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El coste del 'Brexit'

  • La incertidumbre provocará pérdidas millonarias a la economía británica

  • La factura final dependerá de la nueva relación comercial entre el país y la UE

  • Se prevé caída de las exportaciones, subidas de precios y retroceso del consumo

  • El número de parados aumentaría en más de medio millón en los dos primeros años

  • La volatilidad financiera hunde la libra esterlina y perjudicará al euro

L. FRANCIA / P. L. MANJÓN
25 min.

El triunfo del Brexit (en inglés, Britain+exit) tendrá importantes repercusiones económicas en Reino Unido, pero también en la UE. Son muchos los análisis que estiman en miles de millones de libras las pérdidas potenciales de crecimiento económico derivadas, primero, de la incertidumbre sobre cuál será la nueva relación comercial y financiera entre las islas británicas y los 27 miembros restantes de la UE, y segundo, por los cambios que produciría esa nueva relación en la economía del país.

En todos los escenarios posibles, el coste de exportar aumentaría para las empresas británicas, al igual que el de comprar fuera del país, por lo que se reducirían las exportaciones y aumentarían los precios, con el consiguiente efecto en la actividad económica. Todo ello se vería agravado por una fuerte salida de capitales del país y un aumento de la volatilidad de los mercados financieros.

La duración de esa incertidumbre y la gravedad de sus consecuencias dependerán de cómo progresen los cuatro procesos que se pondrán en marcha con el Brexit (ver. PDF): la negociación de las condiciones de desconexión de Reino Unido bajo el artículo 50 del Tratado de la UE; otra negociación distinta que debería iniciarse para definir un nuevo marco comercial con el bloque; la búsqueda de pactos comerciales con otros países del mundo -incluidos los 53 con los que ahora Reino Unido mantiene libre comercio gracias a los acuerdos logrados por la UE- y, por último, la modificación de las normas y regulaciones legislativas internas.

Londres debe hacer frente a esos cuatro procesos de forma simultánea, por lo que, según ya ha reconocido, será imposible cerrarlos dentro del período de dos años (ver .PDF) que marca el Tratado antes de que los intercambios comerciales entre el país que sale y el bloque pasen a regularse por las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con todos sus aranceles y barreras al comercio incluidas.

"Un riesgo para la economía europea y mundial"

Multinacionales como Nestlé, Hyundai, Ford y Goldman Sachs ya habían avisado antes del referéndum que, si vencía el Brexit, reducirían su presencia en el país. También desde fuera de Reino Unido, organismos como el FMI, la OCDE y el G7 habían alertado de los riesgos que presenta el Brexit tanto para la economía británica como la europea y la global.

Durante una visita reciente al país, el presidente estadounidense, Barack Obama, avisó de que si Reino Unido abandona la UE se pondría "a la cola" en las negociaciones de los acuerdos comerciales, por lo que le costaría "largos años" conseguir un mercado accesible en buenas condiciones para sus bienes y servicios.

La salida de Reino Unido también es un golpe intenso para la Unión Europea, aunque sobre eso existen menos estudios y los cálculos escasean.

Desde el BCE se ha descrito el Brexit como "el mayor riesgo de este año para la estabilidad financiera de la eurozona", por lo que la entidad ha chequeado la preparación de los grandes bancos europeos para hacer frente a "movimientos extremos" en los mercados de divisas y a posibles pérdidas empresariales. Además, el instituto emisor del euro ha anunciado que está preparado para ofrecer liquidez adicional en caso necesario. Por su parte, el Banco de Inglaterra ha anunciado que está listo para inyectar hasta 250.000 millones de libras para estabilizar a los mercados.

"El Brexit es una pérdida para todos en Europa desde una perspectiva económica, particularmente para Reino Unido. Pero junto a las consecuencias económicas, sería un especialmente amargo paso atrás en la integración europea, así como en el peso de Europa en el mundo", señala el informe de la Fundación Bertelsmann (ver .PDF), que asegura que la UE se debilitaría.

Tamaño de la economía, empleo y calidad de vida

La actividad económica británica ya ha empezado a resentirse desde noviembre pasado, según las conclusiones de la reunión del Banco de Inglaterra de mayo (ver .PDF), que lo relaciona con el aumento de la incertidumbre ligada al referéndum.

