, también hay desplazados que se han ubicado en el campo de Lailan, en Kirkuk.
Reparto de ayuda alimentaria y sanitaria
El Ministerio de Migraciones destaca que sus equipos han distribuido ayuda alimentaria, sanitaria y de otro tipo a los desplazados en el momento de su llegada a los centros de acogida.
El subsecretario de Migraciones, Yasem al Atiya, ha detallado que se han repartido 39.243 paquetes de asistencia a las familias en los campamentos de Al Jazer y Hasan al Shami 2, situados en la zona de Al Jazer, dependiente de Erbil.
Asimismo, Al Atiya ha indicado que también han repartido ayuda a una gran número de familias en aldeas de la comarca de Sinyar, al oeste de Mosul, que incluye mantas, raciones de comida y utensilios de cocina, entre otros.
El pasado 6 de diciembre la Organización Internacional para las Migraciones, estimaba que la ofensiva de Mosul, que comenzó el 17 de octubre, había provocado el desplazamiento de más de 82.000 personas.