Algunas instituciones han tratado de cifrar el efecto que tendría la salida en el PIB, el empleo y los salarios británicos. Estos cálculos son hipotéticos y, como advierten todos los organismos y expertos, el impacto real dependería de cómo Reino Unido organizase al final sus relaciones con la UE-27 y otros socios comerciales después de abandonar el club europeo.

** Defensores de la salida de la UE** Defensores de la salida de la UE. En este capítulo, el partido UKIP asegura que Reino Unido pierde un 11,5% de su PIB -equivalente a unos 185.000 millones de libras cada año- debido al coste de ejecutar la regulación europea y que eso se recuperaría con el abandono del bloque. Además, argumentan que, si actúa por sí mismo, Reino Unido podría corregir más rápido las políticas, ya que la UE tarda mucho en dar marcha atrás cuando algo no funciona y esa lentitud en los cambios y su flexibilidad limitada se traduce en mayores costes económicos.

El líder del partido eurófobo, Nigel Farage, ha insistido en que si su país "se libera" de las normas y reglas comunitarias será "más fuerte en el mundo como una nación comercial independiente" y crecerá más rápidamente en mercados como India y Brasil.

El profesor de Economía de la Universidad de Cardiff Patrick Mindford opina que, 10 años después de su salida de la UE, el PIB británico será un 4% superior al que habría si se hubiera quedado en el bloque, gracias a que podrá bajar los aranceles a las importaciones y eliminar regulación, como algunas leyes laborales y medioambientales impuestas por el club europeo.

Para los partidarios del Brexit, los costes de la salida están sólo vinculados a la pérdida de acceso al Mercado Único y son más limitados de lo que el Gobierno y los europeístas aseguran. También creen que empresas y lobbies presionarían para que no variase la situación comercial actual entre Reino Unido y la UE.

El comercio, el gran perdedor

Las relaciones comerciales serían las más perjudicadas por el Brexit y eso repercutiría en el conjunto de la economía británica, a la que el comercio exterior aportó en 2014 el 54%, el doble de lo que supone ese sector para el PIB de EE.UU.

45% de exportaciones de bienes de Reino Unido fueron a la UE
53% de importaciones de Reino Unido llegaron desde la UE
8% de exportaciones de UE-27 fueron a Reino Unido
12% de exportaciones británicas fueron a través de acuerdos de la UE con terceros
3 millones de empleos en Reino Unido, vinculados a exportaciones
Sus mayores compradores: EE.UU., Alemania, Holanda, Francia, Irlanda y China

Fuente: Gobierno británico. Año 2014.

** Defensores de la salida de la UE** Defensores de la salida de la UE. Insisten en que el Reino Unido es el mayor mercado de exportación fuera de la UE para el conjunto de los otros 27 miembros, lo que aumenta las posibilidades de que se logre un acuerdo comercial. Además, opinan que no sería desastroso que ese pacto no se consiguiese. Admiten que los primeros años tras la salida serán inciertos, pero consideran que Reino Unido será capaz de negociar acuerdos favorables con numerosos mercados, como India, China y EE.UU.

Argumentan que la UE supone cada vez un porcentaje menor de las exportaciones británicas, ya que se ha pasado del 55% de 2002 al 45% de 2014, y aseguran que esa proporción caerá aún más.

Recuerdan que la negociación de acuerdos comerciales de la UE va muy lenta y reiteran que los retrasos se deben a objeciones que provienen de otros países en asuntos que, si sólo negociase Reino Unido, no habría problemas.

El sector servicios, el mayor exportador

Lo que más exporta Reino Unido son servicios, especialmente a la UE, y de ellos, los grupos que más venden en el exterior son finanzas, servicios empresariales de consultoría, publicidad e ingeniería, viajes, transportes y seguros.

79% aporta el sector servicios al PIB británico (67% a principios de los años 90)
25 millones de personas trabajan en el sector terciario
43% del total de exportaciones británicas correspondió a servicios, la proporción más alta entre los países desarrollados
2º mayor exportador de servicios comerciales del mundo
17.000 millones de libras de superávit en su intercambio de servicios con la UE

Fuente: Gobierno británico. Año 2014.

Este sector no está incluido en las reglas de la Organización Mundial del Comercio, con lo que necesitaría con urgencia cerrar un acuerdo de libre comercio que especificase el grado de acceso a los mercados de servicios de la UE.

La City, adiós al liderazgo financiero europeo

Los servicios financieros son la joya de la Corona británica: suponen más del 13% del PIB del país. El acceso al Mercado Único ha sido uno de los factores principales en la consolidación del papel de Reino Unido como centro financiero mundial.

Más del 40% de los 5 billones de dólares en transacciones diarias del mercado de divisas internacional pasaron por la City
640.000 millones de euros se compraron y vendieron al día en la City, más del doble que en el conjunto de los 19 países de la eurozona
250 bancos extranjeros empleaban a 160.000 trabajadores en Reino Unido
11% de empleados en la City -más de 38.000- proceden de otros países de la UE
Más de un billón de libras en activos de bancos de EE.UU. depositados en Londres para actuar en el Mercado Único

Fuente: lobby The CityUK y BCE. Año 2015.

** Defensores de la salida de la UE** Defensores de la salida de la UE. El Brexit divide a la City: las entidades internacionales y las empresas mayores defienden seguir en la UE, mientras los brókers más pequeños y los fondos de mayor riesgo apuestan por salir y aseguran que la City seguirá dominando si se libera de la burocracia de Bruselas.

"Fuera de Europa no sufriremos la regulación europea", señala Howard Shore, presidente de Shore Capital Group, un bróker especializado en empresas pequeñas. "Seríamos capaces de liberalizar nuestra economía, fijar nuestro propio marco y reglas que se adapten a nosotros", añade.

Según Crispin Odey, fundador del hedge fund Odey Assset Management, "Europa no quiere mucho a la City. Los franceses y los alemanes siempre han tenido celos de su éxito". "Europa nos convierte en una colonia y nosotros estamos acostumbrados a ser un imperio. No estamos acostumbrados a obedecer normas que no hemos puesto nosotros", añade.

En lo más alto de la lista de sus quejas está la directiva de gestores de fondos de inversión alternativos, que establece nuevas regulaciones que, a su juicio, son costosas y burocráticas. También protestan por la directiva Midfid2, que intenta aumentar la transparencia de los mercados al exigir el desglose de las tasas de investigación y trading que cargan los brókers a sus clientes por gestionar activos. Esto se une al resentimiento generalizado por los topes impuestos a los pluses y bonificaciones de los banqueros y traders.

André Villeneuve, antiguo presidente del mercado de opciones y futuros de Londres, recuerda que las profecías catastrofistas ya se escucharon a finales de los 90, cuando el país descartó entrar en la eurozona. "Dijeron que la City moriría porque Reino Unido no era parte del euro. Dijeron que Fráncfort sería el rey, pero nada de eso ha ocurrido", señala este analista.

Otros creen que, pese a la salida, la City mantendrá muchas de sus ventajas: el horario GMT, la ley inglesa y la educación. "No se puede replicar la formación que se encuentra en Londres", dice Neil Woodford, fundador de Woodford Investment Management.

La energía, conexiones en duda y apuesta por nuclear y fracking

Los británicos han sido pioneros en la lucha contra el cambio climático, ya que fue el primer país que fijó un marco vinculante a largo plazo, lo hizo en 2008 y se propuso recortar sus emisiones un 80% para 2050.

Fin de la aportación financiera a la UE

Reino Unido es contribuyente neto a la UE, lo que significa que aporta más dinero a las arcas comunitarias del que recibe de los distintos fondos europeos.

En 2014-2015, su contribución al presupuesto de la UE fue de 11.341 millones de euros (el 7,95% de los 142.600 millones del total), mientras que recibió 6.985 millones de los programas comunitarios (el 56,6% de ese dinero procedía del fondo europeo de desarrollo rural, el 24,7% de los fondos regionales y el 14,75 de los de investigación y desarrollo).

** Defensores de la salida de la UE** Defensores de la salida de la UE. Creen que el dinero de esa contribución puede usarse mejor, recortando el coste burocrático, apoyando directamente a las regiones de forma más productiva y usando los fondos para ayudar a bajar los precios agrícolas, en lugar de para subirlos. Así, dicen, conseguirán mejores políticas con menos dinero.

Impacto del Brexit en el resto de la UE

El impacto económico en la UE de la salida del Reino Unido se ha analizado menos y, cuando se ha hecho, se ha calificado de menor al que sufrirá ese país.

Tal y como destaca el think tank europeo Instituto Bruegel, sin Reino Unido, el bloque tendría menos porcentaje de la población mundial, el PIB y las exportaciones del planeta, y su influencia internacional se reduciría al perder un país que es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU (donde sólo quedaría Francia) y del G7, así como un potente participante en el FMI, el Banco Mundial y el Consejo de Estabilidad Financiera.

Algunos analistas creen que la salida de Reino Unido eliminaría el mayor obstáculo para que la UE camine hacia una mayor integración económica y política. Sin embargo, Bruegel advierte de que el fuerte impacto del Brexit puede favorecer tanto la integración como la desintegración del bloque, ya que puede atizar el creciente euroescepticismo en otros países.

Algunas de las consecuencias que afectarán a los 27 miembros restantes de la UE son:

  • La zona euro perdería un 1% de crecimiento de su PIB conjunto en los dos primeros años tras el Brexitsegún un informe del Tesoro británico (ver .PDF). El banco ABN Amro prevé una pérdida de crecimiento del 1,5% para la eurozona en la primera década después de la salida británica.
  • Existe consenso entre analistas e instituciones en que el euro sufrirá por el aumento de la especulación contra la divisa, tanto por la debilidad política que supondría el Brexit como por las apuestas de nuevas salidas del bloque.
  • Algunos profesionales de las finanzas temen que no sólo se debilite la City, sino también el conjunto del sector financiero de la UE. Ningún centro financiero heredará lo que ahora es Londres y los bancos y grupos financieros se desperdigarán por el continente, lo que provocaría la fragmentación del sector y reforzaría a los rivales de Londres en Asia.
  • La caída de PIB per cápita británico de entre 220 euros y 1.025 euros para el año 2030 tras el Brexit produciría menor demanda de bienes y servicios, lo que afectaría a las importaciones y, por tanto, a los países de la UE que venden a Reino Unido. Según los cálculos de la Fundación Bertelsmann (ver .PDF), el conjunto de la UE-27 tendría un retroceso medio de entre 0,1% y 0,4% de su PIB per cápita en el año 2030, aunque habría significativas diferencias. Los países más afectados serían Irlanda (de 0,82% a 2,66% de caída de PIB per cápita), Luxemburgo (-0,48% a -0,8%), Bélgica (-0,2% a -0,96%), Suecia (-0,13 a -0,48%), Malta y ChipreEspaña perdería entre 0,08% en el escenario más suave y 0,32% de PIB per cápita en el más duro.
  • A ese coste hay que añadir las aportaciones adicionales al presupuesto comunitario (ver .PDF) que tendrían que hacer los 27 países restantes para cubrir la parte que dejaría de poner Reino Unido. Alemania sería el más afectado, ya que sería el que más tendría que aportar (2.500 millones de euros más), mientras que España debería aumentar su contribución en 906 millones de euros anuales y quedaría al borde de convertirse en contribuyente neto (pagar a la UE más de lo que recibe de ella).
  • La mayoría de los 27 países que quedarían en la UE tiene pocos incentivos para firmar un acuerdo de libre comercio con Reino Unido, según admite el propio Gobierno británico (ver .PDF). Sólo cinco Estados miembros cuentan con una relación comercial intensa con ese país (Alemania, Holanda, Irlanda, Francia y Bélgica) y podrían mantener sus intercambios a través de las reglas OMC. Según un estudio de Bruegel, en ese escenario, el arancel medio para las exportaciones británicas a la UE sería del 3,2%, lo que supondría un coste tarifario de 5.800 millones de euros al año. Con esos datos, el Gobierno de Londres concluye que se producirían interrupciones en la cadena de distribución por las aduanas y las exigencias de las reglas de origen, pero "nada prueba que fueran lo suficientemente dañinas para los miembros de la UE como para acelerar un acuerdo comercial".

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